Política

El detrás de cámaras de la caída de Cateriano

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Mávila Huertas, presidente Martín Vizcarra y Pedro Cateriano

La caída del premier Pedro Cateriano Bellido está siendo atribuida a una conspiración de los opositores a la reforma universitaria. El propio presidente Martín Vizcarra señaló en su mensaje de aceptación de la salida de Cateriano que existen “exigencias particulares” y “un cálculo político que no será aceptado. Desde aquí seguiremos apoyando la reforma universitaria”.

La afirmación presidencial carece de sentido porque parte de esta premisa: que el Congreso es manejado a su antojo por las “exigencias particulares” de quienes se oponen a una reforma universitaria que, dicho sea de paso, está terminada. ¿Cómo puede haber conspiración si ya la reforma se llevó a cabo?

Por su parte, el premier Pedro Cateriano declaró: “A mí se me advirtió que no había consenso respecto a la ratificación del ministro de Educación y que, por lo tanto, iba ser difícil que se me extienda el voto de confianza. Considerábamos (junto al presidente Vizcarra) que esta ratificación era un mensaje político de apoyo a la reforma universitaria”.

Lo de Cateriano desnuda que se trata de una justificación a su derrota. La verdad es otra. Solamente 7 congresistas de Acción Popular —que fueron los que votaron en contra— le dijeron a Cateriano que retire al ministro de Educación. El propio Cateriano ha revelado que le pidieron ese retiro pero mintió diciendo que a eso se debe su caída. Acción Popular tiene 23 congresistas, 4 votaron a favor de la confianza al gabinete ministerial, 12 se abstuvieron y 7 dijeron no. Pero Acción Popular no maneja de las narices a los 54 congresistas que votaron en contra ni a los 44 que se abstuvieron. Y si 7 congresistas de Acción Popular le pidieron el retiro de Benavides, entonces, Cateriano debió negociar en lugar de salir, desafiante el sábado en RPP, a respaldar a un cuestionado ministro de Educación. ¿Por qué Cateriano aceptó defender al socio de Vizcarra en los negocios de la Reforma Universitaria que investiga la Contraloría? es una pregunta pertinente.

Lo real es que estamos ante un presidente y un premier que no supieron lidiar con la crisis actual. Ambos dieron discursos llenos de promesas y obras por efectuarse, llegaron al extremo de ofrecer las líneas 3 y 4 del Metro de Lima y hasta una carretera central —obras que tomarán años en concretarse si acaso se concretan— cuando la gente pide oxígeno, un mínimo plan de control de la pandemia y alimentos para sobrevivir. Cateriano eligió mentir como miente Vizcarra y dejó el cargo refugiándose en una mentira: “Me sacaron los enemigos de la reforma universitaria porque respaldé al ministro y ex jefe de la Sunedu, Martín Benavides”.

Pedro Cateriano y ministro de Educación Martín Benavides.

¿Quiénes son esos enemigos? No lo dice porque nadie le creería que José Luna Gálvez esté en condiciones de manejar al Congreso y sea capaz de conseguir los votos para la caída de un gabinete ministerial. Ni Vizcarra ni Cateriano se atreven a dar nombres porque la cortina de humo se esfumaría: Telesup, la universidad fantoche de Luna Gálvez, ya no existe y no tiene opción alguna de volver a tener licenciamiento porque no hizo el trámite administrativo a tiempo.

Los medios de comunicación hoy convertidos en medios oficialistas que difunden y repiten una y otra vez la mentira de Vizcarra y Cateriano acerca de que los responsables de la caída del primer ministro son los enemigos de la reforma universitaria, ocultan los cuestionamientos reales de diversas bancadas que negaron la confianza a un gabinete por razones totalmente ajenas a la reforma universitaria e, incluso, una bancada que votó a favor sostuvo que el problema no fue la reforma universitaria. En efecto, una de las primeras en pronunciarse fue la congresista Zenaida Solís del Partido Morado: “En el partido en bloque hemos votado por la confianza, porque nos parecía que era lo responsable por la pandemia y en una situación de último año de gobierno. La presentación de Cateriano de más de 3 horas resultó agotadora y demasiado amplia y a las claras imposible de cumplir. En el año que le queda a Cateriano no iba a lograr todo lo que ofrecía. Hay congresistas que creyeron que se les estaba tomando el pelo”.

Por su parte, la congresista Cecilia García de la bancada Podemos Perú entabló este diálogo conla periodista Karina Novoa en radio Exitosa: “Se habla de que se pedía la cabeza del ministro de Educación por el tema de SUNEDU y que ahí se movían los hilos y eso era un chantaje”. García respondió: “El ministro de Educación está cuestionado por el tema de las tablets (…) los medios de comunicación están hablando que esto viene direccionado, que incluso hay congresistas que vienen de universidades no licenciadas pero hay dos ministros que vienen de la Pedro Ruiz Gallo y también son ministros de universidades no licenciadas. Esto no viene por Telesup, nosotros no hemos omitido opinión en todo el tema de educación. Nosotros como bancada teníamos una posición. Esto no ha sido una negociación o un chantaje. En realidad, los que se reunieron con Cateriano fueron el congresista Urresti y el congresista Luna. Para algunos no era muy cómodo ver a Cateriano con tanta soberbia”.

