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ELLAS, TAMBIÉN LO SON

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Los escultores, son una suerte de magos, pues de un simple trozo de madera o con una gran roca, crean figuras muchas veces de inigualable belleza. Desde los albores de la humanidad, cuando aún no se había descubierto el sentido por lo bello, el hombre  hizo arte, sin saberlo. Las venus del paleolítico son una muestra de ello y ni qué decir de aquellas obras de grandes escultores como Cellini, Miguel Angel  que nos sorprenden por lo perfecto de sus líneas o aquel bordado en piedra increíblemente logrado.

En este universo de creadores, no son muchas las mujeres que han emprendido el vuelo del cincel y el martillo y a excepción de  Camille Claudel que más que discípula y amante del  escultor francés Augusto Rodin, fue una excepcional escultora que según se afirma, superó con creces al creador de “El Pensador”, no tenemos noticias de otras notables.

En Perú, la arquitectura estuvo unida a la escultura, como lo apreciamos en Caral, Chan Chan y con las cabezas clavas de los chavines. En tiempos modernos, unimos los nombres de mujeres seguidoras de esta disciplina a los de Artemio Ocaña, Piscoya, pero sin que hasta ahora podamos apreciar sus obras en algún parque o plaza de Lima, a excepción del realizado por Tilsa Tsuchiya  que se luce en la entrada del Gran Parque de Lima.

Entre estos nombres encontramos a Silvia Westphalen, Johanna Hamann, Margarita Checa Arias, Alicia Saco, que fue amiga de Mariátegui e integró su círculo colaborando en la revista Amauta. Cristina Planas,  nos sorprende con sus gallinazos, ave ligada a nuestros pueblos pre colombina. Planas, es la creadora de esos gallinazos de Villa El Salvador, como del templo de San Francisco y aquél que estuvo sobre el techo de la Biblioteca Nacional, en la avenida Abancay.

DE AREQUIPA A MOQUEGUA

María Luz Paucar de Geilich (Tacna, 1962), se decidió por la escultura gracias a una suerte del acaso, pues en Arequipa estudió Ciencias de la Comunicación Social en la Universidad Católica de Santa María y posteriormente Periodismo político y análisis cultural en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya en Lima. Luego de una larga estadía en las principales ciudades de Alemania aprendiendo el idioma, dando clases de cocina difundiendo la quinua y trabajando como redactora en el periódico SHZ en Flensburg, decidió pernoctar en Arequipa, en donde estudió escultura en la Escuela Nacional de Arte Carlos Baca Flor del 2009 hasta el 2014.

A su pasión por el arte, se une una vocación de maestra, de ahí que periódicamente dicte cursos de reforzamiento escolar y arte para los niños en la comunidad de Pampa Ansa, en Cusco. Cuando la entrevistamos, hace algunos meses atrás unas veces la encontramos en Arequipa (donde reside y recibe clases en La Baca Flor para obtener una Maestría además de  estudiar inglés) y otras en Moquegua, ciudad de residencia de sus padres. Allí dictaba clases de arte a niños de diversa edad y preparó una exposición en el Banco de la Nación de Trujillo, con motivo del Día Internacional de la Mujer. En este periplo de actividades, estuvo por seis meses, viajando todos los días de Arequipa a Moquegua.

Antes de señalar sus múltiples reconocimientos  entre los que se cuenta  el primer puesto en escultura y ganadora absoluta de la VI Bienal Intercontinental de arte milenario, ancestral Piura 2016, preferimos conversar con esta señora que lleva el arte en la sangre, aunque no lo haya heredado de nadie.

“A mis padres, no les interesa este tipo de actividades y si llegan a mis exposiciones, es por casualidad,” nos cuenta risueña.

¿Por qué no existen escultoras en nuestro país?

“Es muy difícil, pues esta actividad puede resultar tediosa por el peso de los materiales, como grandes bloques de madera o piedra. Aparte de que las actividades de artes plásticas, no cuentan con el apoyo de las autoridades. Además, la sociedad no valora este trabajo, a mí misma, no me consideran que  lo sea, me llaman artesana. La artesanía es cierto, es algo muy interesante y maravilloso también pero es diferente. No podemos confundir lo uno con lo otro.

Sobre ese aspecto María Paucar no se hace problemas. Le basta recordar la cantidad de obras que ha dejado en diferentes países  donde expuso as Alemania, Dinamarca, Bolivia y Madrid y las innumerables exposiciones realizadas a partir del 2009 en ciudades como Arequipa, Moquehua, Cusco, Trujillo, Lima (entre estas se encuentra su participación en diciembre del 2018 con el grupo de Integramundos en el Museo Gráfico de Editora Perú del diario El Peruano). La suma alcanza  un número considerable, pues cada año efectúa tres o cuatro en diferentes salas y diversos lugares.

Decidí integrarme al equipo de escultores peruanos, después de haber vivido quince años en Alemania y trabajado como redactora en el diario SHZ. Esta determinación nace del deseo de interpretar la realidad nacional a través de la escultura.”

Notamos  en sus trabajos algo inacabado, a veces muy próximo a los rasgos del pintor Modigliani pero a la vez intencionalmente rústico. “Es cierto, lo hago adrede, porque está logrado algo en el Perú? ¡Nada! Y copio  en mis esculturas el estilo de los rostros alargados del artista italiano, porque me parece fascinante.”

María Luz Paucar, nos da a conocer detalles del proceso de su creatividad: “Hago los bocetos de mi obra y después trabajo con gubias (herramientas para tallar madera) que deben ser de distinto calibre, a veces lo hago directamente. Para hacerlo con piedras, viajo expresamente hasta Cusco donde las consigo y empieza mi trabajo utilizando el cincel y la comba, lo hago a pulso. No me gusta utilizar máquinas eléctricas pues no hay nada más bello que sentir cómo la materia va obteniendo la forma que tú decides, es como si se le confiriera vida.” En este punto recordamos el Génesis cristiano: “Tomó barro en sus manos y creó al Hombre”. Así nos explicamos la emoción de la escultora.

“Soy figurativa y el centro de mis obras es el ser humano. Mis esculturas son personajes cotidianos entre primitivas, minimalistas hasta expresionistas y busco en la pintura una aliada para darles más vida.”

Entre sus referentes cita a la boliviana Marina Núñez del Prado, Pablo Picasso, Alberto Giacometti, Henry Moore, Kathe Kollwitz, Wilhelm Lehmbruck, Ernst  Barlach. Entre los peruanos a Miguel Baca Rossi, Humberto Hoyos, Pablo Yactayo, Peruko Ccopaccaty y Miguel Angel Velit.

María Paucar ha expuesto colectivamente y virtualmente por el Día de la Madre, gracias a la Asociación Peruana de Artes Plásticas en la ciudad de Moquegua. La artista está preparando una exhibición virtual  personal para el Día del Campesino.

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