Opinión

Dos libros de Efer Soto

Lee la columna de Rodolfo Ybarra

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Efer Soto es el director/contramaestre de Editorial Apogeo, pieza clave en la difusión y publicación de la joven narrativa peruana, sus diversos títulos así lo confirman. Asimismo, como escritor, ha publicado las novelas Rumy, el extraordinario viaje de una piedra (2014), El joven que sabía todo sobre el amor (2017) y el cuento gráfico La Epopeya de Wiracocha (2019) entre otros textos.

En la Maldición de Odón, el personaje principal es el pueblo de Occoro donde nace un niño que contrariamente a lo que se cree, su belleza será la ruina propia y de su madre, una mujer ambiciosa que busca capitalizar el atractivo de su hijo. Las muchachas lo buscan, pero él solo quiere satisfacerse. Así una a una se van suicidando hasta el que el pueblo decide tomar cartas en el asunto y nuestro personaje, Odón Gamboa, huye convertido en un ser horripilante. Igualmente, en El sueño de Wayra se reesctructura lo que sería El Patito feo de Hans Christian Andersen, y Soto nos muestra a un caballo deslucido y esmirriado que piensa sobre su destino y se niega a servir solo de carga. Al final escapa ayudado por un cóndor y encuentra que él había nacido para correr y ser feliz.

En Retorno a la semilla, se desarrollan diversas problemáticas traumáticas, la pérdida del padre, por ejemplo, donde una grave enfermedad va consumiendo al progenitor y después de intentar varios tratamientos acepta su destino y se niega a ser enterrado en la capital. Lo que aparentemente era tomado con humor en la misma ceremonia fúnebre es develado como el efecto del soma en alguna bebida edulcorante.

Soto, es un buen narrador y aunque en alguna entrevista nos hable de Bukowski como una de sus influencias, es claro, que su estro escritural se sitúa en los andes: Arguedas, Scorza, Vargas Vicuña, etc. Los mitos o maldiciones, la cosmogonía siempre mágica de la sierra, etc.

Curiosamente estos dos libros abren con textos donde el personaje escritor se ve comprometido o signado por el destino de las letras. En Nacimiento es “Dios” quien le encomienda ser escritor en un país pobre y con muchas dificultades, casi como un castigo o quizás, un premio. En Serás Escritor es Apolo quien con un cofre y apuntándolo con una flecha en la sien le dice: “Serás escritor”. Ergo, no hay escapatoria y Efer Soto así lo ha aceptado.

(Columna publicada en Diario UNO)

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