Cultura

El artista de los mil rostros

Entrevista al talentoso pintor peruano Bruno Portuguez.

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Bruno Portuguez. Foto: La República.

El distrito de San Isidro, tiene un lunar. Se llama El Olivar y está formado por un extenso territorio de  árboles que producen aceitunas. No siempre fue así, pues en los primeros tiempos perteneció al Señorío de Guatica y ya cuando llegaron los conquistadores, cambió de pertenencia y formó parte de la hacienda El Rosario, desde el año de Gracia de 1539, siendo administrada por los frailes dominicos. Uno de ellos, Fray Martín, tuvo la inspiración de sembrar olivos para vender su aceite en beneficio de la comunidad dominica.

En el siglo XXI, el artista plástico nacido en Chorrillos, Bruno Portuguez, el “artista de los mil rostros ”decidió hacer un alto a su permanente labor de retratismo, para colorear de verde oliva sus nuevas telas. La muestra que desde el día 8 de junio hasta inicios de julio está exhibiendo en el Palacio Municipal y de la Cultura de San Isidro con el título de “Una mirada al bosque El Olivar”, recoge lo que queda de este paradisíaco paraje, pues por decisión de diversos gobiernos municipalidades del distrito, ha sido cortado y dividido en áreas, maltratando su original geografía.

Bruno Portuguez, elaboró 15 pinturas al óleo sobre lienzo y tres dibujos sobre nordex en tinta azul. ¿Por qué lo hizo? Porque el paisaje, es uno de los temas del arte y él como hombre comprometido con esta vocación desde que fue un adolescente, no podía dejar pasar por alto.

José Carlos Mariátegui.

El retrato pictórico

Es raro que se siga practicando este tipo de trabajo artístico en una época en que los selfies lo han reemplazado. Sin embargo, Bruno Portuguez persiste en esta actividad, porque nunca se igualará con ellos. El alma, la belleza desconocida y el gesto en las líneas, solo puede ser captado por un artista. Además, el retratado es perpetuado de una manera única e irrepetible. Todo de manera espontánea. Y eso lo supieron los grandes retratistas de la Historia, desde Egipto (cuyas máscaras reprodujeron milimétricamente el rostro de los difuntos) o los griegos en sus maravillosas estatuas y frescos, como nos habla Pompeya. Y ni qué decir de los persas (igual que los romanos) quienes pusieron el rostro de sus gobernantes en las monedas. Pero fueron los mesopotámicos los que supieron ponerles alma, como lo revela el retrato  del gran Hammurabi.

Las culturas precolombinas, no estuvieron alejadas de este ejercicio. Allí  están los huacos retratos mochicas para confirmarlo, el tallado del dios Pachakámac, ese ídolo que se guardaba en su templo del valle del mismo nombre o el extraordinario Naylamp, retratado en el famoso Tumi.

El Renacimiento europeo, fue un semillero sin par de grandes retratistas como lo evidencian Antonello de Mesina, Piero Della Francesca, Sandro Boticelli, el Tiziano, Leonardo da Vinci y otros. En Perú tenemos a José Gil de Castro, Francisco Laso, Daniel Hernández, Mario Adrianzén, Mario Chumpitaz, Luis Eleazar, Etna Velarde. El artista plástico Bruno Portuguez, es uno de los más disciplinados ejecutores de este difícil arte.

Lima Gris, abordó al maestro Portugués, para conocer más detalles sobre esta muestra y su técnica del retrato.

César Vallejo.

Es usted un pintor polifacético, pues cultivó diversas técnicas como el retrato. ¿Su salto nuevamente al paisaje es temporal o será definitivo?

Vengo de una formación completa e íntegramente académica desde muy niño, claro, primeramente de manera autodidáctica y luego elevé mi formación en la Escuela de Bellas Artes de Lima, donde estudié seis años intercalado. Mi temática fue variada desde  la niñez: copias de los temas de los grandes maestros, retratos de los libros (a los trece años con modelo al natural) y paisajes; posteriormente en la Escuela de Bellas Artes de Lima, ya conociendo y practicando la pintura al óleo: bodegones, retratos, desnudos y paisajes entre otros temas. Posteriormente  como pintor, desde los años 80, proseguí mi temática con un tema intimista: mi taller, autorretrato. Pero por encima de todo. Siempre fui un apasionado del retrato y de la figura humana, a veces sola, otras veces en conjunto. En todo estos más de 50 años que vengo trabajando, he pintado pocos paisajes, algunos de ellos por los rincones de Chorrillos, en Luya (Amazonas), en Chaclacayo, en Apurímac, etc, siempre con mi caballete portátil y mis pinceles. El paisaje no es un tema menor, ni el más simple, por el contrario, es un tema hermoso y maravilloso, espero no volver a dejarlo y volver pronto a ello.

Me ha dicho que le atrae la naturaleza humana, ¿Qué tan difícil es poder retratar el alma de las personas a parte de sus rasgos físicos?

