Hasta el día de ayer se realizó el encuentro nacional de víctimas de esterilizaciones forzadas. Mujeres de varias regiones del país se encontraron para tomar medidas frente a la creación del registro de víctimas de esta atrocidad perpetrada durante la dictadura de Alberto Fujimori y la primera dama Keiko Fujimori. Sin embargo, la indiferencia de la población y de los gobernantes no permite que hasta ahora obtengan justicia.
Al respecto, el diario británico Independent ha publicado una nota en la cual hace alusión al trabajo del PROYECTO QUIPU, Una organización nacional sumergida en el esfuerzo por contar la verdad sobre las personas que fueron afectadas por la insana política de esterilización forzada establecida por el dictador Fujimori; personas que por su pobreza y lejanía de la capital permanecieron cargando su tragedia personal durante mucho tiempo, y que aún hoy, tras 15 años del terrible perjuicio recibido, siguen luchando por ser escuchadas.
Durante la década de los 90, miles de ciudadanas peruanas fueron esterilizadas sin su consentimiento por parte del Programa Nacional de Poblacional llevado a cabo por Alberto Fujimori. Este programa suponía ofrecer a todos los peruanos el acceso a una amplia gama de programas anticonceptivos. Sin embargo, fue usado para propalar la esterilización forzada a grandes masas. Al menos 17 personas sometidas a esterilización murieron como resultado de las operaciones fallidas, llevadas a cabo con indiferencia y sin el cuidado adecuado.
272,000 mujeres y 21,000 hombres fueron esterilizados en el Perú durante la dictadura. Miles han reclamado que dicho procedimiento fue realizado con engaños y sin contar con su consentimiento.
Luego de la renuncia por fax que Fujimori hiciera desde Japón –su país natal y del cual era ciudadano (mintió al decir que no lo era)- los escándalos de corrupción, abuso de poder y crímenes de lesa humanidad hicieron que las esterilizaciones forzadas quedaran casi invisibles en los informes presentados en el 2003 por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación Nacional. La atención de los peruanos quedó centrada en los testimonios de asesinato, tortura, violación perpetrados por grupos paramilitares al mando de Vladimiro Montesinos, edecán de Fujimori, y guardián de su dictadura.
Pero ha sido gracias al tenaz esfuerzo de muchas mujeres, historiadores, sociólogos y abogados, forjando grupos de integración a través del país, que las historias han salido a la luz y ahora tenemos una idea más clara de aquellas personas que se vieron afectadas, siendo la gran mayoría mujeres del ande, a menudo iletradas, que vivían en la pobreza y en caseríos aislados con infraestructura y servicios limitados, y que en su mayoría, habían perdido a su familia por la guerra contra el terrorismo.
“Lo que ellos no esperaban” (aludiendo al gobierno de Fujimori) –dice Giulia Tamayo, activista nacional y una de las primeras en elevar su protesta por las esterilizaciones- “es que un grupo de mujeres indígenas y analfabetas pudieran hablar. Pero estaban equivocados”.
Más allá del gobierno, la verdad que más duele es que nosotros, compatriotas de esas víctimas, también las menospreciamos. Quien haya alguna vez tocado este tema en las redes sociales podrá haberse dado cuenta que el pensamiento de la mayoría de la clase media se orienta a catalogar a estas personas como animales, que deben ser arreadas para que dejen de estar “reproduciéndose como conejos” (cito textualmente el pensamiento general de muchos), un retorcido pensamiento que dice mucho de nuestra nación, pues aunque se haga todo por negarlo, hay un complejo de superioridad, por demás estúpido, que hace sentir a las personas de la capital mejores que el resto; que nos habla de la real existencia de un concepto de ciudadanos de segunda categoría practicado por muchos, y que es lapidario frente al sufrimiento de estas mujeres del ande que –lo sabemos quienes hemos podido vivir y compartir con ellos- conciben a la familia como grupo de soporte, como un ayllu.
El Proyecto Quipu ha lanzado un documental en el que narra la historia de estas mujeres. Un esfuerzo plausible en un país de personas indiferentes o desalmadas, que hacen de la vista gorda o que respaldan la atrocidad cometida por el gobierno de Fujimori, gobierno que su hija Keiko toma como “ejemplar”, y de cuyos crímenes no puede expresar más que una mustia contrición casi imperceptible, prefiriendo referirse a ellos como meros errores. Ante la negligencia política de la hija del dictador, el proyecto Quipu se torna como una alternativa para poder acercarnos a los testimonios de las víctimas, y mientras más seamos los que tomemos conciencia de que nadie puede atentar contra la integridad de una persona, sin excusa que valga, más efectivo podrá ser el reclamo que los futuros candidatos a gobernar este país deberán atender con la seriedad debida, para garantizar que las reparaciones correspondientes a estas mujeres que, si bien no recuperarán la dignidad y la entereza física perdida, será algo muy cercano a la justicia que por tantos años les ha sido esquiva.
Proyecto Quipu – TrailerMañana es el Día Internacional de los Derechos Humanos y lanzamos el #ProyectoQuipu en Lima y Bristol (Reino Unido) en forma simultánea. Puedes ver el trailer aqui!#EmpiezaAEscucharwww.proyectoquipu.com