La difusión de fake news por divertimento, ingenuidad, sentimiento o dinero, tiene resultados devastadores para la sociedad y la democracia, aún peor, podría poner en peligro la permanencia de un gobierno, sobretodo si tienen dudoso accionar en el uso de las instituciones públicas.
Estamos hablando del denominado caso SwingGate (una serie de vergonzosas contrataciones entre el Ministerio de Cultura y el ciudadano Richard Cisneros por la suma de 175 mil soles —investigación de Lima Gris— que ha suscitado en las redes sociales contenidos dudosos sobre la relación entre el presidente Martín Vizcarra y el cuestionado personaje farandulero.
Se trata de una fotografía donde se ve al mandatario peruano en la década del ochenta junto a un personaje parecido a Swing. Esta fotografía se viralizó en twitter e inmediatamente se compartió por políticos populares, personajes mediáticos, trolls de internet, ciudadanos indignados e inclusive “periodistas” de conocidos medios de comunicación, junto a especulaciones sobre los años de amistad que tendrían “ambos” y llamando a la ciudadanía a pedir la vacancia presidencial.
Ojo, también algunas páginas webs rebotaron la noticia generando tráfico monetizable a sus plataformas con desinformación. Sin embargo, nadie verificó el origen de la fotografía, mucho menos indagó sobre los personajes que aparecen, ni corroboró la presencia de Richard Cisneros en ese episodio.
Lo cierto es que la persona aludida en la fotografía sería el primo del presidente, Luis Cornejo Flores, y ésta fue tomada en los años ochenta en una de las reuniones del Club de fútbol El Kalamazo, del cual ambos son fundadores.
Paralelo a ello se difundió en las redes sociales un supuesto comunicado del Ministerio de Educación (con diseño de logotipo) que avisaba del 30% de descuento al sueldo de todos los profesores del país decretado por ley. Esto se viralizó y el resultado fue la indignación del gremio y la ciudadanía enojada que repetía el mismo mensaje: vacancia presidencial.
El fake news fue desmentido por el gobierno en sus redes sociales pidiendo a la población ignorar las noticias falsas que salen día a día desde las cuentas no oficiales del Estado. Pero la tendencia no solo afecta al sector público sino también al privado, como el caso de las tiendas Makro que vio afectada su reputación cuando un fake news difundió robo en sus estacionamientos.
La marca no tomó acciones inmediatas y recién cuando su imagen se vio deteriorada desmintió el hecho aclarando que el vídeo fake era de otro país. Desinformaciones como esta confunden a la sociedad y generan repudio social, y aunque no resulte sorprendente una ola de noticias falsas atacando al gobierno justo cuando tiene serios problemas de honestidad, es inevitable pensar que existen empresas digitales financiadas que producen contenidos para desestabilizar un régimen, crear crisis o dañar una reputación.
En la región ya se están tomando medidas para combatir los fake news, y no es necesariamente una extensión o aplicación que filtre los medios de comunicación y sus contenidos como sucede en Estados Unidos y Microsoft con el navegador Internet Explorer. Sino creando mecanismo legales o utilizando los que ya se tiene para desmantelar fábricas de noticias falsas y esto se puede lograr cruzando las fuentes de distribución de desinformación, en las redes sociales, en los sitios web.
Además se exige sanción civil y penal a las empresas y funcionarios que financian estas estructuras criminales. Sin embargo la acción más importante siempre será de manera comunitaria, desenmascarando noticias falsas para evitar que nuestros familiares, amigos y vecinos caigan en una desinformación que pueda robarles, enfermarlos o engañarlos sobre algún tema. Ya lo sabes, no compartamos fake news.
*CEO Agencia HEFE Network. Fundador de LaTrue plataforma digital ganadora de la 1ra Hackathon contra la desinformación.