Ernesto Carlín (Lima, 1974) periodista cultural y editor en Diario El Peruano, es autor de uno de los libros que más me gustó en su momento: “Falso al amanecer”, una radiografía de la Lima nocturna y excesiva en aquellos años 90 en los que lo que menos importaba era el mañana. Pero Carlín ha entregado otros títulos, “Lima Subte”, “Takashi. Historias robadas”, entre otras; todas ellas ambientadas en la ciudad y sus conos, en la búsqueda de una identidad al interior de un grupo de jóvenes, y todas ellas enfrentando los miedos propios de la adultez.
Sin embargo, en su última entrega “Manual del Yoga”, finalista del Premio de Novela Breve de la Cámara Peruana del Libro”, Carlín se aleja del furor y la noche para entregarnos una historia construida a partir de fragmentos en apariencia inconexos, pero que mantienen la unidad en aquello que no se ve. Me explico: la historia trata sobre un periodista que viaja a un país asiático a cubrir un evento internacional (acaso un alter ego del autor: periodista cultural, usa con una gorra rosada del Sport Boys del Callao y es alto; vamos: es Carlín, aunque el autor sonría cuando se lo mencionan), y es un consumidor impenitente de pastillas. Nadie sabe por qué, nadie sabe qué pastillas, pero el efecto que producen estas en el personaje lo siente el lector: de estar tomando desayuno en el hotel se sucede una escena con el personaje ya dentro de una Van rumbo a un lugar cuyo nombre no recuerda. De estar observando por la ventana el paisaje urbano de aquel país asiático pasa a recordar a una niña dibujando un ave en un papel, y todos estos cambios o transiciones se suceden como en una bruma, una cortina de niebla que se atraviesa y nos deja en otros espacios, tan confundidos como el personaje, hasta que volvemos a tocar tierra.
Sobre “Manual de Yoga” y sus demás novelas, además de su labor como periodista cultural y, por ello mismo (porque ha entrevistado durante once años a los personajes que han ido marcado nuestro devenir literario) tiene una visión de lo que, para él, es el panorama de la literatura actual -ese limeñismo imposible de abandonar porque Lima es el Perú- y tiene en claro, además, que su destino como escritor no es algo que le quite el sueño, salvo, eso sí, que lo dejen de leer.
Una entrevista entretenida y bastante interesante que pueden escuchar en el siguiente podcast: