Eduardo Galeano: la escritura y la memoria del fuego
El escritor uruguayo Eduardo Galeano falleció en Montevideo a los 74 años de edad un 14 de abril del 2015. Antes de convertirse en un intelectual destacado de la izquierda latinoamericana, Galeano trabajó como obrero de fábrica, dibujante, pintor, mensajero, mecanógrafo y cajero de banco, entre otros oficios.
Su libro Las venas abiertas de América Latina se publicó cuando Galeano tenía 31 años y, según reconoció después el escritor, en aquella época no tenía los conocimientos suficientes.” Rosalba Oxandabarat, directora del semanario Brecha dijo esa vez: “Era eminentemente un autor político, pero ese rasgo no ha dejado ver la calidad de su escritura que expresa de manera sencilla conceptos muy complejos. Su trazo parece sencillo, pero en realidad es el resultado de un inmenso trabajo”. Galeano es le modelo del intelectual comprometido que hoy es tan escaso como la decencia.
“ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: ‘Cierren los ojos y recen’. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia”. Eduardo Galeano
Para Sengo Pérez
1.
Querido Galeano: Vuelo al otro lado de este mundo en unos días y seguro que desde mi clase económica, sobre el fuselaje, veré tu mirada azulada sobre el techo añil del cielo, en ese que tú no creías, y seguro, no te acaban de convencer a pesar que con todos los huéspedes hay orden de que los traten bien. Tú que sabía que el peor enemigo de la libertad es ese país donde la libertad es un lujo de millonarios e imbéciles. Sí, los EE.UU. y que hoy intenta entrometerse e invadir con las armas Venezuela y todos aplauden.
Un imbécil peruano del Perú, te cuento, publicó en su facebook que cómo te podían comparar con Günter Grass, ese socio ilustre que escogiste como compinche para dejarnos cagados en este mundo, si él era Beckenbauer y tú apenas “El toro” Cantoro. Fíjate tú. Otros estúpidos, la mayoría gerentes de chifas de la clase medía avergonzada del Perú, celebraron la ocurrencia de ese matón de colegio religioso para chibolitos. Pobres mononeuronales. Cantoro es argentino y a ti te llegan los parrilleros. Que si querían compararte, que tú eres uruguayo como Luisito Suárez, que muerde y hace goles, como tú, Galeano, que le metiste diente a los regímenes bobalicones pro yanquis de Latinoamérica y sus alcahuetes, esos mequetrefes chupamedias de los gringos.
Querido Galeano, la clase política en mi país no ignoró tu muerte. Eso les jode porque saben que no estás muerto; ignoró que eres un escritor de tempestades, ese timonel templado que brioso denunció a los asesinos de la CIA, a los militares genocidas, a los curas fascistas y a los traidores del pueblo que en el Río de la Plata como en el Perú caminan con disfraz de intelectuales y le hacen juego a los oprobiosos y multiplican en serie a los tontos de la poesía de sobremesa y a los plásticos del té de tías.
2.
Como dice ahora Miguel Ángel Nieto, que tú lograste lo increíble en el peligroso ejercicio de la palabra: “Combinar lo que susurra el corazón con las consignas humanas que nunca caducarán”. Y lograste entregar la palabra a quienes nacieron sin acceso o sin derecho a la palabra. Frases cortas. Adjetivos selectivos, elegidos a conciencia entre la infinita gama de los candidatos. La pluma en una mano y el hacha en la otra, como le enseñó Juan Rulfo. Textos cortos, destinados al alma, cierto querido Galeano.
Pero que saben los chanchos de alfajores. Para ellos el compromiso del escritor es anti estético. Por ello huyen como rosquetes cuando escucha una palabra que le cose el ano: Pueblo. Y cierto, Galeano, ese compromiso tuyo fue un desafío al oficio de escribir articulado a la defensa del pueblo, de los derechos humanos, de la verdad, de la justicia. Cuenta tu paisano Jorge Majfud que tus libros dieron batalla, en momentos en que en América Latina bastaba con pensar y soñar diferente para ser secuestrado, torturado y desaparecido en nombre de la democracia y la libertad.
E insiste: “¿Cómo pudo alguien haber sido un molesto disidente en la América Latina del Siglo XX sin asociarse o sin ser asociado con algún tipo de izquierda? Pero Galeano no era un “intelectual de izquierda” como dirán las enciclopedias; era el poeta de los de abajo, el mayor poeta en prosa de su tiempo, un mago de la metáfora, un delicado hermeneuta”.
Por eso, cuando esos andróginos de la derecha bruta y achorada del Perú ignoran tu presencia viva en las literaturas más jodidamente humanas de estos tiempos, los observo con asco como un guerrero que observa a las aves de corral y te digo Galeano, que tú nos enseñaste que escribir no era un pretexto para salir en sociales. Y que como dicen los que te quieren, Galeano tú demostraste que el escribir no era un ejercicio inocente y pueril, al contrario, escribir siempre será un acto de revancha contra los poderes del destino, contra los azotes de ese Dios de gabinete y contra la manga de imbéciles que pastan en los jardines públicos del onanismo ruin.
