Opinión

“El Manifiesto Abomunista” de Bob Kaufman

Lee la columna de Rodolfo Ybarra

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De todos los poetas de la beat generation, quizás el menos conocido sea Bob Kaufman, un real payador y psicopompo de las calles de Nueva York que vivía a la intemperie y recolectaba monedas a costa de declamar sus poemas y a veces cantarlos a modo de rap (incluso antes de la invención de este género) en los trenes y en los bares de mala muerte en los que solía emborracharse hasta quedar tendido en el suelo.

Junto a Allen Ginsberg fundó la revista Beatitude, principal órgano de difusión de los poetas de San Francisco Renaissance. Y de tanto viajar de polizonte se hizo marino mercante, marinero de altamar que dio varias veces la vuelta a la Tierra empapándose de otras culturas y de otras alegrías y tristezas. Por eso alguna vez escribió: «I put my eyes on a diet, my tears are gaining too much weight»: «Pongo mis ojos en dieta, mis lágrimas están ganando demasiado peso».

Su libro El Manifiesto Abomunista fue traducido al español por el profesor Zachary Payne y este escriba tuvo el honor de escribir la contratapa. Y se presentó en Perú, España y Estados Unidos al alimón celebrando la algarabía que era y es traer de retorno a esta enorme poeta humilde que vestía camisas arrugadas y pelo desordenado en una cara lustrosa en la que se podía ver directamente el hambre, el frío, el abandono, pero también los ojos de alguien que nunca dejó de soñar.

Sin duda, Kaufman es uno de esos grandes poetas no comerciales que hablan contra el sistema y lo combaten a su manera. En su poema Believe, Believe se lee: “Cree en esto. Jóvenes semillas de manzana, / En cielos azules, irradiando pecho joven,/ No en insectos de traje azul,/ Infestando la ropa de la sociedad / Cree en los sonidos oscilantes del jazz/ Rompiendo la noche en intrincados pedazos,/ Armando de nuevo,/ En patrones lógicos geniales,/ No en los mandos enfermos,/ Quién creó sólo la bomba./ Que las voces de los poetas muertos/ Suena más fuerte en tus oídos/ Que los chirriantes bocazas/ En editoriales moho./ Escucha la música de los siglos,/ Sobrevolando el tiempo de los hongos.

Y quizás por eso, Kaufman casi no aparece como “miembro oficial” de la beat generation. The British Library que tiene el primer manuscrito de On the Road, no considera a Kaufman; y al ver esto directamente, Zachary Payne decide difundir los poemas y contracantos de este enorme vate olvidado.

(Columna publicada en Diario UNO)

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