Por: Gabriela Mansilla
(Docente UNMSM. Centro de Estudios Asiáticos UNMSM. Taiwan Fellowship Scholar)
En medio de la pandemia ha pasado casi desapercibido el cambio de status quo de Hong Kong, el centro financiero más importante de Asia y sede de uno de los puertos más importantes del mundo, el cual hace unas semanas ha pasado de ser una región administrativa especial autónoma para convertirse en un territorio al que le alcanzan las normativas del Partido Comunista Chino, ello a mérito de la entrada en vigencia de la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong que entro en vigencia el 30 de junio de 2020, acontecimiento de transcendencia global.
Cabe recordar que durante 155 años Hong Kong fue una colonia británica y la transferencia de su soberanía a la República Popular China tuvo lugar el 01 de julio de 1997, adoptando Hong Kong el status quo de una región administrativa especial con gran autonomía, leyes propias y sin que se practique el sistema socialista bajo la condición de “un país, dos sistemas”, con la única excepción de riesgo de su seguridad nacional; en este sentido, los ciudadanos chinos de Hong Kong disfrutaban de sus libertades judiciales, económicas y políticas a comparación de sus pares de China continental, los cuales, estaban regulados por un sistema más represivo dependientes de un partido único, el Partido Comunista Chino. Esta condición libertaria en Hong Kong que se acordó duraría mínimamente por un periodo de cincuenta (50) años, esto es hasta el 2047, ha cambiado hace unas semanas, propiciando una serie de cambios en el ambiente empresarial hongkonés.
Los 66 artículos que conforman la nueva Ley de Seguridad Nacional están dirigidos a reprimir elementos externos que pongan en peligro la seguridad nacional, tales como las protestas antigubernamentales y otras actividades que propicien el separatismo, la subversión, el terrorismo y la colusión con un país extranjero, lo que deja en claro la supresión de valores democráticos en la isla.
En este nuevo entorno, las empresas se están preocupando por la seguridad de sus datos y por adaptarse a las restricciones del internet, como es usual en China, en este sentido, la nueva normalidad es que los datos, propiedad intelectual y los activos físicos y financieros estarían sujetos a embargo o restricciones, por lo que deben de contar con encriptación y almacenaje fuera del territorio. Ciertamente, empresas como Microsoft, Telegram, Facebook, Google y Twitter han bloqueado temporalmente los datos de los usuarios de Hong Kong para protegerlos de violaciones a la nueva ley. Esta situación menos estable y predecible, está aligerando el éxodo no sólo de empresas, sino también de valioso capital humano
El futuro de Hong Kong es incierto pero no cabe duda que esta nueva Ley estaría aislando a la isla del escenario empresarial global y obligando a empresas que tengan relación comercial en Hong Kong a considerar su éxodo o a adaptarse a su nueva normalidad.