Opinión

El imperialismo es un tigre de papel

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Por Tino Santander Joo

Todos los reaccionarios son tigres de papel. A primera vista, parecen aterradores, pero en realidad no son tan poderosos. Desde una perspectiva a largo plazo, no son verdaderos tigres, porque los pueblos los derrotarán.»   (Mao Tsetung)[1]

El imperialismo norteamericano es un “tigre de papel”. Parece poderoso y temible ante millones de trabajadores hispanoamericanos que creían en el sueño americano. Donald Trump persigue a humildes trabajadores agrarios y de servicios en las principales ciudades norteamericanas, como lo hacía la Gestapo con los judíos en la Alemania nazi.

Los tratados de libre comercio, las alianzas militares (OTAN), el Acuerdo de París, los acuerdos sobre armamento nuclear o el Tratado Torrijos-Carter (sobre el Canal de Panamá), para los Estados Unidos no tienen ningún valor. Son papeles mojados en tinta; valen o tienen vigencia sólo si benefician a los intereses económicos y políticos de Estados Unidos. Para ellos, el mundo es su patio trasero.

La libertad, los derechos humanos, la democracia, el estado de derecho, la familia y la ética religiosa son para las elites yanquis, consignas sin contenido, mercancías y marketing electoral; lo que realmente les importa son los recursos naturales del mundo. No olvidemos que entre 1846 y 1849 invadió México, anexándose Texas, California, Arizona y Nuevo México, todos estos territorios ricos en minerales y oro.

En 1898 inició la guerra contra España por la independencia de Cuba; sin embargo, se anexo Puerto Rico y convirtió a Filipinas en una base militar para controlar el Mar de China. Antes de su fracasada revolución, Cuba fue un refugio de capitales de la mafia norteamericana.

Invadieron Haití (1914-1934) con el pretexto del caos político, cuando en realidad buscaban manejar la deuda de ese pequeño país en beneficio de sus bancos. Todo ello lo hacían en nombre de Dios, la democracia y la libertad occidental.

En 1945, tras la Segunda Guerra Mundial, impusieron el Plan Marshall para controlar la economía y subordinar políticamente a Europa a los intereses del capitalismo norteamericano. La intervención en Corea (1950-1953) no solo fue para combatir “el comunismo”, sino para fortalecer su industria armamentística y establecer una gran base militar en Corea del Sur que garantizara su hegemonía militar.

En 1965 invadieron la República Dominicana con el pretexto de derrocar a su exaliado, el dictador Trujillo. En realidad, no les interesaba la democracia sino los intereses de las empresas norteamericanas que controlaban la economía dominicana. Lo mismo sucedió en Granada en 1983: una pequeña isla con un ejército reducido fue invadida por la poderosa flota naval yanqui, quedando subordinada económica y políticamente a EE. UU.

La invasión a Panamá en 1989 tenía como pretexto capturar al narco dictador Noriega, quien antes fue su aliado. En realidad, buscaban consolidar su hegemonía militar y política en Centroamérica. En 1990 expulsaron a Irak de Kuwait y establecieron bases militares que amenazan al Medio Oriente y controlan el petróleo. En 2001 invadieron Afganistán con el pretexto de liquidar a los talibanes y Al Qaeda. Detrás del combate al terrorismo estaba el interés de controlar los gaseoductos y oleoductos por empresas norteamericanas. Sin embargo, terminaron huyendo y entregando el gobierno nuevamente a los talibanes.

En 2003 mintieron para invadir Irak y derrocar a su viejo aliado Saddam Hussein. Lo que realmente querían era controlar el petróleo iraquí. Estados Unidos consolidó su presencia militar y económica en Medio Oriente. Los hispanoamericanos no olvidamos su apoyo a Inglaterra en la guerra de las Malvinas contra Argentina, a pesar de que existía el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), un pacto de defensa entre los países de América.

Ahora usan los aranceles contra México y Canadá como pretexto de que atentan contra su seguridad nacional, van a exacerbar el conflicto comercial para intentar anexar militarmente el norte de México y convertir a Canadá en el estado 51 de los Estados Unidos. Luego irán por Groenlandia y Panamá ante el silencio cómplice de los europeos.

Mao Tsetung acertó al señalar que el imperialismo es fiero como un tigre, pero en realidad es débil como un papel, porque puede ser derrotado. La primera gran derrota se la acaba de dar la empresa china de inteligencia artificial DeepSeek, que con un pequeño presupuesto derrotó al gigante norteamericano ChatGPT, haciendo que las acciones de Nvidia bajaran más del 25%.

El lunes 3 empieza el boicot a las empresas norteamericanas (Coca-Cola, McDonald’s) en los Estados Unidos. Esperamos que en todo el mundo se rechacen los productos de esas empresas. La resistencia de los millones de trabajadores hispanoamericanos se inicia con una huelga blanda. Esta nueva batalla antimperialista ya se inició en las redes sociales que en el transcurso de las semanas será indetenible. En todo el mundo crece el antimperialismo fomentado por jóvenes y los movimientos sociales y estamos seguros que solo buscan que la humanidad viva en paz y libertad.


[1] Cfr. Mao Tsetung Textos escogidos (1926/1963) Conversación con la corresponsal norteamericana Anna Louise Strong- agosto de 1946.)  – 1ª ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Ágora, 2016. En https://pcr.org.ar/wp-content/uploads/2020/04/Mao-textos-escogidos.pdf

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