Llega luz y esperanza a millones de peruanos desde el 15 de julio pasado cuando regresó oficialmente a la política peruana el Partido Cívico OBRAS (PCO). Pero renace en medio de un sistema de partidos que debe cambiar y transformarse.
A diferencia de los partidos tradicionales de 1989, y los de hoy, OBRAS no es un cascarón ni un vientre de alquiler ni propiedad de cualquier advenedizo que hace su fortuna en la nocturnidad para manejar organizaciones políticas como si fueran clubes privados donde se venden candidaturas o ministerios, manteniendo con cada gobierno una farsa de democracia junto a burócratas que defienden los intereses de los grupos de poder, a cuya sombra buscan hacerse ricos usufructuando, encima, los puestos del Estado.
Esa triste y antipatriótica realidad tiene que cambiar y para eso desde el PCO planteamos la Gran Transformación (la GT) con el objetivo de regenerar la nación y el Estado, reorganizar la administración pública y reinventar la política para que no siga siendo nido de pillos y ladrones que someten al pobre, que engañan al joven y le roban calidad de vida al adulto. Basta de corrupción, impunidad y destrucción de la sociedad.
Ahí, donde pensadores e idealistas como Haya de la Torre, José Carlos Mariátegui o Matos Mar, aportaron al siglo XX, hoy con Ricardo Belmont, la filosofía política del partido y la mística heredada de nuestros mayores, que ofrendaron su vida por la República, sus ideales sí se podrán renovar y aplicar junto a nuevas propuestas de forma dialéctica, racional, positiva y holística con el objetivo de asegurar la gran victoria de los patriotas y demócratas, así como de los peruanos que vendrán en los próximos 20, 30 o 40 años.
En este contexto resulta alentador que en cuestión de días, tras la inscripción oficial del PCO, los pueblos más alejados de la costa, sierra y selva, sin táperes, sin coimas, sin vender conciencias ni el alma, salgan con todo su corazón, porque OBRAS es corazón, a pintar mensajes de la buena nueva con los colores de este movimiento bendito que ya tiene 35 años de existencia; y dentro de esas pintas el poblador más humilde expresa: “Belmont Vuelve”, “Belmont Presidente”, “OBRAS Vuelve”, “OBRAS Renace” y “El pueblo lo quiere”.
A esto sumamos, desde esta patriótica columna, la tesis de la “Segunda República” y para eso se cuenta con herramientas e instrumentos, como son las 10 vigas maestras, las cuales deben formar parte de la misión y del propósito de cada ciudadano y así, fortalecidos por la unión, acabar juntos contra la inseguridad ciudadana, la injusticia, la falta de trabajo, de educación, de salud, de paz y la falta de libertad. Porque los peruanos no son libres al ser esclavos y víctimas de la corrupción, pues hoy esta domina sobre la vida peruana.
No obstante, para evitar el fraude de un sistema corrupto y un Estado caduco, el pueblo tiene que ser firme y consciente en dar el gran paso, y eso implica ganar en primera vuelta para asegurar la Segunda República. Ante esa perspectiva y el horizonte realizable, concluimos este artículo de combate por el nuevo Perú, compartiéndoles las 10 vigas maestras:
1. No prescribirán los delitos contra el Estado y los funcionarios sentenciados serán inhabilitados a perpetuidad.
2. Desarrollar una televisión que promueva valores y se sancione a quienes no cumplan la Ley de Protección al Menor.
3. Obligación de los medios de comunicación de promover cultura y distribución en forma equitativa de la publicidad del Estado.
4. Educación pública gratuita, de calidad y obligatoria.
5. Prestación de servicios de salud universal de calidad, otorgando prioridad a la población más necesitada.
6. Promoción de una economía social de mercado, sin monopolios ni oligopolios.
7. Garantía de transparencia en contrataciones y licitaciones del Estado.
8. Promoción de la formación integral del ser humano a través del deporte y la cultura.
9. Establecer niveles dignos para las pensiones de los jubilados.
10. Revisar y renegociar los contratos sobre recursos naturales cautelando los intereses del país.
Gracias por llegar hasta aquí y compartir el mensaje.