Opinión

El marketing no hace la revolución

Lee la columna de Tino Santander Joo

Published

on

Por Tino Santander Joo

Cientos de ciudadanos me dicen que la revolución social, es una idea asociada al socialismo chavista, al neoindigenismo boliviano, a la hambruna cubana, a la miseria argentina, y al descalabro chileno. Ninguna revolución izquierdista ha llevado progreso a sus pueblos, lo único que han conseguido es que millones de latinoamericanos huyan de sus países buscando una vida mejor. Estas son las percepciones de la inmensa mayoría de peruanos.

Sin embargo, los que analizan el programa de la revolución social democrática se adhieren a ella inmediatamente, incluso, algunos creen que es un partido político e inmediatamente preguntan por su líder o caudillo; la gente relaciona la revolución social con una persona, con un dirigente al que quieren conocer para saber si “está en algo”. No quieren volver a votar por Humala, PPK, Vizcarra, Villarán, Keiko, Lescano, Castillo o los candidatos tradicionales de los partidos de izquierda y derecha, porque son más de lo mismo. Los consideran ladrones y traidores. Se refieren a ellos con odio y repudio. Igual, lo hacen con los partidos políticos y esto refleja la crisis de legitimidad del parlamento y ejecutivo repudiados masivamente; la consigna popular de agredirlos donde los encuentren crece en todo el país.

Frente a esta dramática realidad busqué a varios publicistas, marketeros, comunicadores sociales que se jactan de ser especialistas en campañas publicitarias y electorales; la mayoría de ellos tiene una visión de la política como mercancía; es decir se trata de vender una idea, un personaje (político o candidato) como si estuviesen vendiendo jabones, galletas o papel higiénico. No interesa, si el producto es malo, lo importante es ganar, seducir, engañar con imágenes falsas y para ello se utilizan los medios de comunicación y las redes sociales que funcionan con algoritmos bien construidos que difunden la información eficientemente.

El único que me dio una opinión diferente y acertada fue Hugo Otero, que me dijo: “La política cuando se vende como mercancía es banal, se agota en un spot o mensaje seductor; la política es diferente, se origina en lo social y el político tiene que comprenderlo, entonces debe pensar, persuadir, convencer e incorporar lo social; y eso no es solo una campaña publicitaria, sino tiene que ver con la gente y como la representa. La revolución social la produce directamente la gente y su mensaje profundo y es democrático, porque incorpora a todos los peruanos”.

La revolución social, no tiene una campaña publicitaria, no tiene un partido, un líder, tampoco es una idea o ideología sectaria; es en primer lugar la toma de conciencia ciudadana de que el Perú, tiene que cambiar radicalmente, que no tenemos excusas para vivir en un país en la que cuatro bancos dominan la economía nacional y controlan el gobierno y los medios de comunicación tradicionales; necesitamos armonizar intereses entre todos para reorganizar el estado y construir la infraestructura social y productiva que requiere el desarrollo nacional.

La libertad y la ley no pueden estar al servicio de los grupos de poder económico; la educación, salud, y la seguridad publica son un derecho de todos los peruanos y no un privilegio de los que tienen dinero e influencias. La revolución social, no es una consigna, tampoco es un slogan vacío de los politiqueros de izquierda y derecha que solo buscan administrar el Estado. Es un cambio profundo que todos los peruanos buscamos y tenemos que construir.

Comentarios
Click to comment

Trending

Exit mobile version