Dicen que el río suena porque piedras trae; en este caso se trata de un tsunami de sucesos delictivos que empezaron a ocurrir desde enero de 2007, fecha en que Enrique Ocrospoma Pella asume como burgomaestre la gestión municipal del distrito de Jesús María.
Es desde esa primera gestión cuando se iniciaron las denuncias penales en contra de distintos gerentes municipales liderados por él mismo; y, pese a todo, tentó la reelección en 2011, con éxito. A casi cuatro años de su segunda gestión, y a pesar de ser abogado, se ríe del Poder Judicial, de la prensa y de los ciudadanos al pretender tentar una tercera reelección, sintiéndose así seguro de librar a la justicia.
Ocrospoma Pella ha sido investigado por la Fiscalía Anticorrupción, el Congreso de la República, la Contraloría General de la República y la Procuraduría; y a pocos días de los comicios municipales, nosotros nos preguntamos ¿por qué hasta el día de hoy anda suelto? ¿Acaso, favor con favor se paga?
La chacra de Ocrospoma
Desde su primera gestión se habló de compras ficticias, proveedores fantasmas, millonarios extornos, errores y devoluciones por montos que bordeaban los 64 millones de soles (sin saber a ciencia cierta el destino de ese dinero). ¿Qué hubiera sucedido si en esa época la Contraloría General de la República no hubiera detectado tales manejos? Ante el escándalo, el millonario monto fue devuelto en un solo depósito, el 18 de junio de 2008, a través de la cajera Natalia Carhuancho. Posteriormente la Procuraduría Anticorrupción solicitó una investigación fiscal para que se aclarara el tema y terminó detectando un desfalco, en 2007, ascendente a 1 millón de nuevos soles en el área de fiscalización por compras ficticias de materiales de mantenimiento y construcción, entre otros, que tampoco se habrían adquirido realmente.
Foto: Gabriel Cordova.
El chacal que echó a Ocrospoma
Roberto Llaja Tafur, fue sub-gerente de obras públicas de la Municipalidad de Jesús María en 2011, y fue recluido en el penal de San Jorge acusado de corrupción, tras ser descubierto recibiendo una coima para poder otorgar un permiso municipal de construcción a una empresa. Ya en el penal se acogió a la modalidad de “colaborador eficaz”, y, de esa forma, reveló el modus operandi del burgomaestre jesusmariano, tal como lo corroboró en su momento el abogado Héctor Carreño Sono, al afirmar que la colaboración de su patrocinado, el 17 de agosto de 2011, fue veraz y oportuna.
Llaja Tafur reveló que el parque Gálvez Barrenechea de Jesús María, fue realmente remodelado por el propietario del puesto de comida rápida «Mr. Taco», quien se encargó de correr con todos los gastos de los materiales de construcción; sin embargo, los funcionarios de la comuna hicieron ver a la opinión pública que la obra había sido ejecutada por la Municipalidad a través de un tercero al que tuvieron que abonarle mediante una orden de servicio un cheque de diez mil soles.
Llaja Tafur, el chacal. Foto: Diario La Primera.
Lo mismo ocurrió con la obra ejecutada en los cruces de los jirones Huáscar y Coronel Zegarra, dicha obra fue realizada con los fondos de Telefónica del Perú, que se encargó del asfaltado de las aceras de sus calles por haber realizado el cableado de redes; sin embargo, una vez más la gestión de Ocrospoma preparó los documentos para hacer ver que dicha obra había sido financiada y ejecutada también por la Municipalidad.
Lo grave de todo, fue que en su momento el fiscal acusador, José Pérez Gómez, que estuvo a cargo del caso, y que ordenó su prisión preventiva, inmediatamente fue removido de su cargo.
Llaja Tafur, quien consiguió su libertad tras seis meses de prisión, afirmó también que en su época de funcionario había una “consigna” que cumplir, y que los otros gerentes municipales del más cercano entorno del alcalde, en ciertas reuniones privadas, le indicaban que entre ellos se tendría que generar requerimientos ficticios para hacer «caja chica», por un valor de 130 mil soles mensuales, lo que en doce meses sumaban poco más de un millón y medio de nuevos soles. Esta cifra, de escándalo, se incrementaría en más de cinco millones de soles en su gestión (de cuatro años).
La jugosa caja chica era exigida por el propio alcalde Ocrospoma para los fines que creía conveniente. Llaja Tafur confesó que el alcalde había recibido departamentos como parte de pago por extender permisos para construir edificios de más de tres pisos; además de recibir un 10% de las obras autorizadas para construirse en el distrito. Hoy ya es conocido que Llaja Tafur, posteriormente, se retractó de sus primeras acusaciones contra su jefe, para luego afirmar que había sido obligado por un candidato y otros funcionarios para enlodarlo.
