Luego de un plano, viene otro, de Mario Castro Cobos (Perú, 79 min, 2024). Nuestra mente, tomándose muy en serio a sí misma -o no- busca asociaciones. Las necesita, o eso dicen, en lo que incluso ha dado en llamarse ‘pulsión de causalidad’. Y por lo general siempre las encuentra (las mejores, las peores, las más graciosas o locas asociaciones). Un juego interesante, que sería divertido jugar más. Necesitamos abrir mayor medida el juego ver-hacer películas, abrir la mente, ‘perdernos’ sin miedo. Ya que no parece particularmente inteligente o inspirado creer que hay una sola forma de hacer películas o cualquier cosa que se nos ocurra. Limitarse tanto solo da cuenta del sometimiento de espectadores, críticos y cineastas.