Lamentablemente uno de los sectores que ha sido seriamente afectado en el mundo por la pandemia del coronavirus, es el de turismo. Precisamente, aquel importante rubro genera el 10.3% del PBI mundial, algo equivalente a 8.8 billones de dólares. En ese sentido, uno de cada diez empleos existentes en el planeta está ligado al sector turismo, y en 2019 de todos los puestos de trabajo que se generaron mundialmente, uno de cada cuatro fue en viajes y turismo.
Pero no todo es alentador, porque por lo visto hasta los próximos tres trimestres, es decir, hasta inicios de 2021 ya no se recuperarán esos empleos, y luego de medir el impacto que tendrá en el sector turismo la actual crisis mundial del Covid-19, según la evaluación de Gloria Guevara, ex secretaria de turismo de México y actual Presidenta y Directora Ejecutiva del WTTC (Consejo Mundial de Viajes de Turismo) se calculó que al principio de la crisis epidémica iban a ser afectados 50 millones de empleos, sin embargo, la cifra creció a 75 millones y eso ha significado que hasta el momento ya se han perdido un millón de empleos diarios ligados al turismo.
Aquella cruda realidad se traducirá más o menos en 2.2 billones de dólares en pérdidas apenas en un trimestre y que representa un tremendo impacto en el sector. El golpe económico que ha paralizado al turismo mundial ha sido tan fuerte que ni siquiera se vislumbró; no obstante, empezó primero en Asia, luego en Europa, Estados Unidos y finalmente en Latinoamérica.
Los mercados más grandes, turísticamente hablando y que producen la mayor cantidad de turistas que viajan alrededor del planeta y que incluso gastan más en servicios, han sido los más afectados en el mundo. Sin embargo, en China ya se empezó a ver una pequeña luz de esperanza porque de los 1,900 hoteles que estaban cerrados en todo el país, ya han reabierto sus puertas al menos 1,600.
Ante ese repunte, efectivamente China ya está viviendo una recuperación después de 75 días de aislamiento social y poco a poco su turismo nacional está creciendo y hay más reservaciones, sin embargo, la recuperación va a ser muy conservadora y será por fases, porque primero se atenderá el turismo nacional y posteriormente el internacional.
Por ejemplo, en México en la última Semana Santa que normalmente era la segunda temporada más importante con viajes internos, todos los servicios se paralizaron. Así también, en España la Patronal Turística ha calculado en casi 100.000 millones las pérdidas, a diferencia de la Influenza H1N1 en el 2009 que tuvo un impacto menor con pérdidas económicas de 50.000 millones.
Otro ejemplo es Bariloche, que es uno de los atractivos turísticos más visitados de la Patagonia argentina por los habitantes del mundo, y hoy está desierta a causa de la pandemia del Covid-19. Claudio Roccatagliata, representante oficial de la Asociación Hotelera Gastronómica de Bariloche ha manifestado que en estos momentos no hay ninguna actividad y están con los hoteles cerrados y tampoco hay buses. Eso es realmente preocupante, tal como señala el Secretario de Turismo, que incluso tuvieron que trabajar mucho para evacuar a más de ocho mil turistas y él tampoco no ve una fecha cierta para que su producción turística se reactive en el corto plazo, si tomamos en cuenta que la actividad turística de la zona representa el 30% de la economía local, con más de cinco mil empleos directos.
Estados unidos no ha sido la excepción con aeropuertos cerrados y las líneas áreas inoperativas. Lo cierto es que los efectos del coronavirus en el turismo norteamericano están siendo devastadores, ya que la industria de hoteles es una de las más afectadas a causa de la pandemia.
Según un informe de la consultora STR, apenas un 21.6% de las habitaciones de los hoteles en los Estados Unidos han sido ocupadas entre el 29 de marzo al 12 de abril, y aquella deserción que se traduce en un 80% de habitaciones vacías, representa un significativo 70% menos, en comparación con la misma quincena del año anterior. En esa misma línea, grandes marcas de hoteles internacionales como Marriot, debido a las cancelaciones y a las no ocupaciones han tenido que despedir a miles de empleados. Igualmente sucede con las cadenas del Intercontinental Hotels Group, dueño de importantes hoteles como Crowne Plaza y Holiday Inn que han tenido una significativa baja de ocupación jamás vista en toda su historia de funcionamiento.
