Opinión

El principio del fin

Lee la columna de Tino Santander.

Published

on

Por Tino Santander

El principio del fin, es una frase apocalíptica que expresa el soberbio alejamiento de la realidad. No encuentro otra que grafique mejor el momento que vivimos. La izquierda caviar liderada por Verónica Mendoza, justifica la corrupción del gobierno con la candidez de la caperucita roja. Vladimir Cerrón, se ha estancado en el mensaje de la tricontinental del Che Guevara de 1965, que adereza con el indigenismo de sofisticados intelectuales pequeños burgueses, que proyectan “estados plurinacionales” en un territorio habitado por tribus con ídolos y símbolos propios.    

La derecha, cree que no hay necesidad de cambiar nada, que la Constitución, debe ser un libro de contabilidad que solo refleje sus utilidades. Para ellos, no existe oligarquía financiera, ni esclavismo financiero, ni terrorismo de los bancos que amenazan con quitarle sus casas y propiedades a millones de familias que han perdido empleos o quebrados sus negocios; tampoco existe el monopolio farmacéutico del Interbank y que el BCP, le entregó al fujimorismo cuatro millones de dólares, porque representa el liberalismo económico. La derecha peruana, es esquizofrénica y necesita un psiquiatra.

Por otro lado, están los trabajadores mineros marchando en las calles limeñas, porque tienen miedo de perder su trabajo; las comunidades campesinas que quieren una tajada de las utilidades mineras como sea; diez millones de familias sin agua ni desagüe, los médicos del seguro social van a la huelga por la corrupción que ha impuesto el presidente Castillo; tenemos la gasolina cara del continente; el precio del gas es de S/ 70.00 soles, los campesinos cusqueños amenazan  tomar Machu Picchu, si el gobierno no soluciona el precio de los fertilizantes; el Poder Judicial en contubernio corrupto con los bancos tramita las demandas de ejecuciones de garantía de miles de familias que no pueden pagar sus créditos hipotecarios. La prensa informó que hace unos días un agricultor se suicidó por el acoso de los bancos.

Sin embargo, ante esta dramática realidad, el debate en el parlamento se circunscribe a la censura a la presidenta del Congreso o si están dadas las condiciones para una nueva vacancia presidencial; la presencia de Evo Morales en un evento político (Runasur), que se suspendió, por el paro agrario, además, Morales, es percibido como socio político de un gobierno incapaz al que culpan del alza de precios de los alimentos y de la corrupción generalizada. La prensa limeña —con excepciones—, no reseña esta realidad que están creando las condiciones para una insurgencia democrática que acabe con la clase política.

En el Perú, me dice un antiguo profesor universitario, las revoluciones antes se hacían por teléfono, ahora, la rebelión está en el Facebook, en los grupos de WhatsApp, en los Twitters, de frívolos periodistas en busca de espectáculo. La rebelión siempre se justifica, pero, nada pasara —me dice—, y tu “apocalíptica” frase el principio del fin, es parte de la vida cotidiana. Los peruanos hemos aprendido del evangelio de San Juan: “hay que estar en el mundo sin estar en él”.  

Comentarios
Click to comment

Trending

Exit mobile version