El voto en blanco o viciado ganará en primera vuelta

Por enésima vez se bajan por cuestiones administrativas la candidatura de Julio Guzmán, y ahora de paso también a Cesar Acuña. Un dos por uno que no aclara nada. Porque ni definitiva es la resolución que los saca. Todavía pueden apelar. Yo, sinceramente no sé para qué.

Estamos a contrarreloj del día de las elecciones, con las papeletas impresas y las encuestadoras hechas una protomenopausica que no sabe si viene o no viene. La imprecisión de este proceso electoral donde no se sabe seriamente quienes están en carrera y quienes no,  más que distribuir los votos entre las otras opciones todavía no cuestionadas por el JNE,  están derivando un grueso de intención de voto hacia el blanco, viciado o nulo.

De pronto a la gente, y con justa razón le llega altamente esta situación. De repente está emergiendo una nueva opción más creíble electoralmente, y es la opción del voto Blanco o Nulo. Es el voto protesta, no por personas físicas o partidos o agrupaciones políticas de última hora. Acá el único outsider posible ante el hartazgo de unos políticos ineptos es  la opción del voto viciado.

Esto ha emergido, al menos de momento como intención de los votantes  en las encuestas. Quién sabe si tal vez ganan, quien sabe si tal vez de paso se bajan a la democracia, una democracia que dice que gobernamos, cuando en realidad solo detentamos el poder una vez cada 5 años para entregarlo a otro.

Estas elecciones de por sí ya están viciadas. El JNE y el tribunal ético electoral  están por lograr el milagro de que la opción de voto viciado sea la gran sorpresa del 10 de abril. Mientras tanto el juego continúa. Y no importa quien gane.

No importa quien llegue con la banda presidencial el 28 de julio. El que pierda en segunda vuelta, o los que no pasaran de  la primera vuelta y sobre todo aquellos que están siendo excluidos del proceso electoral van a tener a disposición la  bandera de la protesta antisistema.

Porque cualquier candidato político podrá tachar estas elecciones de  viciadas y nulas.  A nadie le va faltar razones para cuestionarlas, para calificarlas de fraude (como ya insinuó Guzmán) o de atentado a la democracia (Acuña dixit), apelar esta  demás, las elecciones oficialmente son ya ilegítimas. El próximo gobierno cual sea, va ser cojo,  y apuesto mi alma al Opus Dei que no durara 5 años