Lo primero que me hace recordar es aquel pata que le dicen “Avenida Tacna”, porque tiene turrón todo el año. Y justamente es una gran verdad, ya que en aquella avenida del centro de Lima, durante los doce meses se expende el riquísimo turrón. Aquel producto que como recordamos fue creación de doña Josefa Marmanillo, quien era discapacitada, y milagrosamente recuperó la función de ambos brazos, no teniendo mejor idea que crear el turrón cuyo proceso de elaboración le fue revelado en un sueño. Y con el tiempo dicho producto fue conocido como “El turrón de Doña Pepa”.
Justamente estando en el mes del Señor de los Milagros, se tiene la tradición de consumir el clásico turrón, que me hace recordar cuando Don Ramón vino a Perú y promocionó una marca de turrones (qué recuerdo imborrable). Nunca falta que a uno de nuestros familiares se le ocurra comprar una caja del dulce turrón o que nosotros mismos lo compremos. Sin embargo, lo que ha sorprendido en estos días ha sido la elaboración de un turrón en el penal de Castro Castro, hecho por los mismos internos. Acontecimiento que tiene mucho mérito y que refleja un deseo de superación de esa gente que día a día purga su condena.
Sin embargo, sin ánimos de despreciar el esfuerzo de estas personas, desanima un poco el hecho que los interesados en adquirir este producto tengan que acercarse hasta el mismo penal para comprar los turrones. No obstante, ya sería un hecho que los familiares de los presos se acerquen y los adquieran, y hasta les pasen la voz a sus conocidos o en el mejor de los casos les hagan llegar para vendérselos o regalárselos.
De todos modos, ya sea con turrones o sin ellos, el mes de octubre siempre ha sido estímulo para dedicarle una devoción al Señor de los Milagros, y rezarle y pedirle por nuestra salud y por la de nuestros familiares. Eso principalmente. Y si las personas que están en la avenida Tacna todo el año ofreciendo el turrón, podríamos interpretar de alguna manera que están promocionando el mes morado con total devoción. Y aunque no estén en época de venderlos en febrero o en agosto, no sería falta de tino comprar y llevar un paquete de este producto a nuestros hogares.