Actualidad

Escritores / ENREDADOS EN LA RED

Published

on

Aquel solitario y frío invierno de 1983, cuando visité con el fotógrafo Severo Huaicochea a Mario Vargas Llosa en su casa del nublado Barranco, recién comprendí lo que era la soled…ad del escritor. Soledad de solemnidad frente a la página en blanco. Cita para dos, el hombre y su máquina. Mejor, reunión de un dúo de a uno. Máquina a la espera de unos dedos. Dedos titilantes en ese afan de escribirlo todo. Escritura de un alucinado deicida, solitario y final. Vargas Llosa escuchó que le contaba de un encargo que le enviaba su entrañable amigo Félix Arias Schereiber (1). Y aquella fue la llave para que nuestro Nobel se distendiera y me muestre los secretos de su carpintería literaria. Su escritorio, sus fichas, su colección de lapiceros, y su máquina eléctrica a quien llamaba “la mula”.

En su libro sobre Onetti (2), MVLl rememora una conversación con el escritor uruguayo. Dice que Onetti sintió estupor cuando le confesó que escribía con horario, cada día, bajo una estricta disciplina, como “un oficinista”. Onetti, al contrario era caótico en su escritura, antojadizo, anotaba desordenado notas sueltas y escribía cuando le venía la reverenda gana. Si Vargas Llosa mantiene una relación marital con la literatura, Onetti, era el perfecto adúltero. No obstante algo hacía cómplices a estos notables escritores. El ceremonial libresco. Ante una duda, corrían a la biblioteca y ubicaban el libro y con el lapicero en la boca y mientras con una mano sostenían la página exacta, con la otra escribían o “tecleaban” la cita correcta. Hoy no es así. Para eso existe Google, y se acabó y punto.

La acotación viene a cuento al leer en Internet (mucho ojo), un ensayo de Daniel Arjona en el suplemento El Cultural (3): “Los escritores se enredan”, de cómo Facebook y Twitter unen ya a autores y lectores. El autor pone un breve ejemplo: “Tengo salmorejo para cenar, con jamón y huevo duro picado. Y son las 21,15. Una poderosa razón para despedirme por hoy” Gracias y un abrazo”. 140 caracteres con espacios –parece un haiku de Matsu Basho–. Es un ‘twitt’ que escribe el novelista español Arturo Pérez Reverte. Así, despide su día con tan trivial y apetitosa anotación a sus más de 20.000 lectores-seguidores de su perfil en la red social Twitter, para que se enteren que un escritor también come y hasta se alimenta por no decir otras cosas.

En las redes del enredo. Vargas Llosa ha confesado en diferentes ocasiones que las Redes Sociales ni le va ni les viene. Algo así como “no tengo tiempo”. Rodeado de secretarias, auxiliares y la familia –hasta en eso es atípico rebelde–, no es un pez en el agua precisamente con esto de los Blogs, el Twitter y el Facebook. Que para muchos analistas en comunicación, resultan hoy de acompañante ideal para un contador público o un dentista. Para otros sería un callejón o quinto patio. Así, este tejido de redes de vecinos, es un coro donde uno lee a un hijo del vecino mandarnos a los quintos infiernos porque a uno le gusta los toros por ejemplo, a otros nativos digitales que se enamoran en nuestras narices, proferir una sentencia contra Luis Miguel porque prefieren a un ‘metalero’. Así ante esta versión del ‘Gran Hermano’ –como dice Arjona– adolescente con espinillas, los escritores, editores, libreros y todo el mundillo literario en pleno conviven ahí, con mayor o menor fortuna.

En el caso de Gabriel García Márquez, su Facebook reúne a más de 200.000 seguidores y el “Gabo” ni se entera que esta masa turbia se enfrascan en Tiempo Real en incansables discusiones sobre sus libros, listados de obras preferidas y entrañables declaraciones de amor por sus personajes. Y si Vargas Llosa ha declarado su fobia a este tejido malhecho de advenedizos y atorrantes, pues no puede negar que a pesar de ser el Nobel 2010-2011, luce apenas 20.000 seguidores en Facebook contra los 6.000.000 que persiguen a Lady Gagá.

