Esta semana el presidente chino Hu Jintao, ha llegado a una visita oficial de 4 días a los Estados Unidos. La visita del presidente China, segundo proveedor comercial de EE.UU., es significativa; según señala en propio Obama servirá para delinear los próximos 30 años de relación bilateral. El tema principal de esa visita ha sido la economía, el repunte del dólar y la sobreprotección de la moneda china, el Yuan, para que China siga abaratando sus costos.
Sin embargo hay otro tema de suma importancia. La cárcel a la que es sometido el premio Nobel de paz 2010, el chino Liu Xiaobo, defensor de los derechos humanos en su país y escritor contestatario; quien cumple una condena de 11 años por opinar contra el régimen de Pekín.
Muchos sectores defensores de los derechos humanos y algunos senadores sugirieron y esperaron que el presidente estadounidense, dijera algo. Y no es solo porque la libertad, el derecho a la libertad, es uno de los estandartes de la política gringa, sino porque además el Nobel de la paz anterior a Liu Xiaobo, fue precisamente Barak Obama. Oficialmente Obama no ha dicho nada sobre Liu Xiaobo, aunque un portavoz ha dicho quese planteó el tema en privado pero sin recibir respuesta.
¿Tiene la obligación un premio nobel, de preguntar por otro premio nobel, si piensa que esta en peligro? ¿Tiene el deber de pronunciarse públicamente sobre las condiciones de un colega en las labores de la paz? ¿Por qué se le entregó el nobel de la paz a Obama, sino porque su figura representaba el quiebre de una serie de prejuicios que creíamos imposibles de detener? ¿Es posible que la intervención de Obama, si es que la hubo, ayude a Liu Xiaobo?
Lo oficial (no digamos lo real) es que Hu Jintao respondió en la conferencia de prensa, a los periodistas diciendo que China había hecho grandes avances en lo concerniente a los derechos humanos y que ese esfuerzo era reconocido por el resto del mundo –mientras Obama asentía a su derecha. Obviamente eso no significa nada mientras continúe la segregación contra las minorías en China, mientras siga teniendo sometido a otros pueblos como el Tíbet.
Hu Jintao ya se encuentra en Pekín, Obama seguramente cenando con cubiertos de plata. No hay posibilidad, al menos a la vista, de que el premio nobel de la paz 2010, Liu Xiaobo, salga de su prisión. La silla vacía en la premiación del nobel, símbolo de su cruel ausencia, seguirá estando vacía. Esperemos que la memoria no se quede igual.