EL SÍNDROME DE LOS OJOS VACÍOS: LA INCAPACIDAD DE ENFRENTARSE A LOS MONSTRUOS EXTERNOS

Escribe: Viviana Suárez

Si vamos a darle vida a un personaje de caricatura y que nos represente; entonces  cogemos un papel y un lápiz y dibujamos primero un rostro, segundo los ojos, le sigue la nariz, la boca, las orejas, el pelo, el cuello, el tronco y las extremidades. Allí tenemos una   copia sencilla y simple de un ser humano. Pero ¿qué pasaría si a este ser humano, luego de dibujar el rostro y dibujar los ojos, olvidamos las pupilas? Sucedería que tendríamos una caricatura que nos represente pero con  unos ojos vacíos.

Los ojos vacíos existen en la vida diaria y no son los líderes sino los seguidores. Empero un seguidor puede llegar a ser un líder con el tiempo; sin embargo, no una persona que sufra de un “síndrome de ojos vacíos”.

¿Quiénes tienen el síndrome de los ojos vacíos?

Son personas  comunes  y corrientes; pero  a quienes les es difícil procesar eventos emocionales de la vida diaria y tienden a  obviar o evadir la importancia de estos y en consecuencia, a actuar con posiciones radicales o ya sea blanco o negro. Rara vez, ven matices o grises, carecen de esta sensibilidad emocional.

En estas personas, hay cierto grado de  inmadurez y está asociada a algunas conductas regresivas  de dependencia infantil. Tal vez unos padres muy sobreprotectores (especialmente la madre), hayan interferido el proceso de desarrollo de su autonomía personal para ciertos aspectos. Si es la madre, por miedo y también egoísmo,  retuvo al hijo cubriendo aspectos que debió aprender a satisfacer por sus propios medios para el logro de su independencia. Por lo tanto, varios rasgos afectivos  no se han desarrollado de la manera adecuada y se han quedado estancados en una etapa primaria y los que siguen manteniendo en la edad adulta.

Sin embargo, estas personas no han  anulado completamente su independencia, pues tiene que subsistir. Viven percibiendo del mundo  lo concreto y capaces de percibir cierta parte de la realidad y adaptarse en esta. Pero otra parte del mundo estará cerrada y será percibida vagamente, como una especie de masa no diferenciada. Es decir, en lo práctico, especialmente si son situaciones afectivas o emocionales complejas,  no va a poder enfrentarlas con madurez y adultez, ya que se mostrarán evasivas o perderán la visión del todo para enfrascarse en detalles insignificantes.

¿Entonces como se integran al mundo, al trabajo? Generalmente, en una estructura organizada jerárquicamente, con una visión y objetivos claros y delineados, en donde sepan a quien responder y en donde la ambigüedad emocional  sea baja.Funcionan bien con jefes patriarcales y de tendencia autoritaria. Muchos ojos vacíos  sirven en la vía castrense.

Para concluir, si eres promotor o gestor cultural o líder en una organización (no importe el tamaño) y deseas saber con quién cuentas, pídele a tu colaborador que dibuje una persona y si ves “un síndrome de ojos vacíos”; enséñale  metafóricamente, que  cuando vea algún  monstruo -incluso cualquiera de los nueve monstruos de César Vallejo-  no cierre los ojos, sino que lo enfrente. Una vez que enfrente al monstruo, este comenzará a desaparecer y casi mágicamente, las pupilas a aparecer en los ojos de su espectro emocional.