El presidente Martín Vizcarra tiene mucha “suerte”, la tuvo cuando Pedro Pablo Kuckzynski renunció y él se convirtió de la noche a la mañana en el nuevo Jefe de Estado “respetando el orden democrático”; la tuvo cuando firmó la ley de apañamiento congresal para evitar que los padres de la patria sean fiscalizados y pasó desapercibido gracias a la canchita de Indecopi; la tiene ahora que soltó el paquetazo del ISC que perjudica a los más pobres del país y, en medio de las críticas, para su suerte (aunque lamentable para otros), el TAS inhabilitó a Paolo Guerrero sacándolo del mundial, desviándose así la atención de la opinión pública.
Al presidente no se le ocurrió mejor baño de popularidad y aprovechamiento político que llamar de manera urgente al capitán de la selección para tomarse una foto reivindicadora, demagógica, en representación del dolido pueblo peruano.
Esto no hizo más que recordarnos las viejas estrategias de su fiel aliada bancada fujimontesinista, como cuando Alberto Fujimori, por recomendación de Vladimiro, se encontró con Augusto Ferrando (una figura muy querida por el país), para expresarle su respaldo, pidiéndole que siga adelante con su Trampolín a la Fama. El que se junta con lobos, aprende a aullar y Vizcarra es un excelente alumno.
El Ministro de Economía David Tuesta, ha salido a decir que el alza del ISC tiene fines de protección ambiental y salud pública, nada más alejado de la realidad, toda vez que, por ejemplo, si es que esto fuese así, entonces por qué no hemos visto defender con el mismo fervor dicha medida a los ministros Francisco Ísmodes y Silvia Pessah, de energía y minas y salud, respectivamente.
Pues porque obviamente en lo que menos se está pensando es en eso, lo que se quiere es hacer caja rápida, recaudar impuestos a como dé lugar, a la mala, pero con la salvedad de que esto no alcance a los grandes poderes económicos, sino, únicamente, romper la pita por el lado más débil, que afecte a los ciudadanos de a pie, a los de abajo, haciendo que la recaudación sea por impuestos indirectos para hacerla fácil y rápido.
Y claro, poco o nada se ha mencionado en el presente paquetazo del ISC, cómo es con las devoluciones de IGV a las exportaciones de las grandes mineras, ¿acaso esto también no permitiría que el estado se quede con una buena porción de ingresos? Asimismo sorprende, además, que, por un lado determinan el alza del ISC para obtener una recaudación mayor por impuestos indirectos perjudicando al ciudadano de a pie y por el otro exoneran del impuesto a las camionetas Pick-Up con el falso argumento de que son un bien capital, beneficiando claramente a los de arriba que tienen mayor capacidad de compra, esto es lo que hace que no se entienda, ¿quieren recaudar o no?, habrá que ver dentro de poco con qué clase de camionetas nuestras autoridades empiezan a llegar a laborar.
Por medidas antojadizas como ésta, con una Sunat llena de exoneraciones tributarias para las grandes empresas (78 en total) y por otro lado ajustes a los pequeños emprendedores, el Estado peruano deja de recaudar 20 mil millones de soles al año, el 2% del PBI. O tributamos todos como corresponde o que no tribute nadie.