Escritoras pitucas, misoginia racial en redes y un artículo alto en cringe
Calificadas desde feminazis a escritoras neoliberales, de todo se ha dicho en redes sobre las escritoras de la Universidad de Lima, empezando por ser mujeres.
A diferencia de una anterior nota sobre los orígenes de la aparición de autores de la Universidad de Lima, en que solo se tocaron autores masculinos, en esa anterior oportunidad no hubo un hate tan rotundo y visceral como en el caso de las autoras. Es acaso simplemente crítica hacia las nuevas autoras o solo odio por ser mujeres.
En el siguiente artículo exponemos el problema de ser escritora en el Perú, a partir de una ola de comentarios en redes sociales inédita respecto a autores locales y jóvenes. Un hate así solo lo ha tenido Mario Vargas Llosa.
CLASISMO: El boom de la Javier Prado
Uno de los primeros dardos que los internautas dispararon contra las Escritoras de la Universidad de Lima en el artículo publicado en LimaGris, fue el clasificarlas de Escritoras privilegiadas. La universidad de Lima es una universidad privada peruana nada barata, de allí que haya ciertas sensibilidades heridas de parte de algunos quienes no tuvieron la oportunidad de acceder a ese tipo de institución educativa. Lo mismo hubiese sido si provinieran de la Pacífico o de la de Piura, pero de la única universidad, aparte de la HEGEMONÍA de autores y su círculo de la PUCP, de dónde salen escritores peruanos y muy buenos es precisamente de la de Lima. De ahí un anterior artículo sobre escritores de esa universidad y su continuación en otra nota sobre autoras de esa casa de estudios. Sin embargo en un país de profundas diferencias sociales la envidia como el resentimiento pueden ser estimados como argumentos cuando solo son emociones.
Algunos internautas evidenciaron entre bromas una postura de demerito hacia las autoras por estas presuntas ventajas sociales. Uno de estos comentaba: “O sea.. o sea ufffff… Emprendedoras de éxito, loco. Han salido de abajo, o sea del sótano donde dejaron sus BMW, locazo”.
Otro escribía sobre escritores dónde debatieron el artículo en cuestión: “Les comento que en los distritos y provincias sin Estado también hay universidades y escritoras».
Otro comentaba: “A ver si escriben algo más allá de su privilegiada cuadra donde les brindan todo. Si aventuran su pluma para esa jungla salvaje, el far west, the frontier, donde no llega el estado.” Otro respondía en el mismo tono: “el nuevo boom de los distritos con estado”.
Para otros internautas la situación era peor: “Ni siquiera es en todo Lima, será dos o tres distritos xd”, “ni siquiera puedes poner la u de lima como una muestra de la realidad limeña, esa gente vive en un mundo aparte”, o este otro comentario que evidencia la división social dentro de los mismos limeños “es la Lima de ellos, la que no cruza el río y que es pipirisnais porque la mayoría ni los conoce”, o este otro en son de burla “La verdad hay que darles merito, si puedes armar oraciones evitando “weona” , “alucina” , “obvio” , “putaque…” , “locaso”…. Y demas”, las cuales son jergas de los fresas en Perú. “Nada, bro. Ellas son la generación “o sea tipo manyas hue’ona”, “Solo saben escribir en estados de instagram create mode”.
O estos otros comentarios: “Una nota auspiciada por la Universidad de Lima y Starbucks”, “Eso pasa cuando hay mucho dinero y tiempo de sobra: obtienes a tipas postmodernas como estas”, “La literatura pituca😁”, “Prohibido CONERAS 😂” o la mejor dentro de lo peor de los comentarios “Cosas de whitexicans”, claro si fuesen mexicanas.