Igualmente, la congresista María Teresa Céspedes vocera de la bancada FREPAP intervino en los medios: “Una de las razones fue el cuestionamiento al ministro de Educación por el tema de las tablets, ya estamos en agosto y los alumnos no van a poder estudiar sin las tablets. En una reunión al premier Cateriano le dijimos pero lamentablemente no hubo correcciones, y la bancada decidió no darle el voto de confianza”. El FREPAP nada tiene que ver con la reforma universitaria.

FREPAP en reunión con Cateriano.

A su vez, el congresista Humberto Acuña de APP sostuvo: “Nosotros no hemos tenido nada que ver con el tema del ministro de Educación. Todas las universidades de nosotros han tenido licenciamiento, porque hemos cumplido todos los parámetros que nos pedía la SUNEDU. No tenemos ninguna universidad del consorcio que no ha sido licenciada”.

Armando una cortina de humo

Toda la historieta de que Cateriano cayó por los “enemigos de la reforma universitaria” se convirtió para la prensa oficialista en “un chantaje” e, incluso, en “un acto delictivo”. Si se observa con atención todo empezó en el programa 2020 de Mávila Huertas, convertida en la vocera más oficial del gobierno en todas sus instancias. A las 9 de la noche del lunes, cuando aún faltaban horas para el desenlace, Huertas, vestida de amarillo ¿lapsus del inconsciente?, abrió su emisión diciendo muy enfática que el gabinete de Cateriano “no tendría los votos de confianza porque se estaría pidiendo un gesto que, se entiende, siempre de acuerdo a las fuentes que maneja este programa, como la cabeza del ministro de Educación, así como lo están escuchando: se estaría pidiendo la cabeza del ministro de Educación”. Si tenemos en cuenta aquella vez que en plena entrevista al presidente Vizcarra, Mávila Huertas le dijo, tocándose una oreja, “Me dicen de Palacio que vaya apurando la entrevista”, se puede suponer el origen de sus fuentes.

Mávila Huertas y presidente Martín Vizcarra.

Lo llamativo es que el anuncio que dio no tenía ni pies ni cabeza porque en pleno debate congresal ya no podían pedirle a Cateriano que retire al ministro Benavides. Era imposible que el premier retire al titular de Educación en pleno debate del voto de confianza. Pero, claro, cuando el periodismo consiste en repetir lo que dicen (u ordenan) “las fuentes” se habla sin previo razonamiento.

Hay más. La periodista Huertas soltó dos parrafadas a las que hay que prestar atención. Dijo: “Lo que nos preocupa particularmente es que lo que pretenda hoy el Congreso o, por lo menos algunas fuerzas del Congreso con intereses claramente conocidos en el sector Educación, es quitarse la piedra en el zapato de la SUNEDU representada por esta transformación que emprendió, en su momento, el actual ministro de Educación”. Añadió: “En este momento de pandemia y necesidad de dar pasos hacia delante y de convocar esfuerzos, algunas bancadas están chantajeando, chantajeando   o pretendiendo alguna negociación para otorgar el voto de confianza”.

Dos cosas: 1) cualquier coincidencia con el mensaje del Presidente de la República y las declaraciones del ex Premier (no) es una casualidad; y 2) al día siguiente los medios de comunicación amanecieron repitiendo una y otra vez el término chantaje inaugurado por Mávila Huertas cuando aún se debatía el voto de confianza.

Los más entusiastas llegaron a calificar como “acto de extorsión y de chantaje” y un periodista, diestro en el media training del sector estatal, llegó a decir que se trataba del “chantaje de una organización criminal instalada en el Congreso”. En concreto, chantaje fue la palabra consigna que se encargó difundir.

Aquí en Lima Gris hemos señalado claramente que estuvo muy bien el cierre de universidades que no merecían funcionar, pero nos hemos opuesto a dos cosas: a dejar decenas de miles de alumnos en la calle y a que existan negociados del ministro de Educación, Martín Benavides, los mismos que hemos acreditado con pruebas y que se investigarán en la Contraloría.

Entonces, esa maniobra de desinformación que se ha divulgado por toda la prensa oficialista para ocultar los reales cuestionamientos a Cateriano y al gobierno es una mentira gruesa que el periodista Eloy Marchán resumió así en twitter: “¿El ministro de @MineduPeru, Martín Benavides, no puede salir del Gobierno porque sin él se cae la Reforma Universitaria? Ya pues. O sea, toda la bien lograda Reforma depende de una sola persona. ¿Benavides, por cierto, no es el ministro que no pudo comprar ni siquiera las tablets?

Si todo se inició vía Mávila Huertas existe el derecho a esta presunción: todo empezó en Palacio de Gobierno. ¿Hubo una conversación la noche del lunes entre Mónica Moreno, la jefa de comunicaciones del gobierno, con la entusiasta vocera del vizcarrismo? Es un capítulo de una historia para otro momento. Por ahora, ya es hora de que paren con tanta propaganda.

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