Por Liliana Vílchez
(Gracias por la donación se estrenará en
el Festival de Cine Al Este en dos funciones: el domingo 2 de junio a las 6 pm
en el Cineclub Cinestesia: Av. Del Ejército 250 interior 306, Miraflores; y el
miércoles 5 de junio a las 8 pm en la Sala Armando Robles del Ministerio de
Cultura, con presencia del director en ambas funciones.)
Personalmente, ¿qué te motivó a grabar la película? ¿Ha
sido un proceso fríamente calculado, es decir, desde un inicio sabías qué
estabas buscando, o fue una obra más explorativa y al final te diste cuenta lo
que tenían en común todos los clips?
Hay un gusto por
mirar. Partes de que no sabes nada, ves y te preguntas ¿qué estoy viendo? ¿qué
es esto? pero sientes clara y misteriosamente algo ‘que te llama’ o crees que,
de repente, entiendes algo más en medio de ese no-saber o no-entender. Te vas
metiendo en algo que te resulta desconocido. Puede ser algo ‘demasiado
conocido’ que se te presenta esta vez como si fuera algo desconocido. Captas
algo siendo consciente de que no sabes bien todo lo que estás captando. Todo
empieza siempre por un golpe de intuición.
Imagina que
sales una mañana de tu casa… y algo pasa; lo que sea. Y tienes una camarita en
tu bolsillo. Y te gustaría llevarte eso que te interesó de regreso a casa. No
te lo puedes llevar literalmente, pero te puedes llevar su imagen, su doble, su
fantasma. Y sin embargo puedes llevarte algo esencial…
¿Qué
sientes que transmiten tus imágenes?
En el mejor de
los casos, como te venía diciendo… la complejidad de la vida. Pero justamente a
partir de lo que parece más simple. Antes te hubiera dicho que quería un cine
más cercano a la vida. Nuestros problemas vienen de que nos sentimos separados
de la vida. ¿Y también el cine…? Nos engañaron. El cine no está separado de la
vida. Pensar eso nos separa aún más del mundo y de nosotros mismos. El cine
sirve para unir, no para separar. El capitalismo, el neoliberalismo, el
patriarcado, el machismo, el autoritarismo solo quieren separar. Y eso es absolutamente
destructivo. Si te fijas, hay una jerarquía autoritaria en cuanto a la
valoración de la vida (y la valoración del cine según los millones que hayas
gastado o la pretensión de que tu película es mejor per se porque cuentas por ejemplo con equipos más caros). Yo grabo
lo que cualquier ser humano podría grabar. Hay que reconocer que el significado
de nuestra vida no es más que la suma o amalgama o fusión de momentos
‘insignificantes’. Así que… lógicamente, bien mirados, y a fin de cuentas, no
serían después de todo momentos tan
insignificantes…
¿De
qué manera se integran tus dos largometrajes (por el tipo de trabajo de edición)?
“Cuaderno de
notas” (2018) siempre tendrá esa magia especial, única, propia del primer
largo. Hay algo único en esa película que pienso que no se volverá a dar. No es
que quiera condicionar a los que leen esta entrevista a ver mis dos primeros
largos pero si ven ambos todo será más claro. Con el segundo largo la pregunta
era: ¿fue más que nada buena suerte lo que me pasó, o en realidad esto es solo
el principio de mucho más? “Gracias por la donación” prueba, a mi parecer, que
sí, que esto es el principio de mucho más. “Gracias por la donación” tiene una
sinopsis que no resisto la tentación de reproducir: “Las imágenes miran que las
personas visten diversos uniformes, o disfraces, haciendo diversos papeles,
obligados o por decisión propia. Pero quién es espontáneo, quién es ella o él
mismo, en la ciudad de Lima, o en cualquier otro tiempo y lugar. Las imágenes
son un regalo encontrado en la calle”. Mientras veía las imágenes que iba
acumulando el tema de las observaciones más o menos agudas o divertidas (o
dramáticas) de personas, que podría llamar papeles, funciones, máscaras, capas
o ‘identidades sociales’ se fue abriendo paso, imponiéndose. Poder sentir tanto
puede ser una maldición pero también una especie de don o un regalo…
¿Qué te hace seleccionar un clip u otro, o seleccionas
todo lo que grabas? ¿Hay escenas que han quedado descartadas? ¿De qué nos
perdimos?
