Opinión

El mandamiento del Papa Francisco: Amar a todos sin excepción

Si Dios puso el corazón a la izquierda fue por algo. En un mundo en donde se cocina un orden geopolítico darwiniano donde el más fuerte domina al más débil, las enseñanzas de Francisco ofrecen una brújula ética. Porque el poder absoluto acaba en tiranía absoluta. Aquí una breve reseña del pensamiento Francisco.

Published

on

Ante todo el suyo fue un pontificado de misericordia, de amar a todos sin excepción y sacudirnos de la tentación del fariseísmo, ese orgullo de rechazar al otro. La opción por los más pobres, los marginados sociales fue su política de amor. Su otro ejemplo es el de abrazar la cruz del pontificado y trabajar hasta las últimas horas, como fue darnos la bendición urbi et orbi el domingo de resurrección, ayer mismo, o su reunión rápida con el vicepresidente de EEUU horas antes de morir para influir en su corazón la política agresiva del gobierno americano respecto a inmigrantes o el caso del pueblo palestino (inmigrante fue Jesús al nacer y huir con la Virgen y San José como refugiados amenazados de muerte, y recordar que Jesús era de Belén , de Palestina).

Controversial por declaraciones que parecían demasiado modernas, Pero que retomaban los principios mismos del ejemplo de Cristo. Su acercamiento con respeto a los homosexuales, a quienes reconoció dignidad sin juzgarlos produjo en muchos católicos un espanto necesario, el de sacudirnos de un presumible fariseísmo. Lo que proponía con sus palabras no era meramente declarativo, era el ejemplo a imitar de la misericordia a quienes más lo necesitan. Jesús mismo convivía con prostitutas y publicanos, el mismo Señor nació entre judíos, y sin embargo abría su corazón, se acercaba a ellos no para compartir o legitimar sus vicios o pecados, sino para desde el amor moverlos a la conversión. Porque desde el orgullo del fariseo no se logra nada, y eso lo entendió Francisco un latinoamericano que conocía los problemas de las villas, que viaje en subte cuando era Arzobispo , que se opuso tajantemente a la ley del aborto en su país y que buscó que nosotros, el pueblo de Dios, no nos dejaremos vencer por la tentación de creernos moralmente superiores. Ver la paja en el ojo ajeno mientras no somos capaces de ver la columna dórica del palacio de justicia que tenemos clavado en nuestra propia retina, esa es la mayor enseñanza de Francisco. El santo padre fue claro en nuestra lucha sin cuartel cuando condenó la ideología de género en tanto esperpento de ideologías imperialistas que colonizan nuestras vidas, Pero jamás condenó a las personas que vivían fuera de los mandamientos. El Papa actuó como una madre en ese sentido.  Por más bribón que sea el hijo, por más problemática que sea la hija, por más inútil que sea, la madre no deja de amar a su hijo, jamás abandona a su hija, la acompaña, reza por él o ella, y en su amor se mueve el misterio de la conversión. Porque el pecado se reafirma en el resentimiento, en el orgullo , y el Papa nos dejó claro como vencerlo. Empieza por tratarnos nuestro orgullo y hablar y amar al otro. No es reconocer el mal, es amar al malvado porque como dijo la poeta el Aúlide: el amor lo vence todo.

Aquí algunas frases a recordar de sus doce años de pontificado. Frases propias de un latinoamericano que decía las cosas con fuerza:

«Si habla mal de mi mamá puede esperarse un puñetazo (…) No se puede provocar, no se puede insultar la fe de los demás. No se puede uno burlar de la fe».

«¿Es justo contratar un sicario para resolver un problema? No se puede. No es justo eliminar una vida humana, por pequeña que sea, para resolver un problema. Es como contratar a un sicario para resolver un problema», recalcó durante una homilía dedicada al mandamiento «No matarás», en la que aludió al aborto.

«En el siglo pasado, todo el mundo se escandalizó por lo que hacían los nazis para preservar la pureza de la raza. Hoy, hacemos lo mismo con guante blanco», declaró el papa al hablar del aborto en caso de malformación del feto.

«Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo?».

«Las mujeres teólogas en la Iglesia son como las fresas en la torta, se necesitan más (…), ofrecen nuevos aportes a la reflexión teológica». 

«Yo también, cuando rezo, a veces me quedo dormido». 

Es casi un signo de los tiempos en que el último y breve encuentro del Papa con una autoridad global fuese horas antes con el vicepresidente JD Vance. Ese esfuerzo horas antes de morir dice mucho de él. El de un pontífice que pontifica, que significa aquel que establece puentes. Porque en esta hora en que los más poderosos parecen invulnerables frente al dictado de la ética, las últimas palabras de Francisco fueron precisamente ese llamado al poder a poner límites a su ambición. Sus últimas palabras públicas fueron por los inmigrantes, por los palestinos y los marginados. Eso no es comunismo, eso es Catolicismo duro y puro.

En el actual escenario mundial se presenta el más duro darwinismo, y ahora más que nunca el mensaje de Jesús tal y como hizo suyo el magisterio de Francisco, nos ofrece ese límite al poder absoluto que es la ética de la misericordia, solo así el nuevo orden mundial que emerge tendrá sentido y espacio suficiente para que pueda caber el hombre.

Comentarios
Click to comment

Trending

Exit mobile version