Opinión
El Papa no es charapa, es Mochica: León XIV y su tensión con Trump
Lee la columna de Hans Herrera Núñez
Quien hasta hoy era llamado Robert Prevost, ahora Papa León XIV, parece ser el justo medio entre reformistas y tradicionalistas al interior de la iglesia. Por un lado su experiencia misionera dirigida a los marginados, los pobres y en especial a los emigrantes, lo cual lo contrapone frente a la agresiva política de deportaciones del presidente Trump, y por otro lado está el detalle de la recuperación en su investidura de las prendas tradicionales del santo padre.
León es hijo de Matilde Martínez, bibliotecaria española, su padre es de ascendencia franco italiana, creció en el difícil Chicago y pertenece a la orden de los agustinos. Tal vez este origen de una orden antiquísima explique su revalorización de los símbolos pontificios como son el uso de la muceta, la estola y la cruz dorada que Francisco al asumir la cátedra de Pedro no lució, este detalle es muy significativo pues viene a tranquilizar a los sectores más tradicionales de la Iglesia pero sin dejar de lado el acercamiento desde el amor hacia todos los cual dejó patente en su primer discurso, el de que el mal no vencerá y el amor debe ser para todos.
De ahí una perspectiva en defensa de los migrantes que lo ha vuelto un duro critico a las políticas de Donald Trump sobre este punto. Al respecto en su cuenta de X, Prevost twittea criticando al vicepresidente de Trump, y le dice:
“JD Vance se equivoca : Jesús no nos pide que clasifiquemos nuestro amor por los demás”.
Sobre el nombre elegido por el santo padre es una referencia a la continuidad del Papa preconciliar, León XIII, autor de la encíclica Rerum Novarum, que va dirigido a la clase trabajadora, especialmente importante en estos momentos en que se venera e idolatra a los super ricos. Recordar a los pobres, a los emigrantes es recordar a los marginados.
También es conocida su postura en contra de la pena de muerte durante su episcopado en Chiclayo. Lo cual lo dista de las políticas de mano dura de los gobiernos en boga.
Tal vez su elección como Papa signifique también un reconocimiento a la Iglesia misionera , en especial al clero estadounidense y canadiense que vino a suplir a los misioneros españoles a partir de la década de 1980 y que ha estado en la primera linea en la lucha contra la pobreza en América Latina. Entonces este es un reconocimiento a todos esos sacerdotes americanos que se dejaron y se dejan la piel en el continente de la esperanza. Honor a ellos y en especial al padre Christopher Dunne, el cura de mi pueblo en Mateo.
Sobre su obra episcopal en Perú ya todos han hablado hasta por los codos. Una cosa sí es cierta, y lo dijo Fred Rohner: el Papa no es charapa. El Papa es mochica. Y tiene toda la razón.