Opinión

El Partido Cívico OBRAS y la ética empresarial

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Por Rafael Romero

El Partido Cívico OBRAS (PCO) mantiene, respecto de otras organizaciones partidarias, un claro y definido valor diferencial. Es decir, su propuesta de valor ante el mundo y 34 millones de compatriotas es transparente, basándose en una misión y un propósito trascendentales, elevados y visionarios, porque no es un vientre de alquiler, porque no es una agrupación política sin principios ni convicciones que se cambia de camiseta con el único objetivo de capturar el Estado para engañarlo y saquearlo.

El Congreso de la República actual, salvo pocas y honrosas excepciones, es el mejor ejemplo de la miseria y la perfidia humanas, porque a él ha llegado lo peor. Hoy, no son congresistas los políticos de verdad sino los politicastros, que no son otros que aquellos desalmados que han usado a la sociedad, a los electores y a los partidos con fines abyectos y delincuenciales.

El PCO marca una distancia sideral, completa y absoluta, respecto de esa fauna política, que jamás debe reaparecer en la República. Por tanto, el valor diferencial del PCO está en el liderazgo de su fundador, empresario, broadcaster y periodista, que a través de su propia biografía y ante los retos que le ha impuesto la vida sabe lo que es enfrentarse al poder, siendo víctima de las peores traiciones, que inclusive le han arrebatado su patrimonio injusta e ilegalmente.

Por eso, Ricardo Belmont ha adoptado una filosofía estoica, lleva una vida austera y se identifica con las necesidades del pueblo y con los anhelos ciudadanos de paz, justicia, seguridad, desarrollo, cultura, salud, educación y felicidad para todos y cada uno de los peruanos. Basta conocer los 10 Principios del Habla el Pueblo, Voz y Alama del Perú, así como las 10 Vigas Maestras para tener la síntesis del recado patriótico del PCO.

Pero en este contexto, de manera especial, ese valor diferencial se enriquece frente a la visión que tiene el creador (RBC) y la creación (PCO) respecto del papel protagónico que deben cumplir los emprendedores y los empresarios del Perú. En consecuencia, la mejor forma de consolidar un partido, una institución democrática, es empoderándolos contra al mal y contra la traición que a diario se perpetra contra la sociedad peruana.

Eso pasa por entender y unirse a la filosofía humanista y a un profundo amor por el Perú con el objetivo de terminar con las lacras heredadas de las décadas pasadas, como la desidia, el individualismo y la corrupción, que están destruyendo a la sociedad y la familia. La situación actual de inseguridad, de violencia callejera, crimen y extorsión, no pueden ser soslayados por nadie. Pero al mismo tiempo no podemos dejar impunes a los responsables que han logrado, con sus acciones y omisiones, destruir la moral de una nación.

Bajo este contexto, el PCO ya ha convocado a los trabajadores, a los agricultores, reservistas, obreros, profesionales y emprendedores, pero es oportuno también decirles a los empresarios de las medianas y grandes corporaciones que se involucren en la política con probidad y altura, porque no pueden estar de espaldas a la realidad ni deben ser sorprendidos como muchos otros lo han sido en las elecciones generales por lo menos desde 1995.

De manera que la patria debe cerrar o superar el capítulo oprobioso del fujimontesinismo, y que aquellos que incurrieron en enjuagues y cuchipandas dentro de la salita del SIN hoy tienen que dar un paso al costado para que vengan nuevas generaciones de empresarios que los superen, y esto significa darle la posta a los más jóvenes para terminar con la indiferencia y para no seguir manteniendo un estatus quo de injustica y corrupción.

Por tanto, es el momento de quemar etapas, de construir nación y transformarnos individualmente para bien, reinventarnos para superar el pasado y darle al Perú una nueva República y eso pasa también por mirar la ética empresarial. De manera que los empresarios deberían echarle una mirada a la filosofía, y dentro de ella a la ética, porque solo así se defenderá la vida peruana y se vencerá a quienes solo quieren sumir al pueblo en el terror, en la delincuencia y en el individualismo.

El PCO es un instrumento para crecer como personas, como seres humanos y ciudadanos. Que la ética empresarial sea hoy el pan de cada día y que respalden los valores y las buenas prácticas en todo momento y en cada lugar. Los 10 Principios de Habla el Pueblo y las 10 Vigas Maestras postuladas por RBC hablan de una amplia convocatoria a las fuerzas ciudadanas, democráticas, a los trabajadores y a los empresarios, para ser actores de bien y de buena voluntad.

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