Ideologías: Feminazis neoliberales de la extrema izquierda
Claro los comentarios en redes se deben considerar como lo que son: lapsus emocionales y nada más. Pero también sirven como termómetros de una cultura subyacente, por ejemplo en como impacta la política. Pero aquí ocurre algo aún más extraño. Los comentarios llegan a la esquizofrenia cuando algunos catalogan a las escritoras desde feminazis a neoliberales. Uno menciona: “Filooooo rojisimo… y fomento del género retorcido” mientras otro escribe “puras feminazis con toda la onda progre, seguro xD”. No obstante alguno fue lo bastante lucido para escribir lo siguiente: “Tan pero tan fachos son los comentarios, que este post facho les pareció progre «. Una comentarista mujer (cabe mencionar que la gran mayoría de comentarios provenían de hombres, quizá 4 de 5) mencionaba “Celebra que no tienen ideología = él tiene ideología neoliberal 🤷🏽♂️🤷🏽♂️🤷🏽♂️”, otro mencionaba “Okay, si las autoras son neoliberales, es su pedo, pero que él las elogie por eso en plan instructor de señoritas dando la lección de cómo debe ser una damita bien portada es una reverenda cagada” mientras otro añadía “Jajaja deben ser de la misma corriente literaria de los asnos Hernando de soto y camarada rafael lopez aliaga”, los cuales son dos políticos de la derecha y ultra derecha peruana. El caso es que las autoras del artículo no manifiestan ninguna postura política evidente, ni son partidarias de ideología alguna. Pero los comentarios en redes presuponen dos cosas: o son feministas de izquierda por ser mujeres o son derechistas rabiosas por ser de una universidad privada. Así de ciega es la crítica. Lo cual ingiere que algo se pudre en Perú.
Misoginia² racismo³
“Puro odio al hombre ajaaj” es uno de tantos comentarios en redes. Insisto, cuando en una anterior nota sobre el ascenso de escritores de la universidad de Lima fue publicado, en dónde solo se habló de autores masculinos como Renato Cisneros, Mario Bellatin o Sergio Galarza entre otros, no hubo tantos comentarios ni tanto odio. Es como si por arte de magia poner una selección de autoras de esta universidad fuese una provocación intolerable. Un comentario muy lucido en redes revelaba este comportamiento colectivo: “Más allá de si estas señoritas escriben bien o no, acá solo veo pura pichula quejándose. Al menos léanlas antes de tirarles barro.” El comentario es de un hombre, pero además de él algunas comentaristas mujeres reivindicaron la difusión de nuevas autoras en el ámbito. Sin embargo el barro siguió creciendo.
“Desde las periferias de la argolla”, “Boom empoderado machiste falopatriarcal opresor latinocaribeñoamericano…. Saravá”, “Cualquier TONTERÍA es revolucionaria cuando hay ELLES involucradEXS”, “¿¿¿¿ALGUIEN QUIERE PENSAR EN LOS HOMBRES?????”
Pero lo peor fue el racismo. “Blancos siendo amables con blancos…”
En Instagram no solo compartieron el artículo sino que por un momento Instagram se volvió facebook, en especial en el caso de Malena Newton: “No seas pendejo… Ay murió de rubia jajjaaja”, “Que difícil ser ella”, “Podrás vivir amiga, que fuerte”.
No obstante el artículo promovió discusiones entorno al racismo en redes, una discusión más profunda que el color de la piel.
THE MANSPLAINING: ni yo me salvé
“Cuando uno está desesperado por ponerla🥵”, “Metanle su chiquita a ese tal Hans por publicar bosta”, “Hans Herrera Núñez héroe del clickbait”, “basado”, entre muchos otros.
Una lectora y comentarista muy activa en redes compartía en su muro:
«Acabo de leer un “artículo” escrito por un man que pretende elogiar a un grupo de autoras jóvenes de la Universidad De Lima, pero en el camino se nota que solo es otro señor. O que quiere decirnos a las mujeres cómo debemos escribir. Cuando te dicen que algo “no debe tener ideología” HUYE porque lo que quiere decirte es que no debes llevarle la contraria. Lo más divertido es que menciona como cualidad escribir “sin ideología” pero cita como ejemplos a mujeres como Mariana Enríquez y Mónica Ojeda que ya han hablado de cómo la violencia de género y el ser mujer son temas recurrentes en sus textos. Comparto la sarta de delicias del artículo que van desde “entender el problema del hombre” hasta “el problema de ser rubia en el Perú”. Todas son capturas de mis propios tuits».
Este comentario me sabe más a una especie de Womansplaining, que es cuando ciertas mujeres dicen que deben leer o escribir otras ciertas mujeres.
