Por Tino Santander Joo
Son las dos de la tarde del sábado y mi esposa se viste como para ir a un picnic, un jean, blusa blanca delgada, zapatilla para caminar, lentes de sol, y una casaca cortaviento. Esta muy guapa como siempre. La llaman sus amigas del colegio Belén, emocionadas por la marcha “Reacciona Perú”. Le digo: “porque no te pones un polo estampado con la imagen del Che Guevara” ¡no soy comunista! -responde-. Entonces, lleva el de la “Coordinadora de Familias por una Banca Solidaria”. No -dice enfadada-, porque: “Esta es una marcha contra el comunismo y la corrupción del gobierno. Es una marcha por la democracia”.
Mónica, es una militante católica y está convencida que gobiernan corruptos y comunistas. Las clases medias, están aterradas con las dictaduras de Venezuela, Nicaragua, y con el triunfo de Lula en Brasil, alucinan que la izquierda nos llevará a la hambruna y a la miseria cubana. Nosotras, salimos a marchar, porque, creemos en Dios y en la patria. No somos anarquistas como tú.
Le pregunté: ¿Por qué no marcharon contra la corrupción de García, Humala, PPK, y Vizcarra? No te olvides que las clases medias altas cantaban “Contigo Perú” en apoyo a Vizcarra, que resultó ser un delincuente que hizo negociados con las vacunas chinas, que se vacunó él y su familia, mientras miles de peruanos morían por falta de oxígeno; que el “ibuprofeno” costaba veinticinco soles; te olvidas de que no había camas UCI; que las clínicas pedían cien mil dólares de garantía. Que los bancos llamaban a aterrorizar a la gente con ejecuciones hipotecarias, en medio de la pandemia; que Sagasti, el mayordomo de los grupos de poder económico asesinó a cuatro dirigentes campesinos y todo esto sucedió con el silencio cómplice de la prensa tradicional, que ahora alienta la marcha contra Castillo.
Sí. todo lo que dices es verdad; pero el comunismo es peor– me dijo enfáticamente-. Este no es un gobierno comunista -le respondí-; son un grupo de “pájaros fruteros” incapaces. No hubo tiempo para la polémica; porque, ella se fue con el espíritu de lucha en alto y volvió convencida de que había sido una gran jornada cívica; me contó que se encontró con muchos amigos; que hubo muy poca juventud, y que el sector popular eran los apristas que gritaban rabiosamente contra Castillo; que un grupo de señoras comentaban que ¡Pedro Castillo, es cholo y feo! Ella, al escuchar ese comentario denigrante les dijo: “la marcha es por la democracia y el racismo entre peruanos está demás”.
El miércoles 10 es la marcha convocada por los colectivos que apoyan al gobierno. Las consignas son: “cierre del congreso” “no al golpismo” “destitución de la fiscal de la nación”, etc. Esta movilización tendrá más olor popular y será más agresiva; pero, será igual a la de las clases medias, porque estará desconectada de las demandas populares. El autismo político y social de ambos sectores los aísla de la inmensa mayoría.
Los diez millones de peruanos que no tienen agua ni desagüe; las Mypes, que exigen industrializar el Perú; los millones de agricultores sin fertilizantes ni asistencia técnica; las ocho millones de familias amenazadas por los bancos con quitarles sus casas; la inseguridad ciudadana generalizada, la falta de empleo, la informalidad, el alto costo de la canasta básica familiar, los combustibles caros, la corrupción en los gobiernos regionales y municipales; el narcotráfico, el lavado de activos, la minería ilegal, el contrabando, el alcoholismo, la drogadicción, y la violencia familiar. No se solucionan cazando fantasmas, ni con consignas vacías.
La inmensa mayoría quiere que se ¡vayan todos! y empezar de nuevo a pesar de las dificultades. No quieren destruir lo avanzado, sino reformarlo, por eso ambas movilizaciones no representan al Perú. Los peruanos se refugian en el trabajo para sobrevivir y en la aparente indiferencia esperando el momento del cambio.
