Literatura

EL RECOLECTOR: MY PERSONAL INTI RAYMI

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Bitácora de viaje

MY PERSONAL INTI RAYMI

Por John Martínez

 

        
Hoy me he despertado de golpe junto a los restos de la noche anterior  gracias a la voz de Midori, grita en un idioma que no entiendo pero que sospecho es dirigido a mí. Hay una puerta interna entre habitación y habitación del hotel. La oigo a través de ella.

Abro la ventana y las nubes han acumulado suficientes espacios entre el azul implacable del cielo. Desde el balcón veo el movimiento de la gente. – ¡Pero Perú!- grita Romina- estas hecho bolsa, llegaremos tarde, ¡apúrate!

Midori, tiene esos gorritos tipo la isla de Guilligan que todos los japoneses se ponen y una cámara de fotos que debe valer más que mi camioneta. –Bajo en 5 minutos- les digo y me dispongo a fumar. Hoy será un día largo.

Vamos hacia Sacsayhuaman pero pasamos antes por la Estación Wanchaq, tenemos que recoger a Severiano que será el guía y nos ayudará a hacer el pago a la tierra (la pagapa). Tenemos suerte porque él también tiene una bolsa de hoja de coca.

Pienso que hace meses no hago una pagapa en un lugar sagrado,  pienso en esto mientras Midori y Romina hablan con Severiano en inglés. De pronto él dice:

– Pero es verdad, siempre hacían eso, cuéntale John, el Inti Raymi se hacía el 21, el Sol nuevo llegaba ese día.

–  I don´t think so.

–  Che´ ¿Es verdad?

Me acuerdo de la noche anterior y del sake, veo a Midori por el espejo retrovisor y les digo: – Si, la acción se hacía el 21, el año nuevo aymara, los cristianos cambiaron la celebración  para el 24 de junio, día de los santos Pedro y Pablo, los discípulos de Cristo que eran pescadores. Si estuviéramos en Huanchaco o en el Callao, veríamos como los pescadores pasean a las efigies de los santos por toda la costa, cuestión de  circunstancias geográficas. No solo eso, cada iglesia que ven en la ciudad se hizo sobre un huaca, sobre un lugar sagrado.

–  I want my photos only, dice Midori. Y se hace más largo el camino.

Estamos ya en Sacsayhuaman y hemos dejado el carro cerca, en la casa de Pochita quien nos ha dado una bolsa de choclos y queso. Nos acercamos hacia las entradas y veo dónde podría hacer  la pagapa. Aunque Midori y Romina han decidido hacer su pagapa al final del día, no les alcanza el tiempo, dicen, para armar su book de fotos. He decidido hacer mi pagapa solo mientras Severiano ha ido describiendo la ceremonia empezando por la simbología de los colores.

Los miles de turistas a mí alrededor me confunden. ¿Estaré en Perú? No oigo el castellano por ningún lado y eso extrañamente me tranquiliza. ¿Por qué vas a hacer un pago a la pachamama 3 días luego del año nuevo, si vos no crees en el 24? –pregunta Romina-  ¿No decís vos que hace 3 días fue la celebración verdadera y que esto solamente es una replica para turistas curiosos?

– No es la fecha, es el lugar. Estamos sobre los restos de un recinto enorme, estamos parados sobre la historia y en la historia hay poder. Lo que ves es solo el 30% de Sacsayhuaman, el otro 70% está enterrado, estamos parados sobre eso.

Los pututos han comenzado a sonar. La ceremonia esta comenzando y miles de cámaras registran cada momento. Romina vuelve a su sitio y yo me alejo lo mejor que puedo. Encuentro un lugar apartado y bajo una piedra mediana hago un agujero, me ubico en dirección de mi Apu, mirándolo, e inició la pagapa.

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