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El curioso caso de Sister Hong
Jiao Moumou, un ciudadano chino de 38 años, hace cuatro años creo un perfil en un aplicativo de citas donde se presentaba como una mujer madura, divorciada y en búsqueda de encuentros casuales. Fue así como nació Sister Hong, utilizando maquillaje, peluca, implantes y distorsionadores de voz para hacer creer a cientos de hombres que efectivamente se trataba de una mujer.
Por: Raúl Villavicencio H.
Jiao Moumou, un ciudadano chino de 38 años, hace cuatro años creo un perfil en un aplicativo de citas donde se presentaba como una mujer madura, divorciada y en búsqueda de encuentros casuales. Fue así como nació Sister Hong, utilizando maquillaje, peluca, implantes y distorsionadores de voz para hacer creer a cientos de hombres que efectivamente se trataba de una mujer.
Bien pudo pasar desapercibida entre tantos perfiles de otras mujeres, pero había algo que terminaba por encandilar a los varones, entre ellos hombres casados, profesionales y estudiantes que buscaban contactarla en persona.
Sister Hong poco a poco los terminaba engatusando con una oferta que pocos podían rechazar: no pedía dinero por los encuentros sexuales, sino que a cambio solicitaba regalos, víveres o pequeños electrodomésticos. Los hombres no lo podían creer y acudían a su encuentro sin saber que estaban siendo filmados por pequeñísimas cámaras ocultas.
De acuerdo a las investigaciones periodísticas chinas, más de 250 sujetos fueron grabados sin su consentimiento, y que esa cifra se elevaría por encima de los mil incautos que vieron expuestas sus identidades en distintas plataformas de contenido para adultos. Es ahí donde el caso se volvió viral en cuestión de horas en ese gigantesco país, traspasando las fronteras en cuestión de días en todo el mundo.
Enterados de esa vulneración de la identidad, las autoridades de Nanjing procedieron a arrestarlo, presentando cargos como invasión de la privacidad y el uso no consensuado de contenido íntimo.
Posteriormente, las alertas sanitarias también se encendieron en ese país ya que muchos de esos encuentros sexuales se habrían realizado sin protección alguna. Hasta el momento no se han reportado personas contagiadas con alguna ETS.
Pero el caso da pie a un debate más profundo, respecto a cómo la tecnología puede llegar a confundir o engañar a las personas, presentando hombres o mujeres embellecidos con varios filtros de fácil acceso en distintos aplicativos. Bien podría usted en este momento estar conversando amenamente con una persona a la que jura tener las medidas de una modelo, pero en la realidad es un cincuentón que solo quiere ganarse su confianza y afecto con palabras suaves y tiernas. Tarde será cuando se dé cuenta que su ser amado es alguien que quiera aprovecharse. A tener cuidado.
Columna publicada en el Diario Uno.