Hace un par de años mi mejor amiga partió de la ciudad, cruzó en un vuelo transoceánico latitudes y otros husos horarios. Llegó a Madrid. Luego de usar el msn y el teléfono nos enviábamos libros como postales para anular la distancia.
Entonces España se convertía en la referencia principal de nuestro idioma, desde ahí venían libros joyas que en Perú no consigo, además algo en mi creía que vivir en Madrid o en Barcelona, es parte de una cierta educación sentimental. España significaba letras, libros, autores, y películas de Almodóvar.
Pero hace una semana Amnistía Internacional intervino mi concepto,
Sabemos que además de los balseros cubanos, quienes cruzan arriesgándolo todo hacia Miami, también a España llegan balsas con gente que quiere vivir mejor, los llaman patera, cruzan desde Marruecos, si ese país donde se filmó Casablanca; hasta pueblos pesqueros como Almuñecar, Roquetas de mar, entre otros. Es que la situación de Marruecos es trágica, como muchos países del continente africano también hay una guerra civil, también la sangre inocente se derrama. En ese contexto de violencia, hambre de poder, delirios, en ese infierno, España le vende armas por cantidades horrorosas a ese país tan golpeado.
El año pasado, España vendió a Marruecos armas por valor de más de 30 millones de euros, los primeros seis meses del 2010, se contabilizaron ya 4,3 millones de euros. Y eso, a pesar de que el Gobierno de Marruecos ha intensificado las violaciones de derechos humanos en el Sáhara Occidental. Solo hace dos semanas el campamento de protesta saharaui quedó arrasado tras la intervención de las fuerzas de seguridad marroquíes.
Entonces no solo de libros vive España, no solo de lo que a uno le agrada esta hecha la realidad. El gobiernos español, quien fue uno de los que apoyó la invasión a Iraq, al comienzo de la década, vuelve a cometer un error, no es que este haciendo nada ilegal pero es de tontos creer que no saben en qué y contra quiénes se emplean esas armas. Veremos hasta dónde sigue el país de Cervantes con esta torpeza, ojalá sea pronto, veremos si el dinero, las armas y la muerte son más fuertes.