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El inmortal Borges

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Jorge Luis Borges

“Siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca”

Me complace hablar de un escritor que apasiona a generaciones, considerado uno de los mejores de habla hispana,  al que tuve la fortuna de conocer a través de su literatura limpia, bentónica y magnífica.  No voy a emitir los mismos halagos de Joaquín Soler Serrano en la entrevista que le realizó en el programa ¨A Fondo¨, pero debo admitir que es un placer esbozar algunas ideas de la vida del polémico Jorge Luis Borges.

Nació en el seno de una familia ilustre en Argentina el 24 de agosto de 1899, aquel día que nuestra historia vio nacer al auténtico Vladimir Nabokob, al genial Yasunari Kawabata,  al inolvidable Ernst Hemingway y al maestro del suspenso Alfred Hitchock.

Desde temprana edad comenzó su conexión con los libros e idiomas. Por testimonio de su hermana Norah, el infante Borges acostado en el piso de la gran biblioteca de su padre devoraba los libros que estuvieran a su disposición, esa querencia por los libros fue herencia de su padre, profesor de psicología y amante de la literatura; sin embargo la influencia y el soporte más significativo en su vida sería su madre Leonor.

En diciembre de 1919, a la edad de 20 años  publicó por vez primera la poesía “Himno al mar” en la revista Grecia, y en el año de 1923 publicaría su conocido poemario Fervor de Buenos Aires. Fundó revistas que ahora resulta inaccesibles adquirirlas como “Prisma”, “Proa” y “Los anales de Buenos Aires”.

La facilidad para aprender idiomas como el inglés, francés y el alemán hizo posible que pueda traducir obras de autores clásicos como Oscar Wilde, Walt Whitman, Edgar Allan Poe, James Joyce, William Faulkner, André Gide y Frank Kafka. Y uno de los centros que ejerció  influencia en su formación  fue el Liceo Jean Calvin,  ahí tuvo contacto con el Realismo francés,  los poetas simbolistas y expresionistas; y en el transcurso de su vida fue descubriendo a Schopenhauer, Nietzsche, Chesterton y a los filósofos contemporáneos Russell, Hume, Berkeley entre otros.

Lo destacable de su producción literaria (cuentos, poesía y narrativa) es la inserción con gran maestría de las ciencias exactas, filosofía, historia, teología y las semblanzas de la mitología griega y esto a la vez se conjuga con una variada temática desde lo cotidiano hasta los más transcendental, vida -muerte, metafísica – física,  realidad -ficción, ceguera-lucidez, entre otros temas.

Sería un absurdo mencionar toda su producción dantesca, solo mencionaré algunos de sus poemas: “El Alhambra”, “Despedida”, “Ausencia”, “A un gato”, “Los justos”, “Milonga de dos hermanos”, “El ciego”, “Soy”, “Los Espejos” entre otros.

¨Un ciego¨
(…) Lento en mi sombra, con la mano exploro
mis invisibles rasgos. Un destello
me alcanza. He vislumbrado tu cabello
que es de ceniza o es aún de oro (…)

Sus cuentos armados como ensayo literario son considerados obras maestras, entre los más memorables están “Pierre Menard, autor del Quijote”, “El jardín de los senderos que se bifurcan”, “Aleph”, “Tlon, Ugbar, Orbis Tertius”, “Emma Zunz”, “El Congreso”, “El Otro”, “Tema del traidor y del héroe”, “El Sur”, “Funes, el memorioso” entre otros.

Borges y yo

(…)Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasqueo de una guitarra. Hace años trate de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas (…)

 

Tlon, Uqbar, Orbis Tertius

(…)La percepción de una humareda en el horizonte y después del campo encendido y después del cigarro a medio apagar que produjo la quemazón es considerada un ejemplo de asociación de ideas (…)

Y como olvidar sus poemarios “Fervor de Buenos Aires”, “Elogio de la sombra”, “El oro de los tigres”, “La Rosa profunda”,  “Historia de la noche”, “La moneda de hierro”, “La cifra” “Siglo XX: Historia universal de la infamia (1935)”, “Ficciones” (1944), “El Aleph” (1949), “El informe de Brodie” (1970), “El Libro de arena”. Y entre sus ensayos tenemos a “Evaristo Carriego”, “El cuento y yo”, “La Flor de Coleridge” y “El sueño de Coleridge”.

El cuento y yo

(…)Yo he sido siempre lector de enciclopedias, creo que es uno de los géneros literarios que prefiero porque de algún modo ofrece todo de manera sorprendente (…)

En la década de 1930 comenzó a perder la visión, algunos atribuyen a una enfermedad que heredó de su padre, a pesar de ello continuó trabajando; desempeñó el cargo de director de la Biblioteca Nacional (1955-1973).En esos años conoció al que sería su inseparable amigo Adolfo Bioy Casares y publicó con él Antología de la Literatura fantástica.

Algunos lectores consideran su literatura enrevesada e incomprensible, para dar respuesta es oportuno citar lo que dijo en una entrevista¨(…)cuando yo escribo lo hago urgido por una necesidad íntima, yo no pienso en un público selecto, o en público de multitudes, no pienso en ninguna de las dos cosas, pienso en expresar lo que yo quiero decir y trato de hacerlo de la forma más sencillo posible (…)”.Lo que no sabía Jorge Luis Borges que su simbología personal,  su lenguaje sencillo, no es un lenguaje que empleamos, ya que no tenemos su misma cultura ni la comprensión de los temas que él dominaba con destreza.

Murió en Ginebra el 14 de junio de 1986. A pesar de haber transcurrido muchos años, su literatura sigue siendo viva, fluctuante, y genera una explosión de diversos sentimientos. Siendo B, Suarez Lynch, el que apoyo la dictadura de Pinochet, o siendo simplemente Borges, creo que debemos hallar su literatura como mejor herencia de su genialidad.

Hay algunos libros de referencia como la publicación voluminosa de las conversaciones de Adolfo Bioy Casares, Victoria Ocampo y Jorge Luis Borges, el libro Diálogos: Borges y Sábato y, la serie de cinco volúmenes de Borges de Penguin Classics,  entre otros. Desafortunadamente es complicado encontrar los dos primeros libros mencionados, y es una rareza encontrar a alguien que lo haya leído. A pesar de ello no dejemos de maravillarnos con el extraordinario mundo de Borges, vale la pena y es una experiencia inigualable.

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