Fernando Padilla, la piedra en el zapato de Ocrospoma.
Fernando Padilla es un comerciante de flores que trabajaba frente a la clínica San Felipe. Un día, sin previo aviso, le cancelaron el permiso para seguir operando, pese a existir un convenio que el propio Ocrospoma estableció hasta el 2019. La mala noticia la recibió de la funcionaria Itala Típula Jara, quien hoy se encuentra trabajando en la Municipalidad del Rímac. ¿Qué de curioso tiene esto? Pues sucede que los despedidos por cometer irregularidades en la Municipalidad de Jesús María, obtienen inmediato trabajo en la Municipalidad del Rímac. ¿La razón? Tal vez sea el lazo de amistad que une a ambos alcaldes, o a que la señora Viviana Meza, Gerente Municipal del Alcalde del Rímac, es la esposa del teniente alcalde de la Municipalidad de Jesús María.
Foto: Gabriel Cordova.
Fernando Padilla y su familia han sido amedrentados, perseguidos y filmados por los serenos de Jesús María, quienes en lugar de cumplir la labor de patrullar para brindar seguridad de los vecinos, cumplen la labor de mastines del alcalde.
La sagrada familia
La señora Ifigenia Grimanesa Pella Cruzado de Ocrospoma, de 77 años, madre del alcalde Ocrospoma Pella, figura en una ficha pública de la Sunarp como propietaria de un predio que funciona actualmente como hotel. Su hija, y hermana del alcalde, María Patricia Ocrospoma Pella, de 43 años, adquirió una casa en el condominio Asia-Azul en Cañete, la misma que hipotecó por un valor de 6 millones de dólares; pero esta propiedad la compró a 147,000 dólares, financiada a siete meses, con cuotas de 21,000 dólares mensuales, canceladas el 13 de diciembre del 2012.
Anticipo de legitima para sus dos menores hijas.
El apoyo a la campaña presidencial de Gana Perú 2011 y sus vínculos con oficialismo
El 30 de mayo del 2011, según el registro de ONPE, el ciudadano Bruno Eduardo Gaudry Montoya aportó la suma de 213,290 nuevos soles. Gaudry Montoya era el tesorero de Ocrospoma y trabajaba en el Concejo de Jesús María como sub-gerente de finanzas. Si este funcionario percibía un salario de seis mil soles al mes, no mostraba signos exteriores de riqueza, e incluso estaba reportado en la central de riesgo Infocorp, ¿de dónde sacó el dinero para apoyar la campaña electoral del hoy presidente Humala? Todo parece indicar que Gaurdry Montoya solo fue quien llevó el dinero en nombre del verdadero aportante.
Aquí figura el jugoso aporte del señor Bruno Gaudry a la campaña de Gana Perú.
Por otro lado, es conocida la amistad entre Ocrospoma y quien fuera el Premier de la República del actual gobierno: Juan Jiménez Mayor; quien además fue socio de su estudio de abogados. Ocrospoma visitaba asiduamente las oficinas de Jiménez en la PCM, según consta en el libro de visitas. Ellos son tan amigos que el primo-hermano de Jiménez Mayor, José Enrique Rodríguez Jiménez, ha sido regidor en Jesús María. También se sabe que el actual congresista oficialista, Omar Chehade, involucrado en temas de corrupción, ha sido su compañero de promoción en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega.
Lulú, la madrina de Ocrospoma
Para nadie es secreto que la lideresa del PPC, Lourdes Flores Nano, es amiga íntima de Enrique Ocrospoma. Ella lo albergó por más de veinte años, primero en su Estudio Jurídico y luego en el Congreso en la Comisión de Constitución. Es tal vez por esta relación de amistad, que Lourdes Flores siempre minimizó los abusos cometidos por su ahijado, como cuando realizó -ilícitamente- construcciones al interior de las áreas verdes del Parque de los Próceres.
Canal 2, piensa en grande
“El funcionario público nace culpable hasta que no demuestre su inocencia”, dice Ocrospoma. Lo cierto es que hasta el día de hoy él no la ha demostrado. Está procesado por el delito de peculado doloso, por apropiación y falsificación de documentos en agravio del Estado, pero él argumenta que “Todas las afirmaciones de la prensa son inexactas; aunque es parte del juego democrático, yo solo confío en Dios, y en mi conciencia” (sic).