Buenos Aires: El escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano, autor de obras como -Las venas abiertas de América Latina-, murió hoy en Montevideo a los 74 años, informaron fuentes de Siglo XXI Editores, el sello que publica sus libros. Foto: Alejandro Amdan/Archivo Télam
3.
Y ahora que te recuerdan muy poco, Galeano, haré memoria con tu obra, es esa donde no hay ortodoxia, no hay dogma en tus textos. Si algo se repite es ese respeto por la prosa, esa imaginación profusa de mostrar cada cosa desde la periferia, esa sensibilidad por la injusticia, sobre todo por las injusticias institucionalizadas, esa valentía de no claudicar cuando el mundo va para otro lado y los sabios del poder tienen razón. Tu compromiso, Galeano fue tu defensa de los, derechos humanos, ese juramento con la verdad, con la justicia.
Querido Galeano, te dejó, termino un poema contra los miserables que manejan las minas de mi país y recuerdo que alguien ha dicho con la noticia de estas horas, que tú jamás fuiste un inocente de nada. Que convertías en textos brillantes y públicos los sueños que tu mujer te contaba al despertar y los colores con que ella adornaba la ensalada. Y por eso, tal vez por eso, supiste definir el compromiso de vivir de una forma tan bella como exigente cuando escribiste de nosotros: “Tienen el color de la tierra los que se revolcaron en el barro, y el de la ceniza los que buscaron calor en los fogones apagados. Verdes son los que frotaron sus cuerpos en el follaje y blancos los que se quedaron quietos”.
Adiós Galeano, te hago un mate en la mañana y te pongo ese tango pendejo de Bajofondo para que sigas renegando por quítame estas pajas. Nos vemos en ese cielo que fundaste escribiendo para que los pobres vivan sin plata y las mujeres sin lycras ni gimnasios. Amén
EPITAFIO
Hay un único lugar donde ayer y hoy se encuentran y se reconocen y se abrazan. Ese lugar es mañana.
Eduardo Germán María Hughes Galeano, nació en Montevideo, Uruguay, el 3 de septiembre de 1940. En 1960 inició su carrera periodística como editor de la que sería la mítica revista Marcha. Tras el golpe de Estado de 1973 fue encarcelado y tuvo que exiliarse a Argentina. Publicó “Las venas abiertas de América Latina”, libro que marcaría varias generaciones, y que fue censurado por las dictaduras militares de Uruguay, Argentina y Chile. Esta obra proponía una historia de América Latina en clave de descolonización, lo que en ese entonces era impensable en los discursos dominantes. En Argentina fundó la revista cultural Crisis.
En 1976 fue añadido a la lista de los condenados del escuadrón de la muerte de Videla por lo que tuvo que marcharse de nuevo, esta vez a España, donde escribió la trilogía Memoria del fuego (un repaso por la historia de Latinoamérica). Regresó a Montevideo en 1985. Con otros escritores, como Mario Benedetti, y periodistas de Marcha, fundaron el semanario Brecha. En 2007 superó una operación para el tratamiento del cáncer de pulmón, que le ganaría la batalla en 2015. En abril de 2009, el presidente venezolano Hugo Chávez entregó un ejemplar de Las venas abiertas de América Latina al presidente estadounidense Obama durante la quinta Cumbre de las Américas, celebrada en Puerto España, Trinidad y Tobago.
BILIOGRAFÍA
Los días siguientes 1962 China 1964: Crónica de un desafío 1964 Los fantasmas del día del león y otros relatos 1967 Guatemala: Clave de Latinoamérica 1967 Reportajes: Tierras de Latinoamérica, otros puntos cardinales, y algo más 1967 Siete imágenes de Bolivia 1971 Las venas abiertas de América Latina 1971 Crónicas latinoamericanas 1972 Vagabundo 1973 La canción de nosotros 1975 Conversaciones con Raimon 1977 Días y noches de amor y de guerra 1978 La piedra que arde 1980 Voces de nuestro tiempo 1981 Memorias del fuego I – Los nacimientos 1982 Memorias del fuego II – Las caras y las máscaras 1984 Contraseña 1985 Memorias del fuego III – El siglo del viento 1986 Aventuras de los jóvenes dioses 1986 Nosotros decimos no: Crónicas (1963-1988) 1989 El libro de los abrazos 1989 Las palabras andantes 1993 El fútbol a sol y sombra 1995 Las aventuras de los dioses 1995 Patas arriba. La escuela del mundo al revés 1998 Carta al ciudadano 6.000 1999 Bocas del Tiempo 2004 El Viaje 2006 Carta al señor futuro 2007 Patas arriba, la escuela del mundo al revés 2008 Espejos. Una historia casi universal 2008 Los hijos de los días 2011 Mujeres – antología 2015