Opinión

El arte de los Boluarte

Lee la columna de Edwin Cavello

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Dina Ercilia Boluarte Zegarra, ante la presión que ejercen las investigaciones de la Fiscalía, viene cometiendo graves errores. Después de 16 meses en el poder, se ha convertido en una mujer sin escrúpulos, su defensa se basa en la mentira y su mejor aliado es su propia familia, la cual viene siendo encabezada por Nicanor Boluarte, el popular hermanísimo que no tiene trabajo conocido pero que aun así mantiene una vida holgada pagando viajes a su familia y la mensualidad de su hija Claudia en la Universidad de Lima.

En Palacio de Gobierno se habla que Nicanor habría copado algunos ministerios, uno de ellos es el Ministerio de Educación. También nos dicen que Morgan Quero, actual ministro de Educación, llegó a Dina gracias al hermanísimo. Primero en el MIDIS, luego en Palacio y hoy en el MINEDU. Pero en esta historia, además, se habla de unos chats que evidenciarían presunta corrupción, de fotografías sórdidas y de un audio bomba que ya estaría en manos de la Fiscalía.

En las próximas semanas conoceremos más sobre la familia de la presidente Dina Boluarte. Algunos de ellos han aparecido en investigaciones e informes periodísticos, pero también están las hermanas, que se han vuelto protagonistas y que viven entre Cusco, Apurímac y Lima. El hambre de poder ha sido revelado en comunicaciones privadas de WhatsApp y llamadas telefónicas. Ni usando chip de teléfonos celulares de Estados Unidos han podido esconder su intención de levantarse en peso al país.

Recordemos que la experiencia política de Dina se basa en el fracaso: intentó ser alcalde con su movimiento Despierta Surquillo, pero no pudo siquiera obtener las firmas para su inscripción. En el 2020 intentó ganar una curul en el Congreso pero no lo logró. Un año después, en 2021, integró la plancha de Perú Libre como vicepresidenta, junto con Pedro Castillo, a quién el 07 de diciembre de 2021 en Juliaca le dijo: “Si al presidente lo vacan yo me voy con el presidente”.

Dina, los Boluarte y sus ministros cómplices, saben que habrá una persecución contra ella por los más de sesenta asesinados en las marchas, por los Rolex y por los grandes negociados bajo la mesa durante su gobierno. Lo más absurdo, es que creen que, reuniéndose con candidatos presidenciales para las elecciones del 2026, podrán pactar su libertad.

(Columna publicada en Diario UNO)

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