Dos bandos. Esta mañana el dictador Nicolás Maduro fue proclamado una vez más como presidente de Venezuela, pese a que en el conteo oficial resultó ganador el candidato opositor Edmundo González que, según conteo, obtuvo casi el 70 % de los votos de los comicios realizados el pasado 28 de julio en el país llanero.
En América Latina, países como Perú, Argentina, Chile y República Dominicana, junto a Estados Unidos e Italia, se han alineado con la causa de Edmundo González. En contraposición, naciones lideradas por China, Rusia, Irán, Cuba, Bolivia y otros aliados de Maduro aceptaron los resultados oficiales y mantienen su apoyo al régimen actual. Esta división no solo demuestra las diferencias políticas, sino que también resalta el impacto de la crisis venezolana en las relaciones internacionales.
En Europa, el respaldo a González como presidente electo también es limitado. Italia es el único país que lo ha reconocido oficialmente, mientras que la Unión Europea mantiene una postura más cautelosa. El Parlamento Europeo instó a los Estados miembros a endurecer las sanciones contra el régimen de Maduro hasta que este adopte medidas claras para una transición democrática.
Desde julio de 2024, la relación entre Perú y Venezuela atraviesa uno de sus momentos más críticos. El gobierno venezolano rompió formalmente los lazos diplomáticos tras el rechazo de Perú a los resultados electorales que declararon ganador a Nicolás Maduro. No obstante, ambos países han mantenido canales de comunicación, motivados principalmente por la situación de la numerosa comunidad de migrantes venezolanos en Perú.
El internacionalista Ramiro Escobar explicó en una entrevista que la presencia de más de un millón y medio de venezolanos en territorio peruano obliga a ambos gobiernos a coordinar esfuerzos en temas migratorios. A pesar de las tensiones políticas, esta realidad ha llevado a mantener contactos puntuales para atender las necesidades de esta población, que incluye acceso a servicios básicos y regularización migratoria.