Lo digo de una vez. Cuando en 1983 le pregunte cómo era su rutina. Qué cómo era que empezaba a escribir. MVLl me señalo su batería de Lucas Pens, bolígrafos, plumas fuente, lápices. Curioso y majaderos le hicimos una foto donde se le escribiendo a mano. Cierto, luego confesaría que empezaba a escribir a mano. La primera versión siempre es con tinta y en cuadernos. Luego venía lo mejor, que empezaba el día a las 5 de la mañana corrigiendo lo del día anterior. Y que a media mañana otra vez escribía o un retazo de cuento, un pedazo de novela o terminaba con un trozo de ensayo. Y así hasta la 2 de la tarde. Que almorzaba bien, una siesta y en la tarde a leer y dar charlos y conferencias. Que esa era su humilde rito de obrero de la fantasía.

El Joven periodista. De ahí que escribí que me amotinaba y para bien esa actitud de reverencia que mantiene MVLl con cualquier escritura. Y señalaba una la foto que rescata el blog de Heduardo. Ahí Mario Vargas Llosa tiene 18 años (1,954) y escribe en una vieja máquina Remington en la redacción de La Crónica. Luce el mismo perfil. Narigudo y dientes de conejo. Camisa manga corta, reloj, lapicero en el bolsillo y la mirada amarrada a esa cuartilla palpitante –supongo— en medio del tráfago del diario, que aguarda la escritura de esa impronta que, pasados casi 60 años, hoy se erigen como la mejor del mundo.

El texto vargallosiano no tiene nada de enigma. Al contrario, es calistenia escribal, lecturas pasionales, rigor por la precisión en la información. Aquello que se le exige a todo periodista. La ecuación es: disciplina, severidad y una pizca de talento. Cito a MVLl en esta ‘caza’ de citas quien parafrasea a Flaubert: “Escribir es una manera de vivir y esa sentencia es absolutamente exacta. Mi manera de vivir es escribir, mi vida entera está organizada en torno a mi trabajo. Yo nunca dejo de escribir”. ¿Flaubert? ¿Sabrá algún profesor de colegio quién diablos es Madame Bovary? Bien, el escritor francés es (fue) la luz de Vargas Llosa. ¿Un maestro de escuela sabe de “La orgía perpetua”? Lo dudo, como cantan Los Panchos.

En otra foto lo veo a sus setentaitantos años en el Congo –acopiando información para su reciente novela “El sueño del celta”–. Entre ésta y la otra foto pasó un poco más de medio siglo. ¿Escribiendo? Sí. Y sigue. Y es admirable. Y es ejemplo. No comparto sus ideas políticas. Ya habrá tiempo para ese desahueve. Pero como periodista, MVLl es irreprochable. Y como deicida –ese que niega la creación de Dios— es genial al fundar un universo propio. Cito: “El hombre era alto y tan flaco que parecía siempre de perfil. Su piel era oscura, sus huesos prominentes, y sus ojos ardían con fuego perpetuo…”. Carajo, ni la Biblia.

Vallejo y Mariátegui fueron antes que cualquier cosa, también periodistas. ¿Merecían el Nobel? Sí. Entonces me aseguro: El periodismo mejora la calidad de vida e incluso, educa. ¿Y en el Perú de hoy? Otra vez, en bolero, lo dudo. Qué hacer como diría Lenin. Leer a Flaubert y harto Vallejo. Pensar que se puede ser feliz trabajando en periodismo. Qué sea una pasión. Que obligue a ser honesto. Que disuelva las intolerancias. Que nos atiborre de sensibilidad, ternuras y libertad. ¿Se puede? Sí. MVLl lo acaba de instituir. Y sin red. Digo finalmente, tan lejos de la Redes Sociales. Y es Nobel. Y qué bueno.

Notas:

(1) MVLl. y Arias Schreiber había militado en “Cahuide”. Base universitaria del Partido Comunista Peruano en la UNMSM en . MVLl se hacía llar “Camarada Alberto”, Arias Schreiber era el “Camarada Jacobo” y Lea Barba, luego esposa de Arias Schereiber era la “Camarada Aída”. Ver Conversación en la Catedral.
(2) El viaje a la ficción. El mundo de Juan Carlos Onetti. Mario Vargas Llosa Alfaguara. Madrid, 2008.
(3) Elcultura.es:http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/27860/Los_escritores_se_enredan

Comentarios
Click to comment

Trending

Exit mobile version