Por Edwin A. Vegas Gallo
La Federación Nativa del río Madre de Dios y Afluentes (FENAMAD), denuncia que en junio pasado las comunidades nativas Mascho Piro, en estado de aislamiento, en la Reserva Territorial Madre de Dios, con una extensión de 800 mil hectáreas, se han visto obligados ante el avance de los madereros con economía lineal e ilegal; a salir de su aislamiento y pedir alimento a los campesinos de la comunidad aledaña de Monte Salvado, situada en el río Piedras.
De hecho, la comunidad Monte Salvado, no puede compartir su alimento porque también le es escaso y así se está al borde de una tragedia por la competencia alimentaria.
Al respecto la FENAMAD pide la intervención del órgano rector el Ministerio de Cultura, concretamente con su especializado vice Ministerio de interculturalidad, para evitar que la sangre llegue al río.
Sin embargo, la respuesta de la ministra Leslie Urteaga Peña; amiga y defensora fervorosa del ministro Morgan Quero “el ministro que señaló “que las violaciones de las 530 niñas awajún son prácticas culturales”; es “gestionar ante el gobierno regional de Madre de Dios, proporcione alimentos y combustible” a la comunidad Yine de Monte Salvado.
Este hecho, es ejemplo palpable que a la ministra Urteaga y a su vice de Interculturalidad Carmen Vegas (profesional no especializada en el tema de interculturalidad), no les interesa para nada, la situación antropológica, ecológica y sanitaria de los peruanos nativos en aislamiento y contacto inicial, que desde sus ancestros ocupan esas tierras y que por la avaricia de los madereros y las absurdas políticas del Congreso como modificar la ley forestal y de Fauna, la ley PIACI (Poblaciones Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial), condenan a estos indígenas peruanos MASCHO PIRO, a situación de más vulnerabilidad y en camino seguro a la extinción de su etnia.
Ni que decir que la misma ministra Urteaga, reconoce que para la 800 mil hectáreas de la Reserva, hay “un solo puesto de vigilancia y control, en donde realiza sus labores un agente del sector”.
La ministra y su vice ministra, deben entender que la política cultural pasa por la coordinación Interinstitucional con los sectores ambiente, economía, agricultura, minero, educación, salud, defensa y no vivir en la burbuja del cargo y su mantenimiento en el mismo, con franela incluida.
Es penosa la negligencia supina de los decisores políticos y sobre todo que no tengan la mínima idea de la gestión de la cosa pública, para evitar su tragedia.