El perfume de Yvonne, de Patrice Leconte

Este Lunes 10 de noviembre, en el Cineclub de la Universidad Cayetano Heredia (Av. Armendáriz 445 Miraflores, 7:30, entrada libre), como parte del Ciclo dedicado a Patrick Modiano -Premio Nobel de Literatura 2014- y sus relaciones con el cine. Inspirada en su novela, Villa Triste.

Imagina que el cine fuese capaz de transmitirte, solo con un puñado de imágenes, cómo decirlo, serenamente casuales, la insidiosa y aguda delicia de un perfume. Mira qué fantasma suave, penetrante. Imagina entonces esos vapores alados, son una piel que se expande placenteramente, con gracia y elegancia, hasta la nada. Y que te abrigarán por el resto y hasta el confín de tus días con su solo recuerdo; vamos, invócalo. Piel: cándida, ingenua, ‘que no hace nada’ y que sí se emparenta y unifica con el cálido espíritu que anima las imágenes dulces o banales, sensuales o histriónicas, bonitas y amargas, de El perfume de Yvonne.

Así son sus personajes. Así de coloridos, de frágiles. El trazo es casi de dibujo animado pero, no hay tanta ironía como melancolía. Lo soñado es lo perdido aun antes de perderlo, de poseerlo. Esta es una película-piel, importa el roce con esta piel, llámese vago argumento, vestidos, autos y mansiones, encuentros furtivos, pieles frotantes, fracturas antiguas y estallidos ocultos: todo bajo el signo de una conciencia de lo efímero, a la que sin embargo el personaje que recuerda se aferra con una sonrisa feliz por sobre el conjunto de los hechos tristes.

Sonreír encima de abismos, como decía el poeta. Y si vivir es como abrazar espectros…