Opinión

Educación Inicial: celebración, retos y compromiso

Lee la columna de Marisol Verónica Giordano Silva

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Por Marisol Verónica Giordano Silva

Las maestras jardineras, como coloquialmente se conoce a las docentes de Educación Inicial, por estos días preparamos las actividades para la semana de este nivel pedagógico, siendo la fecha central de la celebración el próximo 25 de mayo.

En nuestra querida patria, desde el 20 de mayo y por cinco días, conmemoramos y reconocemos la importancia de la educación en la primera infancia y resaltamos el importante papel que cumplen las docentes y auxiliares frente a los aprendizajes de los niños en sus primeros pasos en la perspectiva de su vida escolar. Dicho sea de paso, hoy, en el sistema educativo nacional, el nivel de Inicial comprende el I ciclo (Cuna Jardín) y el II ciclo (Inicial Jardín).

Como se recuerda, el 25 de mayo de 1931, hace 94 años, dos hermanas pedagogas, Emilia y Victoria Barcia Bonifatti fueron las primeras que regentaron el primer jardín educativo en el Perú, destinado especialmente a la enseñanza de los niños de la primera infancia, abriendo así las puertas a una nueva etapa en la pedagogía nacional para organizar e implementar de forma exclusiva la formación de los infantes.

Estas dos ciudadanas pioneras de la Educación Inicial, Emilia y Victoria Barcia Bonifatti, 10 años antes, en 1921, fundaron la primera escuelita Jardín de infancia en la ciudad de Iquitos, pero no será sino hasta 1931, cuando con el respaldo del gobierno y el Estado recién se oficializan sus actividades y se multiplica el número de esta clase de escuelas, siendo que Emilia, con el apoyo de su hermana, llegó a organizar 329 centros infantiles en todo el Perú.

Así ambas cumplieron con el sueño de mejorar la enseñanza de los niños de nuestro país, y ese legado debemos tenerlo muy presente con mística, responsabilidad y pedagogía innovadora, poniendo todo nuestro esfuerzo como educadoras del Nivel Inicial hacia el logro del bienestar de los educandos. Además, debemos tener presente el lema que las dos hermanas dejaron como impronta de excelencia y dedicación: “Todo por amor, nada por la fuerza”.

Igualmente, tampoco podemos dejar de mencionar a las educadoras Elvira García y García y Juana Alarco de Dammert, por su aporte intelectual a la educación peruana en general, y en lo que le corresponde a la Educación Inicial.

Finalmente, desde la Revista Lima Gris, envío un especial saludo a las colegas docentes del nivel y les deseo lo mejor, formulando votos y oraciones para que sigan enfrentando con éxito los retos y la innovación, siempre premunidas de perseverancia y compromiso, conscientes además de que la Educación Inicial es la base de la enseñanza para tener jóvenes virtuosos y futuros líderes para cuando ejerzan sus derechos y deberes de ciudadanos y ciudadanas, a fin de que prediquen y practiquen el bien y la honestidad para hacer más grande al Perú y a sus familias.

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