El artista Ricardo Terrones, egresado de Bellas Artes viaja hasta Europa como invitado del Tercer Festival de Cine Latinoamericano de Bucarest, donde expondrá su muestra individual «Hombre, naturaleza y humanidad», en «Gallery, art, coffe and more». La inauguración de la exposición se realizará el 14 de setiembre a las 5 pm.
El Artista Chepenano, es un acucioso investigador de lo contemporáneo que son aquellos RASTROS milenarios del arte universal de las grandes civilizaciones. Gran parte de su plasticidad descansa en captar e interpretar, a su estilo, la herencia de las líneas, formas, volúmenes y cromatismo que representan las pisadas de la postura del hombre, frente a la naturaleza y la humanidad. En ese sentido representa biográficamente de manera antropológica y sociológica la fauna de la sociedad contemporánea.
En la obra de Ricardo Terrones, pareciera tener unos ojos que se mueven en todo aquello que es abierto al mundo y todo lo que tiene movimiento. Sus obras no son la acepción. Él es un artista que pinta con el alma en la manos, con voz propia, muy preocupado con la naturaleza y la humanidad. “La naturaleza es el pulmón para respirar”, como nos cuenta.
Su largo transitar se mueve con sentido firme, racional, humano y que adema, sabe en qué punto ubicarse y ubicar su sombra, sus vivencias, sus recuerdos, sus sueños, sus raíces. Chepenano predilecto. Hermano de los valles y descendiente moche (he allí sus personajes en su dibujos). Su propuesta está ligada a la reflexión y despertar de la conciencia social.
Sus dibujos son dibujos de reclamo, de búsquedas absolutas. Un dibujo que plantea revelarse frente a la mecánica del mundo. Ricardo Terrones, cree en el lenguaje original, universal, límpido; lejos de lo común, en un mundo donde el arte facilista, el mercantilismo, la moda y la estupidez humana imperan, y la creatividad si es un arte común.
Como decía Alejandro Romualdo: Estoy harto de escombros y de sombra. / quiero salir al sol. Verle la cara al mundo. Y a la vida que toca…
En sus interpretaciones se encuentra retratados sus pensamientos, y en sus tonos grises; la magia y espiritualidad filosófica que todo buen arte merece; como aquel caldo lleno de vitaminas.