¿Cuáles son los retos que debe afrontar el turismo mundial para salir de la crisis?
La experta y mandamás de WTTC Gloria Guevara concuerda con el criterio de sus doscientos miembros distribuidos de la siguiente manera: 30% en Asia, 30% en Europa, 30% en América y 10% en el resto de continentes, que dentro de los tres aspectos fundamentales que se deben atender en turismo están, PRIMERO: Proteger a los trabajadores; por ejemplo Gran Bretaña tiene un programa donde el gobierno paga el 80% de los sueldos de trabajadores por dos o tres meses y con cantidades que no excedan las 2,500 libras al mes. Y en algunos países más pequeños de Latinoamérica ya se están tomando iniciativas para proteger a los trabajadores; así como en el sudeste de Asia donde no se les está cobrando impuestos porque hay subsidios con los empresarios; SEGUNDO: La liquidez es importante, porque actualmente hay empresas grandes, medianas y pequeñas que ya están sufriendo los embates, es decir, agencias de viajes, tour-operadores, hoteles, arrendadoras, aerolíneas, etc., y si en estos momentos no hay ingresos ni liquidez para pagar a los empleados, entonces todos quebrarán; y TERCERO: La tributación que por ahora se ha convertido en un problema, porque se debe retrasar o condonar por el momento los impuestos.
Parte del trabajo del WTTC es la investigación de mercado y justamente hace unos meses evaluaron y emitieron un reporte clave, que reveló que entre los años de 2001 a 2018 existieron noventa crisis en el turismo, y cómo impactaron en el sector.
Justamente esas crisis se dividen en 4 categorías: // Cuestiones de seguridad y/o ataques de terroristas // Temas de brotes de salud y/o epidemias // Desastres naturales // Tomas de inestabilidad política.
Las crisis que tienen mayor impacto en el turismo, no son precisamente las de ataques terroristas; una prueba de ello fueron los atentados en Barcelona y París, porque curiosamente el turismo logró recuperarse rápidamente en un lapso de dos meses. Por el contrario, el peor impacto lo causa las inestabilidades políticas, porque es la peor de las cuatro categorías de crisis, ya que su impacto es muy negativo; recordemos la violencia de Cataluña en agosto de 2017. Tampoco olvidemos el impacto en la coyuntura del Brexit en 2016, porque un año anterior el destino turístico en Reino Unido había crecido 4.6%, pero al año siguiente de los resultados del referéndum solamente creció un 1%.
Las crisis no dependen de la ubicación geográfica de los países, porque en cualquier momento cualquier continente está expuesto a crisis; en ese sentido mientras Australia padecía de incendios hasta enero de este año, ellos también seguían los reportes del WTTC y por eso tuvieron contacto permanente con California que también sufrió de incendios forestales. Así, Australia aprendió de la experiencia de California que afortunadamente a pesar del devastador fuego, solamente el 1% de su territorio tuvo un impacto. Y si bien afectó al turismo, en poco tiempo se recuperó gracias a la buena estrategia de comunicación.
Ahora bien, si hablamos de Latinoamérica, ella tiene muchos retos que están asociados a la conectividad y que será muy importante incrementarla con otros países. También está el reto de afrontar las inestabilidades políticas de sus eventuales gobiernos y por eso se requiere trabajar con transparencia y articulación para que los mercados latinoamericanos sean más competitivos.
Por ejemplo, Asia ha venido creciendo vertiginosamente en los últimos años, aunque la región mundial más grande y productiva en turismo sigue siendo Europa que ostenta un saldo de mil millones de pasajeros que consumaron vuelos. Y lo que necesita América latina para crecer en el turismo, a pesar de su gente y de sus hermosos parajes naturales, es mayor inversión en infraestructura y en producto, y mayor conectividad, así como el compromiso entre los gobiernos de la región.
En resumidas cuentas, no se puede dejar de apostar por el turismo porque está demostrado que ese atractivo sector reduce la pobreza, trae bienestar, incrementa la educación y la cultura y finalmente tiene un gran impacto social que indudablemente sacará adelante a los países del mundo, sobre todo a los de Latinoamérica.