Hoy salieron las últimas encuestas presidenciales de CPI. La tendencia se confirma, Acuña crece, y sin elévate shoes alcanzó el segundo lugar pasando a PPK, y la sorpresa nos cae como agua fría en pleno verano, Julio Guzmán se mete entre los cinco primeros desplazando a Toledo. Alan se mantiene cuarto pero bajando en intención de votos, y Keiko aunque sigue primera comienza también a perder votos y devotos.
Lo de Acuña ya se veía venir (a él le sobra la plata), con la campaña más costosa (se estima que es más del doble de la de los demás candidatos sumados juntos) y con Favre ha sido capaz el chapo, perdón, el chato de crecer y crecer.
Ahora su última adquisición es el sindicato de Construcción Civil que se ha unido a su alianza. A esto súmese los constantes ataques a su persona, sobre el origen de su fortuna, la mala calidad de la enseñanza en al Vallejo o el despilfarro en publicidad que viene realizando. Eso no le ha restado ni un voto. Atacarlo es hacerle publicidad, cuanto más le pegas más sube, y el votante promedio que comparte Acuña es el mismo que votó por el retorno de Castañeda, o sea, popular pragmático del sector D y E.
Su frase “plata como cancha” más que afectarlo lo beneficia. Porque entre un mudo y un tartamudo, el pueblo no distingue mucho. Los pueblos suelen ser siempre así, hace mucho cierto pueblo elegido prefirió indultar en un referéndum a Barrabás y condenar a la crucifixión a Jesús.
La sorpresa refrescante de este verano lo representa el ascenso en la intención de voto de Julio Guzmán, quien pasa de tener 1,5% a 5%, esto es un crecimiento de más del 300% en un solo mes. Esto rejuvenece el panorama político harto de las mismas caras nada alentadoras de la política peruana.
El crecimiento de Guzmán ha sido mayor entre los jóvenes, especialmente los conectados, ya que su campaña apunto modestamente desde las redes, y ha venido consolidándose a través del boca a boca. Es un fenómeno semejante al de PPK hace 5 años, que creció sobre la misma base juvenil y también a través del internet.
Eso no quiere decir que el grueso de la población pulpin vote por él, pero es un segmento al que podría aspirar mucho mejor Julio que los demás candidatos. Su último jale ha sido el congresista Daniel Mora, arquitecto de la ley universitaria, madre del cordero de la actual coyuntura de tomas universitarias.
Ideológicamente Guzmán no es un radical, más parece ser un PPK chibolo. Vende una imagen fresca, honesta y moderna. Una mezcla de Albert Rivera de Ciudadanos con Pablo Iglesias de Podemos. Tiene porte atlético, anda con la camisa arremangada, tal vez hasta corre por las mañanas pero sin la sonrisa estúpida de Ollanta.
En resumen tiene el perfil del yerno perfecto, ese a quien dejarías que vaya con tu hija al cine (si tuvieras que escoger entre pretendientes a Alan, Toledo o Acuña, Julio Guzmán sale ganador). Solo encuentro un pero a Julio Guzmán y es que es poco carismático. Sonríe, más que Vero felizmente, pero su cara da más para enojo que para alegría, su ceño es fruncido, muy de señor serio (como supervisor de SUNAT ), eso le aumenta la edad y lo aleja de los jóvenes.
Tampoco lo veo hacer bromas y casi no ríe. Lo veo cuadriculado, algo rígido, propio de los tecnócratas robotizados en años de estar pegados a hojas de cálculo. Todavía muy frío como Soldado Universal. Ciertamente le hace falta sentido del humor, ser espontáneo. Porque si no corrige eso podría quedar ahí nomás. Cuando menos su sonrisa es más honesta que la de Acuña.
Una campaña, la de Acuña, es la del Goliath de la billetera, la otra campaña, la de Guzmán, se dibuja como la del David de las Redes Sociales. Veamos quien gana. Nada está dicho y Nano Guerra ha pasado de 0,7% a 2,2% en la misma encuesta.