Ante los hechos acontecidos en los últimos días, y que han sido debidamente denunciados por Lima Gris; y como personas comprometidas con el desarrollo cultural de nuestra sociedad, como un elemento integrador de la nación peruana, y asimismo, comprometidos en la lucha contra la corrupción, desde cualquier ámbito señalamos:
1.- Lamentamos profundamente que el fenómeno de la corrupción haya extendido sus tentáculos al sector cultura; un espacio que debería mantenerse inocuo y ser ejemplo para otros sectores de un trabajo armonioso y en equipo, y donde desafortunadamente hemos podido observar que los partícipes de este sector desde el Gobierno central quienes deberían ser los guardianes de nuestro patrimonio cultural: carecen de los pergaminos, perfiles, grados, o la ética apropiada para conducir la mencionada cartera; la misma que al parecer, se ha ido colmando de personas y/ o grupo de personas inescrupulosas que buscan beneficiarse económicamente de manera personal a costa del erario nacional presupuestado, y a través de procedimientos establecidos legalmente en detrimento de nuestros compatriotas y ciudadanos extranjeros, quienes visitan el Perú en vista de la riqueza de su gran patrimonio cultural tanto material, como inmaterial.
2.- Que el Sector cultura merece ser llevado con absoluta responsabilidad, y con la debida ética que coadyuve ejemplarmente como depositario y guardián de aquellos restos y riquezas arqueológicas, con políticas que fortalezcan su protección en salvaguarda de generaciones futuras, y no en beneficio de ciertos grupos de poder que buscan posicionarse alrededor de los mismos para su explotación económica; y que lo difundido en redes sociales y en algunos espacios periodísticos es solo la punta de un iceberg mayor que subyace en nuestra sociedad, donde diversos grupos de personas se han beneficiado personal e individualmente, menoscabando así la integridad patrimonial del colectivo social conformado por nuestra sociedad civil, ante el cual el Ministerio de Cultura debió salvaguardar en coordinación con Gobiernos Locales y personal capacitado.
3.- Esperamos atentos que las próximas autoridades designadas sepan conducir con el rigor ético, solvencia intelectual y capacidades discrecionales las distintas esferas y direcciones conformadas en este sector, no obstante, el Perú no sólo se encuentra ad portas de cumplir el Bicentenario de su emancipación, sino el V Centenario del encuentro cultural entre las culturas locales, europeas, y las que le sucedieron; y que todas han aportado en el desarrollo cultural, social y económico de nuestra nación, lo cual debemos seguir enfrentando y coadyuvando de manera ejemplar en la lucha contra la corrupción desde cualquier sector de la sociedad.
4.-Finalmente, es exigible que el presidente Martín Vizcarra, esta vez designe al nuevo titular de la cartera de Cultura con rigurosa reflexión, cuyo menester será contar con una persona con las cualidades mencionadas en líneas anteriores, y que si bien aquella investidura es un cargo de confianza de acuerdo al mandato constitucional; a su vez se constituye como un compromiso ético, que bien demostrará la supuesta batalla anticorrupción que el mandatario ha proclamado en todos los canales de comunicación social, incluso, en el reciente clausurado CADE.