En el programa Sin medias tintas, del 06 de abril del presente año, se presentó un “supuesto” reportaje de investigación en el que informaban sobre las imputaciones y procesos anteriormente mencionados, además de la nueva “versión” del colaborador eficaz Roberto Llaja Tafur, que enfatizó que su confesión inicial, fue resultado la presión de otros personajes, como el ex alcalde Carlos Bringas.
Las grabaciones que mostró el programa dominical en el que Llaja cambia su versión, esta vez a favor de Ocrospoma, fueron grabadas en diciembre de 2013 por los mismos servidores públicos de la municipalidad de Jesús María (un camarógrafo de imagen institucional del concejo jesusmariano), y no por el equipo de María Eugenia Guevara, reportera del programa periodístico. Seguidamente, el propio Ocrospoma, ya en el set, felicitó al programa, a los conductores Mónica Delta y Aldo Mariátegui por haber realizado un «notabletrabajo de investigación«. ¿Acaso en frecuencia Latina pasan por agua tibia el caso Ocrospoma por la supuesta deuda que mantienen con la Municipalidad?
La casa de La Planicie
Cuando postuló a la reelección en 2010, Ocrospoma no declaró la totalidad de sus bienes en la hoja de vida que presentó ante el JNE. En 2011 solo reportó un único bien, sin especificar qué era, pero cuyo valor era de 60,000 nuevos soles. La razón: se había despojado de sus departamentos en Miraflores y Jesús María. Estas propiedades habrían pasado a poder de sus pequeñas hijas, de 1 y 5 años.
El 25 de abril de 2011, la sociedad conyugal que mantenía con su actual esposa, Rosana Montero, compró una casa de 639 m2 en la zona más exclusiva de la Molina (La Planicie), valorizada en $400,000 dólares. Esta propiedad, cancelada en un 50% con un préstamo del Banco Financiero, y el saldo con sus fondos personales, fue transferida a sus hijas ese mismo año, como Anticipo de Legitima, que no es otra cosa que una donación del bien a sus herederas forzosas. Si el alcalde gana S/7,150 mensuales, y S/10,000 que dice percibir como profesional privado, ¿de dónde adquirió en tan poco tiempo los otros $200,000 dólares para cancelar dicha propiedad?
Registro de la propiedad de la casa en La Molina.
Lo insólito es que en la ficha registral y en la escritura pública de transferencia, el predio se valorizó en S/306,748 nuevos soles, es decir, cuatro veces menos su valor real.
Ocrospoma, el intocable
El fiscal de la Segunda Fiscalía Provincial Penal Corporativa Especializada en delitos de Corrupción, Daniel Cerna Salazar, denunció al alcalde Ocrospoma el 23 de abril de 2013 ante el Juez del Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria Especializado en Delitos Cometidos por Funcionarios Públicos de Lima, pidiendo al juez 6 años de pena privativa, y 6 años de inhabilitación; extrañamente, este mismo fiscal, Daniel Cerna, acaba de retirar la denuncia penal que antes había formulado en contra del alcalde, aduciendo que no habían elementos suficientes que lo incriminaran.
Extrañamente fiscal retira la acusación al alcalde Ocrospoma.
Este hecho ha desconcertado a los vecinos de Jesús María y a la opinión pública, pues el titular del Segundo Juzgado Penal Unipersonal de la Corte Superior de Justicia de Lima ha admitido el retiro de la acusación contra Ocrospoma y contra el gerente de la constructora COPEI, Gladys Pineda Lima, porque «no se acreditó el valor probatorio en los supuestos delitos de peculado doloso en agravio del Estado».
Es evidente que algo está mal en la Municipalidad de Jesús María, y es evidente también la increíble suerte de su alcalde, de sus funcionarios y proveedores intocables, como Pierre Quinteros Lloja (en su momento contratista con la Municipalidad de Jesús María) primo-hermano de Adler Vigo Loja, efectivo policial, seguridad, y hombre de confianza del alcalde.
No está demás recordar que el año 2011 un periodista de apellido Camacho, que investigaba al alcalde por las denuncias acumuladas, fue agredido por 6 matones que lo interceptaron en la calle, dejándolo inconsciente en el piso. Antes de partir, se aseguraron de que entendiera bien el mensaje: “deja de joder”, le susurraron al oído. De igual manera el periodista de Panamericana Televisión, José Mariño, denunció ser sujeto de una serie de amedrentamientos, como el que sufrió su esposa, cuando unos desconocidos tocaron el intercomunicador de su vivienda y le dijeron: «Tenemos un encargo de parte de la municipalidad de Jesús María». Algo huele a podrido no solo en Dinamarca.