La situación del presidente del Perú es deplorable: el 77 por ciento de los peruanos desaprueba su gestión. Una serie de escándalos, que involucran hasta a su propia esposa, amenazan con debilitar aún más su mandato.
La popularidad de Ollanta Humala es del 16 por ciento, la más baja de todo su mandato, según una encuesta realizada por GFK para el diario La República. Según Hernán Chaparro, gerente de GFK, el descenso de la popularidad de Humala se debe, sobre todo, a «los errores cometidos con el proyecto minero Tía María», propiedad de Southern Copper, filial del Grupo México, cuyas protestas sociales en el sur del país han dejado 4 muertos y más de 300 heridos desde marzo.
El 68 por ciento de los peruanos está a favor de suspenderlo indefinidamente, de acuerdo al mismo sondeo. Y los ciudadanos desaprueban que su presidente no lo haya hecho, hasta ahora. Los peruanos quieren que se garantice la no contaminación de los campos cultivables de la provincia de Islay, cuya población mantiene un paro indefinido desde hace más de dos meses.
La provincia de Islay se encuentra en estado de emergencia, decretado la semana pasada por el Gobierno cuando se cumplieron dos meses de cese de actividades. Entre tanto, los trabajos fueron detenidos por dos meses para «informar mejor a la población». Southern Copper, por su parte, dice contemplar la inversión de unos 1.200 millones de dólares para la construcción de Tía María, que tendrá una producción estimada a partir del inicio de sus operaciones de 120.000 toneladas métricas anuales de cátodos de cobre.
¿Quién le teme a Martín Belaunde?
A pesar de la ya baja popularidad registrada, dicho sondeo no refleja la reacción de la población tras la extradición desde Bolivia del prófugo empresario Martín Belaunde Lossio, exasesor de Humala y sindicado en Perú de varios delitos.
El Fiscal General de Bolivia, Ramiro Guerrero, investiga si Belaunde pagó un millón de dólares para escapar de su arresto domiciliario en La Paz hacia Brasil. En Bolivia, hay unas 13 personas detenidas e imputadas por supuesta complicidad con la evasión de Belaunde en La Paz, entre ellas varios familiares, policías y su abogado, Jorge Valda.
Por su parte, Ollanta Humala afirmó en Lima “no estar preocupado” por lo que pueda declarar su exasesor y recordó que “a Belaunde no se le investiga por haber trabajado en la campaña del Partido Nacionalista para las elecciones presidenciales del 2006, sino por peculado y asociación ilícita en el caso de ‘La Centralita’, una oficina desde donde se espiaba a opositores del presidente regional de Áncash, César Álvarez”. A Belaunde se le atribuye, además, lavado de activos al gestionar contratos con el Estado en gobiernos regionales.
¿De dónde viene el dinero que gasta Nadine Heredia?
Y como si fuera poco, este 1 de junio medios peruanos revelaron que la esposa del presidente Humala, Nadine Heredia, presidenta del Partido Nacionalista (PNP) e investigada por presunto lavado de activos, gastó más de 38.000 dólares en 18 meses en artículos de lujo. Heredia es investigada por haber, supuestamente, recibido más de 87.000 dólares en 2005 de la empresa venezolana Inversiones Kaysamak para la campaña electoral de su esposo.
La Fiscalía del Perú, en coordinación con la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), detectó que la transferencia se hizo un año antes de las elecciones presidenciales de 2006 desde una sucursal de Kaysamak en Nueva York. La UIF indicó, además, que existen incongruencias en los ingresos declarados por Heredia del 2005 al 2009. El fiscal especializado en lavado de activos Marco Cárdenas indicó que la investigación es un nuevo proceso indagatorio «netamente jurídico», distinto al que se abrió en febrero.
Detrás de las sospechas por los ingresos de los Humala ha estado la extendida creencia que el entonces candidato, que defendía ideas similares a las del extinto Hugo Chávez, fue financiado por su régimen desde Caracas. Una vez en el poder, el mandatario ha seguido, sin embargo, una línea liberal en lo económico y conservadora en lo político.
La primera dama, de 39 años y a quien algunos consideran la persona más influyente en el gobierno, ha sufrido también una considerable caída de su popularidad. Ella afirma que las denuncias en su contra solo buscan perjudicar al gobierno.
Al fin de cuentas, ¿qué tanto le cobrarán los ciudadanos a Humala su pasividad en el caso del proyecto minero Tía María, qué tanto contará Belaunde sobre sus conexiones y qué tanto caerá la primera dama como para afectar a su marido, el presidente? Eso es lo que se preguntan muchos peruanos de a pie.