Opinión

El Perú unido contra el terrorismo

Lee la columna de Raúl Allain.

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Después del fracasado autogolpe de Pedro Castillo –hoy en prisión preventiva– y la asunción por mandato constitucional de la presidenta Dina Boluarte, se han venido sucediendo una escalada de actos violentos en diferentes ciudades, con quema de propiedades públicas y privadas, bloqueos de carreteras, ataques a la policía con bombas caseras y armas de fuego.

Es decir, prácticamente son actos terroristas. El saldo es lamentable: 28 fallecidos, más de 680 heridos, lo cual lamentamos. Sin embargo, hay que dejar en claro que los responsables de esto son los azuzadores de la violencia, sujetos de ideologías radicales que no les interesa nada con tal de defender lo indefendible.

La defensora del Pueblo, Eliana Revollar, considera que no es posible que exista el diálogo con los partidarios que animan la violencia durante las manifestaciones de protesta contra el gobierno de Dina Boluarte y el Congreso de la República.

“No se puede dialogar con quienes han orquestado las manifestaciones más violentas porque estos personajes nunca se han puesto delante ni han dado la cara”, indicó la funcionaria. “Quien tiene la responsabilidad de convocar a una movilización debería también poder sentarse a la convocatoria de las autoridades”, agregó Revollar.

El Estado, con las armas de la razón y de la ley, ha tenido que salir al frente de estos delincuentes terroristas, mediante la presencia de nuestras Fuerzas Armadas y Policía Nacional del Perú, que cumplen una labor heroica para garantizar la tranquilidad pública.

Ya se sabe quiénes están detrás de este vandalismo. La Dircote informó que varios sujetos que participan en estos actos de violencia pertenecen a organismos fachada de grupos terroristas como Sendero Luminoso y el MRTA, como es el caso del Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef). (https://tinyurl.com/msp3j2ca)

Asimismo, la Dirección Nacional Contra el Terrorismo (Dircote) encontró en las oficinas de ‘Todas las voces’ –organización liderada por el congresista izquierdista Guillermo Bermejo–, armamento utilizado en las protestas a favor del golpista Pedro Castillo (https://tinyurl.com/49brv5pf).

El jefe de la Dircote, general PNP Óscar Arriola, detalló que entre los materiales hallados hay dinamita, cordones detonantes y machetes, así como hondas, un balde con piedras, un pasamontañas, chinches o tachuelas y pancartas. La diligencia se realizó en un predio ubicado cerca a la Plaza Bolognesi, en Cercado de Lima, donde funciona la Confederación Nacional de Campesinos (CNC), que ha cedido un ambiente a ‘Todas las voces’. 

El exjefe de la Dirección Contra el Terrorismo, José Baella Malca, señaló que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú tienen sus propias leyes para hacer uso de la Fuerza Pública. Entendamos que las Fuerzas Armadas y la PNP no salen a matar porque necesitan combatir la delincuencia terrorista. “De acuerdo a la ley, en el caso de la PNP, dice claramente qué debe hacer antes de usar la fuerza letal. La sola presencia hace uso de la fuerza reactiva y de acuerdo al comportamiento del ciudadano. La ley dice bien claro que la Policía puede hacer uso de la fuerza letal cuando ve en peligro su vida”, indicó.

“Desde mi punto de vista, esta es la única oportunidad que tiene la izquierda radical de impulsar el cierre del Congreso, referéndum, nueva constitución. Ellos no van a parar. No se va a presentar otra oportunidad. Perú Libre, Nuevo Perú, Todas Las Voces, Sendero, todo ese conglomerado tiene la misma consigna y no van a parar”, señaló sobre las manifestaciones.

Lo más sorprendente de esta trama decadente es la actitud de los seguidores de Pedro Castillo, quienes desesperados se lanzaron a las calles para fomentar el terror. Perú 21 informó que se intervino a 26 personas, entre ellos Isaías Galindo Sedano y Rosendo Ramírez Oscorima, quienes, según el Atestado 01-2005-PNP de la Dircote, participaron en el ‘Andahuaylazo’ de enero de 2005, donde cuatro policías fueron asesinados durante la rebelión encabezada por Antauro Humala.

Como se sabe, entre el año 1980 y el 1992, el terrorismo dejó un saldo de alrededor de 70 mil víctimas mortales, de acuerdo al Informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), disponible en https://www.cverdad.org.pe/ifinal/. Y fueron los sanguinarios y demenciales grupos terroristas Sendero Luminoso (SL) y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) los que, en su afán de tomar el poder por la vía de las armas y el terror, dejaron una secuela de sangre en el país.

En mi artículo “El fantasma del terror” (https://tinyurl.com/4wj3j2at) también expresé que, en su informe final, la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) atribuye a Sendero Luminoso –fundado por Abimael Guzmán– ser causante de la mayor cantidad de crímenes y masacres durante el período de violencia terrorista en el Perú. “La CVR estima que la cifra más probable de víctimas fatales de la violencia es de 69,280 personas. Estas cifras superan el número de pérdidas humanas sufridas por el Perú en todas las guerras externas y guerras civiles ocurridas en sus 182 años de vida independiente”.

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