Por Tino Santander Joo
Los encomenderos coloniales tenían entres sus obligaciones difundir el cristianismo y la fe en la iglesia católica a los indígenas encomendados, además de hacer alianzas con los caciques nativos para proveer de mano de obra a los obrajes, mitas y lograr privilegios y enriquecerse mutuamente. Hernando De Soto, es un encomendero del siglo XXI, simplemente que ha cambiado el dogma, ahora predica el libre mercado, la globalización capitalista, los tratados de libre comercio y, el monopolio bancario que articulan toda la actividad productiva en torno a grandes intereses empresariales.
El adánico autor de El Otro Sendero, sostiene que los emprendedores informales son la nueva clase revolucionaria que instaurara el capitalismo popular; además afirma que la propiedad privada informal no registrada por el estado se convierte en un activo no cuantificable. He allí el conjuro mágico que hay que resolver para lograr el anhelado desarrollo capitalista.
De Soto, tiene un gran sentido del espectáculo farandulero. El gurú de la informalidad quiere ser el nuevo extirpador de idolatrías comunistas y fue cándidamente en busca de Pedro Castillo, candidato de Perú Libre, partido que se define como Marxista-Leninista-Mariateguista, señalado por la prensa de tener vínculos con Sendero Luminoso, que actualmente se organiza en varios movimientos de fachada como el MOVADEF y el SUTEP CONARE, entre otros. En el conclave piurano, De Soto, intentaba convencer a los comunistas que dejen de ser comunistas y se conviertan al liberalismo social.
Algunos analistas afirman que, De Soto, fue a ofrecer su asesoría para morigerar el plan estatista de Perú Libre y hacerlo más potable a los ciudadanos y a los inversionistas nacionales y extranjeros; Luego de varios días de meditaciones profundas señaló a la prensa que: “la estrategia política de Pedro Castillo es agudizar la lucha de clases en todos los niveles para llegar a la confrontación total e intentar tomar el poder”.
Los dirigentes sociales y comunales del surandino, afirman que Jorge Paredes Terry, operador político de Antauro Humala, utilizó a De Soto para movilizar el voto por Pedro Castillo; por eso, desenmascaró a De Soto de ofrecer sus servicios profesionales y cuotas de poder al fujimorismo. Incluso, señaló que el verdadero operador político de la campaña de Avanza País, era el exdirigente aprista Jorge Del Castillo.
Pedro Castillo, de lenguaje entrecortado y de aceradas convicciones ideológicas debe haberse reído mucho de las cándidas pretensiones de Hernando de Soto, que como predicador evangélico fue a anunciar los dogmas del liberalismo económico y los beneficios de la globalización capitalista. Pedro Castillo y la izquierda peruana piensan que Hernando De Soto, representa al imperialismo yanqui y a la burguesía compradora, es decir de la oligarquía que está totalmente subordinada a los intereses de los capitales transnacionales.
Pedro Castillo, Vladimir Cerrón, Jorge Paredes Terry y de la izquierda en general se han vacilado con la candidez del ilustrísimo Hernando De Soto, que solo es un aspirante a palomilla de ventana.