Esta es una de las películas peruanas que debiste ver en 2016; tendrás una nueva oportunidad en abril; aquí te dejamos un ping-pong de preguntas y respuestas; como mini prólogo, la descripción de la sinopsis: “Un viaje bajo la influencia de los sentidos que transita por los caminos de la memoria, los anhelos y el desapego para continuar la aventura con la mochila vacía lista para ser llenada nuevamente”. Aquí vamos:
¿Buscas imágenes, viajas para encontrar imágenes, necesitas lugares (‘lugares-sensaciones’, lugares-imágenes’), en el sentido de hacer un recorrido prolongado para dar con ellos?
No creo que busque imágenes, no creo viajar para buscar imágenes, creo que están ahí siempre, tal vez viajo para recuperar la capacidad de asombro y poder ver esas imágenes con otra sensibilidad que no me permito estando estancada en un lugar.
Me atraen mucho los espacios, ya sean paisajes naturales o espacios construidos o destruidos por el hombre. Me hacen viajar, uno puede construir historias a partir de ellos, puedes viajar imaginando los seres que lo habitan o habitaron o habitarán, tienen huellas como nuestro propio cuerpo.
Lo usual es que me encuentre con esos espacios no que vaya en busca de ellos. Nos encontramos, pero eso sólo se da si uno está con los sentidos a disposición de…
¿Nunca te ha pasado caminar por la misma calle todos los días y de pronto un día eres consciente de un balcón, una ventana o un techo que siempre estuvo ahí pero nunca le prestaste atención? Esos momentos son los que me gustan retratar, tal vez ese día llovió, salió el sol o se nubló y estaba de un humor particular que permitió ver ese mismo espacio de otra manera.
A mí me gusta pensar en que hago apuntes visuales, muchos de los planos de Bajo la Influencia han sido grabados como apuntes visuales, pensando que ese espacio podría servir para tal o cual escena, finalmente, esos planos han reclamado su “lugar”.
¿Encuentras alguna relación significativa para ti entre los conceptos de cine y viaje?
Sí, la formación de cine que tuve fue clásica. Desde ese momento me interesó el tema de las estructuras y de cómo muchas historias contadas en el cine se han basado en la estructura clásica, generando cosas tan distintas en nosotros. Siempre pensaba en cómo se podía romper con esto, ya se ha hecho antes y hay varias películas en la historia del cine, pero pensaba en la forma de utilizar la misma estructura clásica de otra manera. En este caso parto de un personaje, que podría ser yo o cualquier espectador, un ser humano, que tiene un recorrido para lograr algo y que finalmente cierra un ciclo con un aprendizaje. No se cuenta una sola historia, dejo abierta la puerta para que cada quien le ponga sus propios recuerdos, yo sólo les presto imágenes y sonidos y los guío por diferentes estados, cada uno aplica sus memorias y se va en un viaje sensorial completando o anhelando el cierre de su propia historia. Finalmente en el universo de las emociones y sentidos estamos explorando todos, desde diferentes puntos de partida o puntos de descanso o de llegada.
Noto que hay un movimiento de cámara hacia adelante, hacia el fondo del encuadre, podría llamarlo casi un gesto más que un movimiento, ¿lo sientes tal vez como una huida hacia adelante tanto como un encuentro con un ‘algo’ desconocido?
No lo siento como una huida, lo siento como los primeros pasos que uno da para hacer cualquier cosa. Movilizarse. Me gusta mucho la imagen fija, pero me gusta que ésta sugiera movimiento, que nos haga pensar en lo que pasó antes o lo que vendrá después de ese instante. Y sí, por suerte siempre lo que viene será un encuentro con algo desconocido, otra vez, para sorprenderse, para bien o para mal, para avanzar.
¿Cómo te las arreglaste para dar con la manera de casi no usar palabras a lo largo de la película?
Paciencia. En algún momento pensé en incluir más texto pero conforme avanzaba en la edición lo iba necesitando menos. Finalmente decidí dejar sólo el texto de la introducción que sirve como una reseña de lo que vendrá después. Para mí era un texto cerrado y agregar más texto sólo hubiera entorpecido la lectura de lo demás.
Para esta película ¿en cuántos lugares distintos del planeta has grabado?
Jajaja, no he hecho la cuenta, como tampoco la he hecho con el número de planos que componen Bajo la Influencia, creo que cada plano ya es de por sí un espacio diferente, para algunos he tenido que caminar, escalar para otros, subir a botes, trenes, aviones, juegos mecánicos o sólo mirar por la ventana. En algún momento de la edición hice el cálculo rápido, en ese momento llevaba 600 planos. Algunos planos son regalos, tengo algunos planos de Turquía, y Cuba que no los grabé yo pero los hicieron gente que quiero.
¿Cómo elegiste la música de la película?
El proceso de la composición musical fue paralela a la edición de las imágenes. Conversé con Omar Garaycochea, el músico/compositor de la banda sonora y empezamos teniendo como referencia lo que ya estaba editado, la introducción, ya tenía una música con libre licencia que fue reemplazada por el tema propuesto.
En la época en la que empecé a editar Bajo la Influencia acababa de ver Mr. Robot y Stranger Things, tuvimos esto como referencia. Fui editando por “capítulos” que concentraran los estados por los que quería que se sumergiera Bajo la Influencia, esto fue lo que usé como estructura. Algunas veces el músico propuso temas con los capítulos ya terminados, otras veces se adelantó y compuso temas teniendo como base lo que le explicaba de lo que quería lograr con cada capítulo. Fue un trabajo en paralelo.
¿Qué consejo le darías a quien quiera hacer cine independiente y aún no se atreve o no acaba de decidirse?
Si lo quiere hacer lo va a hacer. A veces uno se presiona mucho pensando en hacer algo “increíble”. Hay que hacer, hacer y hacer.