Opinión
El túngar
Lee la columna de Julio Barco
A sus 105 años, Leoncio Bueno representa una de las voces medulares de la poesía social peruana. Atravesó la historia de nuestro país como un tajo: padeció cárcel, fue parte y arte de las invasiones que fundaron Comas, mecánico a tiempo completo y sindicalista y recientemente una figura del Facebook con declaraciones como: “Arriba los pobres del mundo, de pie los obreros sin pan. Y gritemos todos unidos: ¡VIVA LA INTERNACIONAL! (sic). Ahí donde se considera que la poesía debe contener la finura y exactitud de la “belleza” el bardo se empapa de la experiencia diaria y escribe, o como él mismo versa, rebuzna a viva voz: “No quise ser poeta fino, sino cuchilla en el papel”.
En el Perú tenemos un inventario de poetas sociales. (Revisar la antología de V. Mazzi). Algunos representan luchas claves de la historia (Heraud, Tello, Portal); otros, mezclan lo social con lo lírico (Scorza, Rose, Romualdo); y también tenemos los que tocan poemas sociales, pero no desde la “inocencia” sino desde los campos abiertos del desasosiego (Pimentel, Santibáñez, Domingo de Ramos). Así, se infiere que no se trata exclusivamente de cantarle a un partido político, sino en representar un sentimiento crítico frente a la sociedad. Y expresar, en suma, la propia voluntad de significarse más allá del orden regulador social (Butler, 2002). Por eso, no deja de ser curioso que en la actualidad crezcan poetas sociales que desde sitios fichos arenguen contra la burguesía. (Una cosa es comerse un chifa de M. Lauer en el óvalo Gutiérrez y otra es comerse un chaufa en Puente Nuevo). Bueno afirma: “Tiempo ha que machaco y le doy de alma/a esta mollera chúcara /por saborear deveras mi sandía”.
Recientemente se hicieron conocidas dos noticas sobre el bardo centenario. Por primera vez, editarán su obra en España, gracias a la gesta del joven poeta Codarlupo y por medio de la editorial Ultramarina Cartonera & Digital. También será homenajeado en la Feria Internacional del Libro.
Esperemos que, a diferencia del premio de la CASLIT, esta vez sí gane algunos soles. Como (casi) todos los poetas peruanos es un poeta sin AFP, ni CTS.