Terremoto político en España y Chile por supuestos delitos sexuales a políticos hombres de izquierda, el diputado español Íñigo Errejón y el sub secretario de interior de Chile, Manuel Monsalve. Los gobiernos tanto de España como de Chile encabezan una política pro feminista, la caída de estos agentes políticos viene a recrudecer un clima de crisis de diferentes temperaturas para ambos gobiernos hermanados en la vergüenza, el fariseísmo y la caza de brujas. Mientras tanto las derechas de ambos países de soban las manos con lujuria ante el espectáculo.
Primero fue el fin de semana anterior el escándalo que llevó a la renuncia del sub secretario de interior, Monsalve, al ser denunciado de violación de una subalterna, cuando después de salir con la supuesta víctima a cenar al restaurante de comida peruana el Ají seco místico, la mujer perdió el conocimiento y despertó al día siguiente desnuda junto a Monsalve en un hotel de Santiago.
Apenas se dio a conocer que la Fiscalía Regional Metropolitana Centro Norte se encontraba realizando una investigación sobre una denuncia en contra de Manuel Monsalve por presunta violación, ingresada al Ministerio Público el 14 de este mes. Tras hacerse pública esta denuncia, el 17 de octubre Monsalve renunció a su cargo de Subsecretario del Interior. Ese mismo día, el Tribunal Supremo del Partido Socialista suspendió la militancia de Monsalve de la cual formaba parte y era pieza clave en el gobierno de Boric que está constituido sobre una alianza de partidos de izquierda.
El 18 de octubre se reveló que días antes de la denuncia, Monsalve ordenó a la Policía de Investigaciones (PDI) revisar las cámaras de seguridad del hotel donde se reunió con la presunta víctima, por lo que la fiscalía declaró que el ex-subsecretario es ahora además investigado por obstrucción a la justicia e infracción a la Ley de Inteligencia. El 23 de octubre, el fiscal a cargo del caso reveló que Monsalve además ordenó a los funcionarios de la PDI concurrir al departamento de la denunciante.
El hecho ya generado un revuelto político y mediático, sobre todo por la falta de rapidez de una respuesta del gobierno que esperó a que renunciara a su cargo Monsalve en lugar de destituirlo. No obstante, las críticas de la derecha, el presidente Boric se manifestó esta semana ante la prensa declarando sobre el caso: «Cuando una mujer denuncia algo tan grave como una violación (…) nuestro deber es creerle. Yo le creo». A lo que agregó que “es deber de la justicia, sin presión alguna, determinar de manera imparcial la culpabilidad o no del acusado». Lo contradictorio de esta declaración del presidente sobre un tema sensible que involucra una de sus banderas más preciadas como es la del feminismo, es que el presidente declara un juicio en favor de una presunta víctima, mostrándose parcial, una postura electorera imperdonable en un presidente en ejercicio que contraviene el principio de presunción de inocencia. Un juicio así solo delata la situación de zozobra en un gobierno a la deriva.
El caso Monsalve se da justo en el fin de semana de la muerte, en que en el área metropolitana de Santiago se dieron die asesinatos en 72 horas por bandas de crimen. La ola del crimen fue eclipsada por el escándalo de este caso, mientras la ministra del interior, Carolina Tohá, es incapaz de prevenir la ola de homicidios por sicariato que intermitentemente azotan a Santiago.
Mientras tanto en España un terremoto sacude está semana después de la súbita renuncia a la política del diputado y líder de Sumar, agrupación de izquierda que forma alianza junto al Psoe del actual gobierno de Sánchez, esto después de una acusación anónima. La renuncia de Errejon, figura clave de Sumar, viene a sumar la crisis de gobernabilidad que pasa el gobierno de Sánchez, el cual viene acosado por los presuntos actos de corrupción que se le atribuyen a su esposa Begonia. El debilitamiento del gobierno de Sánchez se agudiza con la caída de un importante aliado ante una acusación que tiene más de chisme de gustos sexuales que de una comisión de delito. Sin embargo, el dolor viene a la izquierda porque Errejon era una de los mayores aliados del movimiento feminista. Su caída ha revelado un fariseísmo horrendo de parte de las líderes mujeres de la izquierda que achacan su actitud a una cultura patriarcal dominante. Así mismo algunos periodistas especulan una posible extorsión interna por lo rápido de la renuncia sin una acusación formal ante fiscalía. Es posible considerar incluso un acto de canibalismo interno dentro de las izquierdas, incluso la hipótesis de un regreso a la política activa de Pablo Iglesias ahora que su ex colega y eterno rival ha desaparecido de escena.
Cómo sea, los gobiernos más progresistas del mundo de habla hispana han sido heridos en su orgullo feminista mientras las crisis internas dentro de la izquierda dejan ver un pensamiento y una actitud puritana y farisea, dispuesta a sacrificar a sus propios colegas. En el progresismo la culpa es religión mientas el perdón es ciencia ficción.