Otro comentarista ilustrado comentaba casi a nivel de ensayo:
“Qué nota para más c0juda. Y no lo digo por las reseñadas, que, valgan verdades, no las he leído. Tres puntos a destacar (por las limitaciones perceptuales y conceptuales que se desprenden; pero es LimaGris, así que no me sorprendo). En principio, hay una clara disposición al eje marketero antes que al literario. En ningún momento destaca algún mérito literario relevante de las reseñadas, sino solo lo que no son y que, ideológicamente, el autor del texto acepta como marca positiva. Luego, en todo momento se menciona la palabra “identidad”, cuya definición al parecer se desconoce; y se desconoce por la simpleza con que se la usa así como por su homologación con toda escritura defectuosa o al menos limitada (¿y Arguedas, Jara, Portal o Pacheco). Y, por último, alude el autor al resentimiento y a la liberación de las autoras al dejar supuestas claves conceptuales que marcarían la frustración de ciertos escritores contemporáneos. El problema, definitivamente, no está en las aludidas, sino en el autor del texto, cuya prosa alambicada, con sintaxis escolar y ritmo aturdido, no se empeña en destacar a las autoras, sino en agredir -sin más, ya que argumentación no existe acá- una serie de campos fructíferos de creación e investigación.”
Cabría reconocerle que en el artículo ciertamente faltó quizá dejar más claros los conceptos entorno a la identidad y su daño en el arte que aleja al gran publico. Por cierto que escribí este artículo porque creo como más auténticas y originales a estás autoras de la ULima por no estar enfermas por la lepra de la identidad, es decir por escribir en base a enarbolar de manera ideológica las banderas de identidades como el género, la sexualidad, la raza y un largo etcétera. Porque la identidad hecha bandera ideológica mata el amor, mata la literatura y me temo ha matado a más de una autora y autor. Está es mi consideración. Y una consideración más : que las facultades de literatura son la mejor escuela para la mediocridad de la literatura.
Una observación final. Desde una perspectiva psicoanalítica ¿qué significa tanto ataque a unas Escritoras que luchan por abrirse paso? Tal vez solo una, y en especial entre la gran mayoría de hate proveniente de hombres, y es que Escritoras mujeres, jóvenes, blancas y de clase media, unas que se apellidan Nestorovic o Newton, y todas bastante atractivas al ojo de cualquier hetero sexual evidencian quizá ese tipo de mujer inalcanzable para hombres , sobre todo hombres que no creen poder tener los méritos de conquistar ese tipo de mujer. Ahora eso en lo físico y en lo social, ahora sume el hecho de que sean creadoras e inteligentes. Eso puede ser insoportable para ciertas masculinidades frágiles. En redes fecunda un fenómeno extraño, y es el de los hombres incel, cada vez más tendientes a la misoginia, y que buscarán odiar por dónde sea a la mujer, pero en especial a un tipo de mujer precisa: la que tiene educación, un aparente mejor nivel social y juventud y belleza. Esto en redes es lamentablemente la norma, y está norma expresa una enfermedad mental en crecimiento cuyo síntoma ya vemos cuando la broma pasa a ser abierto odio.
Por otro lado la gran mayoría de los escritores peruanos que se idolatran son y han sido hombres blancos: Vargas Llosa, Ribeyro, Bryce, pero también Arguedas (un misti del Apurímac), incluso Vallejo no era tan aindiado cómo se lo vende (era nieto de gallegos), y este fenómeno racial de autores no es exclusivo de Perú, pasa en México, Chile, Colombia, etc. Quizá son estás élites con sus privilegios heredados pero sin sus taras las que más han aportado a nuestro acerbo. Privarnos de estas voces femeninas no es inteligente, las autoras mencionadas no pertenecen a una élite con membresía en el Club Nacional (dónde por cierto los miembros solo pueden ser hombres) sino solo chicas de una clase media que les gusta escribir, y que no lo hacen nada mal. Y la mejor manera de comprobarlo es ir a las librerías a leerlas o descargar sus libros ilegalmente por PDF.
Gracias por leer….el BOOM de este perreo intenso 😎🤙🏻
Una cosa es cierta. Decae la hegemonía de la PUCP…