Por: Raúl Villavicencio H.
En este mundo donde todos quieren correr sin antes haber aprendido a caminar, donde la inmediatez y la presión social a veces resultan tan asfixiantes, donde muchos jefes quieren que se hagan las cosas “para ayer”, o donde sencillamente uno desea ‘bajarse del tren’ tratando de escapar de su realidad, han existido opioides capaces de procurarte esa falsa tranquilidad por un instante para luego expectorarte nuevamente en un mundo inclemente y retorcido.
El fentanilo, o la denominada “droga zombie” viene llamando la atención de las autoridades, particularmente de los Estados Unidos, por su altísimo nivel alucinógeno, capaz de convertir a una persona ordinaria en un espectro que deambula por la calle en pleno mediodía. Pero eso no solo pasa en el país norteamericano, sino que durante los últimos meses la presencia del fentanilo se viene registrando en países como Ecuador, Colombia e incluso Perú.
Y sí, los opioides son utilizados para aliviar dolores intensos, muchos de ellos asociados a procesos cancerígenos o postquirúrgicos, permitiendo que el paciente lleve un poco mejor su recuperación bajando los niveles de dolor mas no curando la enfermedad.
Es por ello que se ven en ciudades como Fhiladelphia (Estados Unidos) ‘ejércitos’ de personas, o lo que quede de ellas, arrastrándose o moviéndose torpemente como si se tratara efectivamente de un muerto en vida. Personas como cualquier otra, como nuestros vecinos, primos o hermanos, tratando de sostenerse de algo, con la cara babeando y la mirada perdida, abstraídos en un mundo que solo ellos pueden ingresar.
Esa ‘droga zombie’ proviene de manera ilícita de México, donde existen laboratorios clandestinos, los mismos que se encargan de inundar las principales ciudades de los Estados Unidos con ese potente alucinógeno, mucho más potente que la heroína. Sin embargo, como ya se indicó, esa droga ya viene apareciendo en Sudamérica en búsqueda de nuevos adictos.
De los tres mil muertos en el año 2012 por drogas se pasó drásticamente a más de cien mil en los últimos años solo en Estados Unidos encendiendo las alertas sanitarias en dicho país; setenta mil de las muertes ocasionadas por el fentanilo.
En nuestro país no sería de extrañar que dentro de uno o cinco años se pueda apreciar en las principales ciudades a los habitantes convertidos en zombies.
Columna publicada en el Diario Uno.