Por Edwin A. Vegas Gallo
Desde antes de la pandemia, para la SUNEDU liderada por Martín Benavides, de cara, al proceso de licenciamiento de universidades, la educación a distancia mal llamada “virtual”, la consideraba como no idónea para la enseñanza, sin mayor argumento, salvo algún tipo de favorecimiento en particular. Situación que por cierto tirios y troyanos callaron y no dijeron nada.
La pandemia enrostró a esa SUNEDU, la necesidad impostergable de acceder y consagrar la educación real (no “virtual”) en el sistema en línea. Situación válida y legal, usada, por ejemplo, en los casos judiciales tanto por jueces y fiscales.
Ante ese hito histórico de la humanidad (Covid 19), la UNESCO, organismo rector de la educación mundial, en la Conferencia Mundial de Educación Universitaria (Barcelona, 2022), señaló que el desafío de la Universidad, pasa por la transformación digital, adecuando la enseñanza al entorno en línea, para brindar facilidades en todos los ámbitos donde no llega la universidad física.
Sin embargo, esta SUNEDU, en lugar de evolucionar al nuevo modelo de educación mundial en línea, retrocede como el cangrejo, al viejo modelo de clases presenciales al 100%, a partir de 2024 (decisión tomada a días del inicio de clases), sin consultar con las autoridades universitarias y mucho menos sin considerar las expectativas de la juventud nacional, ávida de su propio desarrollo humano.
Lo lamentable, es la pasividad de los rectores de no defender su fuero universitario, así como las voces de protesta de los tirios y troyanos de ayer, que callaron en todos los idiomas y hoy se rasgan las vestiduras y se vuelven defensores a ultranza de la mal llamada “virtualidad educativa”.
Es de esperar que, en el Consejo Directivo de la SUNEDU, prime la ecuanimidad académica y se consagre el derecho al entorno de la enseñanza con la educación en línea, ya probada con éxito en los países vecinos de Sudamérica.
Otro si: esta decisión errada de prescindir de la educación en línea, para el pre grado, debe servir para que la Comisión de Educación del Congreso de la República, analice el concepto de educación en línea (que es legal en sentido estricto) para los estudios de maestría y doctorado, para hacerlo concordante con los requisitos establecidos para ser profesor principal o asociado e incluso autoridad universitaria.