Me sucede lo
siguiente: 1) La imagen sale tal cual (o casi) como la vi con los ojos y con la
pantalla que acompaña la cámara. 2) La imagen sale o mucho menos interesante de
lo que creí o simplemente mal y no sirve (o por lo menos no me sirve a mí). 3) La
imagen sale mejor de lo que vi y sale (no me preguntes cómo) otra cosa no
planeada, o no percibida. 4) La imagen sale bien pero como no ‘pega’ sé que la
usaré para otra película; es un anuncio o un trailer o un ‘plano perdido’ de
una nueva película que aún no existe, que aún no sé cuál será.
Mi inconsciente es más inteligente que yo o la cámara es más inteligente que yo. No creo mucho en el ego así que te diría que soy un canal útil para que se vea bien algo (cuando la cosa resulta…) Y es la razón primaria del arte: el enriquecimiento de la conciencia. Algo totalmente útil y práctico. Si el poder ha despreciado el arte sometiéndolo es porque el arte nos da poder a todos.
¿Podríamos decir que esta es una obra de tipo coral,
porque contiene varias micro historias y todas convergen en un mismo entorno,
la calle?
Somos no un yo,
sino varios yo (no hay solo una voz hablándote dentro del espacio de tu
cabeza); somos, biológicamente hablando, una confederación de células. Una
unidad compleja que no solo no es posible sin multiplicidad sino que está hecha
de multiplicidad. El biólogo Henri Laborit te diría que nuestro cerebro son los
otros: sin los estímulos de los otros nuestro cerebro no habría podido
sobrevivir ni desarrollarse. Desde la filosofía de la descolonización Enrique
Dussel te diría que la comunidad, el nosotros, viene antes que el yo. Somos
comunidad primero. Espontánea o inconscientemente eso está en mis películas, y
eso las hace totalmente realistas -y pueden verse a la vez como experimentales-.
Pero claro: cualquier experiencia que consideres valiosa, si merece ese nombre,
la describes así porque hay elementos nuevos en ella (en su forma que es su
fondo), en otras palabras, ‘experimentales’.
La calle es aún
nuestro espacio común, es una mezcladora fascinante de mundos, aunque como ves
la calle anda cada vez más privatizada y militarizada. Debemos revertir ese
proceso. Todos. Ya.
¿Qué
es lo que te motiva a narrar de esta manera guerrillera?
Me has hecho
recordar una frase de Aldous Huxley: “La sociedad es una falta de amor
organizada”. Es el dinero, el egoísmo
más destructor el que se expresa con la mayor libertad, no nosotros. Esta es
una guerra donde quieren arrancarnos nuestro sentido de comunidad y nuestro yo.
Imagina (ya parezco Lennon) un mundo donde todas las personas puedan expresarse
libremente. ¿Cómo sería ese mundo? Las imágenes transforman el mundo, son
realidades en sí mismas y son realidades en potencia, las imágenes son
creadoras de realidades nuevas. Una observación del verdadero mecanismo social
puede contribuir a desenmascarar esta realidad horrible de amos y esclavos que
si no para nos llevará a la destrucción total muy pronto. El solo hecho de ver
un poco ‘más allá de lo evidente’ te transforma. Y ahí te toca atreverte a ser
fiel (por fin, nunca es tarde) a lo mejor de ti.
¿Dirías
qué el espectador se puede identificar con los personajes que aparecen en la
película?
Uno de los grandes
del cine experimental, Michael Snow (http://lacinefilianoespatriota.blogspot.com/2007/04/el-club-de-las-pelculas-caletas-el-cine.html),
decía que a él no le gustaba desaparecer en las películas. Si amas a alguien o
si respetas a alguien tratarás de decirle la verdad, lo que tú crees que es la
verdad. Y harás uso de tu razón más bien que de una supuesta verdad revelada,
de un no-pensamiento. Eso en lugar de decirle solo algo que haga a esa persona
sentirse bien. El mecanismo o la técnica de la identificación tiende a ser
usada de manera facilista, demagógica: para someterte. Prejuicios, reduccionismos,
lugares comunes, conformidad automática al pensamiento único, al pensamiento
dominante, al poder, al sistema de control. Un asco. Hay más amor en una
distancia apropiada o justa para tratar de ver lo que es tal como es (¿sueno
muy optimista?). En ese sentido, soy aún más crítico de cine que antes de
empezar a hacer mis propias películas. Practico el cine de la realidad y mi
crítica se encuentra en mis propias observaciones visuales que son parte
integrante e indesligable de cada imagen que grabo. O eso espero…