Escribe: Elmer Antonio Torrejón Pizarro
En nuestro país, la política no te mata de aburrimiento; quizás de cólera y de rechazo; pero en su informalidad y su variedad de partidos y personajes, está el gusto para no morir de aburrimiento político.
Las últimas elecciones extraordinarias al Congreso son muestra de ello. Vamos a tener un Congreso fragmentado, multidiverso, como el Perú mismo. Es un Congreso que, a la luz de los hechos, facilitará las cosas al presidente Vizcarra (éste como uno de los ganadores), si es que de una vez plantea políticas ejecutivas para el desarrollo del país. En su fragmentación está la necesaria búsqueda de consensos. ¡Ya no hay a quien echarle la culpa de las torpezas ejecutivas!
Por otro lado, he visto mucho voto de protesta en estas elecciones; un
voto contra el «establishment político tradicional» transfigurado en
una contundente representación parlamentaria del Frente Popular Agrícola FIA
del Perú (FREPAP); ¡sí, ese partido olvidado de los “barbudos”!, que estoy
seguro que sin el sufragio de aquellos/as, que tenían temor al voto nulo/blanco
porqué facilitaría una representación a los partidos tradicionales como el
APRA, PPC o Solidaridad Nacional; quizás sin ese voto, el FREPAP no pasaba la
valla electoral; hubiese tenido su voto duro y religioso para sacar menos de 7
congresistas, que no hubiesen asegurado su representación en el actual Congreso.
Hay todo un análisis antropológico y sociológico con el FREPAP; un partido de
patriarcados, religiones y cosmovisión andina.
Otra percepción que tengo sobre el voto de protesta, es lo sucedido con
Unión por el Perú de Antauro Humala y Podemos de Urresti; una clara muestra del
rechazo a la política tradicional del país caracterizada por la corrupción y el
gozo de los privilegios. ¡Amigos, Urresti es el más votado! Estos votantes y su
rechazo comentaban en las colas: “Prefiero votar por FREPAP o Antauro, que por
los mismos de siempre”. Este es el estigma de la “depreciación” política que
nos han dejado los partidos tradicionales y los recién formados, que no
supieron HACER POLÍTICA.
Dos grandes ganadores en estas elecciones: Acción Popular con una “ganancia a corto plazo”, tienen el mayor número de congresistas, pero sus claras diferencias internas por liderar el partido de Belaunde entre los “blanquitos limeños” (García Belaunde, el encubierto del Fujiaprismo, Alfredo Barnechea, el alcalde Jorge Muñoz y Raúl Diez Canseco) y los “provincianos cobrizos” (Yonhy Lescano, Mesías Guevara y líderes provincianos); será un escenario de mediano y largo plazo, que si no lo saben llevar adecuadamente, disminuirá sus posibilidades políticas y electorales hacia el 2021.
La otra fuerza ganadora son los hermanos Acuña (César y Virgilio); que lograron encumbrar un importante número de representantes con sus partidos Alianza para el Progreso y Unión por el Perú; respectivamente. El primero, es sabido su fuerza y continuismo político a nivel municipal y regional, allí está su amplio respaldo; y Unión por el Perú, un partido liderado políticamente por Antauro Humala y sus “reservistas” y económicamente por Virgilio, el hermano del patriarcado Acuña, que se alejó de Alianza para el Progreso. Sin duda las posturas políticas de Antauro, y su posicionamiento en el sur peruano, abandonada por la izquierda de Verónica; fue un apreciable néctar para ese voto de protesta y su subsecuente respetable representación en el nuevo Congreso.
Los perdedores sin duda, son aquellos partidos y líderes conocidos que,
en los últimos 10 años, han hecho de la política un botín para relaciones de
corrupción, obstruccionismo, blindajes y privilegios; encarnados en Fuerza
Popular y el APRA, y acompañados por los partidos/líderes como Contigo, PPC o
Solidaridad Nacional. Ha perdido olímpicamente la derecha conservadora de
Martha Chávez y Rosa Bartra; han perdido los Fujimori. Ha sido derrotado un
partido sólido “que antes fue”, como el APRA, por sus constantes relaciones y
apoyo a la corrupción, el blindaje y los privilegios. Lo que algún día fue el
Pensamiento de Haya de la Torre, ese, fue sepultado por el accionar de Mauricio
Mulder y compañía. ¡Esperemos que regrese el PARTIDO de Haya de la Torre! Ya no
quiero nombrar las derrotas contundentes de las Vilcatomas, Heresi, Sheputs y
aquellas ideas trasnochadas que manifestaban acabar con los gais o cerrar el
MINEDU porque es la propia Sodoma y Gomorra.
Con el Partido Morado ha sucedido lo que últimamente sucede con los
partidos que ingresan a la lid política. Hace un mes posiblemente aseguraban
mínimo tener 30 representantes en el Congreso, o quizás más; pero las denuncias
“estratégicamente aparecidas” (obra de la oposición conservadora) y conocidas
contra sus líderes como Julio Guzmán y Daniel Mora; sumado a ello, la limitada
visión y estrategia política, propia de un partido nuevo; hizo que, en las
últimas dos semanas, las pretensiones de una importante representación
parlamentaria, se configure a menos de solo 10 congresista electos. Quizás el
daño mayor hacia los morados, esté pensando en las elecciones hacia el 2021; un
desafío político que se tiene que analizar a nivel de un liderazgo en este
partido, para encumbrar una candidatura presidencial que compita.
Las izquierdas y su mal endémico desde hace décadas: SU DIVISIÓN
MANIFIESTA. Al respecto, ya realicé un análisis exhaustivo (visiten mi página
web), dónde recomiendo la unión de las mismas. A pesar de ello, están llegando
al nuevo Congreso para equilibrar los poderes, pero es de suma necesidad la
reestructuración de las izquierdas en búsqueda de un liderato único, camino
hacia la presidencia del 2021. Se saluda nuevamente la presencia del partido
del ex alcalde Alberto Andrade, Somos Perú; esperemos que sus representantes
tengan propuestas coherentes.
Un acápite breve de lo sucedido en mi departamento de Amazonas.
Virtualmente nuestros representantes serán del Frente Amplio y el médico
Absalón Montoya; y de Somos Perú el docente Grimaldo Vásquez. Tienen grandes
desafíos para apoyar y facilitar el desarrollo de Amazonas, sobre todo en el
sector salud y educación, que ellos ampliamente conocen. Ambos representando la
mayor fuerza laboral pública de Amazonas: los servidores médicos y los
docentes. Por otro lado, también observó en Amazonas la clara segmentación
electoral que tienen las provincias del norte, ya que, a pesar de tener el
mayor número de electores, dispersan su voto en un sinnúmero de candidatos y/o
líderes que tienen sus propias ambiciones y pretensiones políticas personales,
y no logran consensos políticos para tener un candidato único que aglomeren a
su envidiable alto número de electores, y aseguren mínimamente un
representante.
¡LA POLÍTICA ES DE CONSENSOS Y NO DE DIVISIONES! Por eso esperamos que
nuestros dos representantes elegidos, que ampliamente tienen similitudes en sus
ideales y propuestas, nos representen adecuadamente en el Congreso, tanta falta
nos hace tener VOCES ACTIVAS en el parlamento que sean los parlantes de las
exigencias y esperanzas de todos nosotros los amazonenses. Desde esta tribuna:
¡MUCHA SUERTE Y APOYO A ELLOS!