Sí, desde mi infancia comencé a retratar, primero copiando los retratos de los libros escolares y luego a los trece años con modelos vivos, esporádicamente. Tengo una gran fijación  por los rostros de manera individual, pero también por grupos humanos,  tal vez esto  tenga que ver por mi origen social, el mundo de donde provengo o por el gran amor y respeto que siento por toda la humanidad, especialmente por los más necesitados, los menesterosos, los sin voz. A ellos he dedicado todo mi trabajo y mi vida y lo seguiré haciendo, es mi sagrado y real compromiso.

En cuanto a su segunda pregunta, el parecido físico se puede lograr con un poco de buena práctica, eso hasta cierto punto es fácil, ahí no acaba el problema. Hay tres grandes razones que hacen que el retratar sea algo más difícil para todos los pintores, y de ahí que casi nadie pinte retratos hoy en día en el Perú y en el mundo. El primer escollo aparte del parecido, es el de adentrarse en el personaje y exponer su mundo interior e incluso  si es posible,  evidenciar su pensamiento, es un reto mayor; dos, crear un estilo propio, es decir pintarlo como uno lo ve y lo siente, al margen si le guste o no al retratado, al público o a la crítica; tres, que lo que uno pinte tenga el vuelo creador, es decir que tenga vida.

José María Arguedas.

¿Desde cuándo empezó a pintar rostros? ¿Cuántos retratos ha realizado y cuántos textos editados tiene?

Como le dije, desde mi niñez, pero recién desde los trece años con modelos vivos, a veces utilizaba  lapiceros y témperas y posteriormente desde mi época en la Escuela de Bellas Artes hasta ahora, con óleos sobre lienzos, carboncillos, tintas, etc. Ignoro hasta el momento cuántos retratos he realizado, creo que son más de 2,000  retratos extraoficialmente,  pero oficialmente 450 retratos editados en tres libros titulados «RETRATOS DE VIENTO Y DE FUEGO» Tomo I, II, III, Son 150 retratos en cada tomo  y en diferentes técnicas pero principalmente al óleo, donde rindo un merecido y grato reconocimiento a artistas, literatos, filósofos, científicos y otras personalidades resaltantes del Perú, América y del mundo. Actualmente estoy preparando el IV tomo con 150 nuevos retratos, ya tengo más de 90 retratos realizados, espero que para abril próximo tener los 150 retratos establecidos, con ello sumarían 600 retratos oficiales.

De los grandes retratistas universales y nacionales, ¿a quiénes admira?

Tengo no uno sino varios pintores a quienes siempre he admirado y de quienes he aprendido el oficio, ellos son mis maestros  : REMBRANDT, VELÁZQUEZ, N. GONCÁLVES, LEONARDO, MIGUEL ANGEL, EL CARAVAGGIO, VAN GOGH, KOKOSHKA, EL GRECO, K. KOLLWITZ, L. FREUD Y GUAYAZAMÍN, entre otros grandes maestros universales, entre los maestros nacionales: los HUACOS MOCHICAS, HERNÁNDEZ, SABOGAL y J. CODESIDO, entre otros.

Portuguez en El Olivar.

Volviendo a la exposición que viene realizando en la Galería del Palacio Municipal de San Isidro, ¿Por qué tomó como tema El Bosque del Olivar? ¿No hay otros espacios igual de importantes en Lima?

Indudablemente, hay muchos motivos no solo en Lima sino también en todo nuestro país, tenemos la suerte de contar con grandes, hermosos  y variados paisajes en cada rincón de nuestra patria. El Perú plásticamente, aún está virgen, son pocos los pintores peruanos que se han atrevido a pintar nuestro país y nuestra cultura, y más aún el incomparable paisaje humano compuesto por nuestros hermanos que viven en las diferentes regiones.

En cuanto al tema de esta actual exposición, es coyuntural, fue un acuerdo con el actual alcalde de San isidro. Y le propuse pintar algunos rincones de El Bosque del Olivar. Es un tema bellísimo y extraordinario, esos olivos parecen hablarnos con sus delicadas y bruscas formas retorcidas, si la exposición hubiera sido en otro lugar, en Ica, por ejemplo, hubiera recreado parte del suelo iqueño, como una muestra de cariño a su gente y al lugar.

Laguna del bosque El Olivar en San Isidro.

Viendo cómo se está perdiendo rincones y mansiones que representa la identidad limeña, ¿No cree que sería importante motivar a los pintores para que pinten esos aún existentes monumentos de arquitectura rodeados de un verdor a punto de desaparecer?. Esto como repuesta al rescate que usted está haciendo del Bosque El Olivar de San isidro.

Por supuesto que sí, habría que incentivar a los jóvenes pintores que tengan un mirar hacia nuestra cultura nacional, tanto de Lima como de cada región del país. Hacer por ejemplo, concursos de pinturas al aire libre, como se viene realizando extraordinariamente durante años en Cajabamba- Cajamarca. Que cada municipio  o región brinde una partida económica para estos concursos. Convocar a las diferentes empresas nacionales y extranjeras para que apoyen estas iniciativas, amén de nuestro gobierno a través del Ministerio de Cultura, así rescatamos y ayudamos a forjar el respeto y el cariño a nuestra cultura y fomentamos la identidad nacional.

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